Colombia. ¿Por qué miserabilizar y extinguir al campesinado?

Resumen Latinoamericano / 4 de diciembre de 2018 / Carmen Tarazona y Álvaro Solano

El último Informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), afirma que la pobreza rural en América Latina creció en dos millones de personas entre 2014 y 2016, para alcanzar un total de 59 millones de pobres en la región.


Salario promedio en 2015 en América Latina según la FAO


Sector                           Dólares/Pesos                Porcentaje

Urbano AL                    804/2’205.372                100

Rural AL                      363/995.709                  45

Mínimo Colombia          235/644.350                  29


Si se compara la realidad del salario mínimo en Colombia y con el súper mínimo que ganan nuestros campesinos, las cifras de la FAO para América Latina están muy por encima de la realidad de los trabajadores colombianos urbanos y rurales.

El representante regional de la FAO indicó que “no podemos tolerar que uno de cada dos habitantes rurales sea pobre, y uno de cada cinco, indigente”.

El Informe señala que Colombia concentra zonas rurales altamente rezagadas, especialmente en La Guajira. Para la FAO en Colombia, en las zonas rurales va a seguir una alta incidencia de la pobreza y la pobreza extrema, especialmente entre la población indígena y las mujeres rurales.

Gustavo Muñoz, docente de Antropología y teoría del desarrollo de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), considera que las élites gobernantes se olvidaron del campo:

“Los gobiernos se centralizaron en las actividades económicas de las grandes urbes y ahora sufrimos los efectos colaterales por malas decisiones políticas en los últimos 50 años” [1].

En cambio, el 28 de septiembre de 2018 fue adoptada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la Declaración sobre los Derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales [2].

Círculo vicioso: Guerra, éxodo y colonización

En el censo de 1938, la población urbana era menos de la mitad de la población del país, en la década de 1960, el país realizó su transición de mayoría rural a mayoría urbana, en 1993, solo el 30 por ciento era rural.

El destierro y despojo ocurrido durante la guerra civil entre conservadores y liberales, llamada como La Violencia (1946-1958), fue una inmensa concentración de tierras cultivables. En el Censo agrario de 2011, el 42,7 por ciento de los propietarios dijeron, “no conocer el origen legal de sus terrenos” [3].

En 1968, el Presidente Carlos Lleras (1966-1970), aplicó un Plan de Reforma Agraria, consistente en la asignación de tierras ociosas compradas a terratenientes; pero en 1973 durante el Gobierno de Pastrana Borrero (1970-1974), con el Pacto de Chicoral, puso fin al intento de redistribución de tierras, y otra vez miles de familias se vieron obligadas a internarse en las selvas amazónicas del Caquetá, Putumayo, Guaviare y Vichada; ampliando la Frontera agrícola; zonas que ahora el Estado intenta expropiar bajo el pretexto que ocupan terrenos baldíos y que han sido destinadas a cultivos de uso ilícito: operación que en la publicidad dominante denominan “Guerra Contra las Drogas”.

Ahora, Genocidio para despojar

La Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), concluye que en 20 años el desplazamiento interno se agigantó, puesto que entre 1985 y 2006, fue de 3’832.377 personas [4]. Discriminados así:


Presidencia                              Desplazados internos


Betancur (1982-1986)                             63.000

Barco (1986-1990)                                  360.000

Gaviria (1990-1994)                                297.000

Samper (1994-1998)                               835.000

Pastrana II (1998-2002)                         1’359.853

Uribe (2002-2010)                                  917.524


 Total 7 presidencias                           3’832.377


En este mismo periodo entre 1985 y el 2006, fueron despojadas 6,5 millones de hectáreas a los campesinos, según documentaron en 2011, entidades como la Agencia de ONU para los refugiados (ACNUR), el Proyecto de protección de tierras y la Acción social.

Una Ley de la élite privilegiada, para precarizar aún más el trabajo rural

Para empeorar la inhumana situación del campesinado, en el Senado de la República han comenzado a debatir el Proyecto de Ley 193 de 2018, supuestamente para mejorar el jornal, el salario y la protección a los trabajadores rurales [5].

Proyecto de Ley que busca cargar con un impuesto alterno a los campesinos, con la excusa de hacer un ahorro que les dé garantías ante la vejez, la invalidez y la muerte; medida que favorecería realmente al sector financiero y de seguros.

Esta Ley contra los campesinos persigue imponer un salario integral rural, que viola el principio de igualdad, al tratar de imponer una carga de mayor cotización a los más pobres; mientras exime a los empleadores de asumir las prestaciones sociales asociadas al contrato de trabajo.

“Escuchar el grito de quienes deben huir dejando la casa y la tierra”

El llamamiento a sentir, denunciar y colocarse del lado de  los campesinos, los más pobres entre los pobres, lo hizo recientemente el Papa Francisco [6]. Dijo que el grito de los pobres es cada vez más fuerte, pero menos escuchado, porque es “sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos, pero más ricos”.

“Pidamos la gracia de escuchar el grito de los pobres, y de chicos acostumbrados al estruendo de las bombas en lugar del alegre alboroto de los juegos. Es el grito de los ancianos descartados y abandonados. Es el grito de quienes se enfrentan a las tormentas de la vida sin una presencia amiga. Es el grito de quienes deben huir, dejando la casa y la tierra sin la certeza de un lugar de llegada”.

[1] “Pobreza rural creció en América Latina”. Juan Camilo Montoya Echavarría. El Colombiano, 22-11-2018.

[2] “El retorno de los campesinos”. Freddy Ordoñez Gómez. Docente de la Especialización en Geografía y Gestión Ambiental del Territorio de la  Universidad Central. Rebelión.org, 22-11-2018.

[3] https://es.mongabay.com/2018/04/colombia-distribucion-de-la-tierra/

[4] http://www.antimilitaristas.org/spip.php?article2796

[5] Flor Esther Salazar. Profesora de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional. Rebelión.org, 17-11-2018. https://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/11541-el-proyecto-de-ley-contra-los-campesinos.html

[6] Papa Francisco: “El grito de los pobres es cada día menos escuchado”. RT, 18-11-2018.

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