Colombia. Multinacional atenta contra la soberanía agroalimentaria de campesinos en Arauca

Resumen Latinoamericano / 19 de agosto de 2018 / CI

Arauca es un departamento mal llamado “petrolero”, pues no es el campesino el que vive del petróleo. Hace 30 años la multinacional Occidental Petroleum Corporation NYSE: OXY, llegó a la vereda “El Vivero” en Arauquita, (Arauca), y con promesas de “mejoramiento de la calidad de vida” desplazó a 175  familias que vivían allí.

El 16 de marzo de 1995 se produjo la “negociación” en donde el ya liquidado Instituto Colombiano de la Reforma Agraria -Incora- cumplió el rol como mediador y además se comprometió con las comunidades que iban a ser despojadas por la multinacional a que los reubicaría en 30 días; nunca cumplió.

No sólo se produjo el desplazamiento de cientos de campesinos que vivían de sus pequeños cultivos, sino además, el desplazamiento de indígenas, de culturas y tradiciones, un etnocidio.

A pesar de que en el 2011 el Tribunal Superior de Cundinamarca falló una tutela a favor de los campesinos despojados y desplazados, y ordenó al Instituto Colombiano de Desarrollo Rural -Incoder- restablecer sus derechos y cumplir con la reubicación de las familias, una vez más el gobierno demostraba su ineficiencia.

Muchos campesinos continuaron durante varios años pagando impuestos por predios que no podían ocupar.

18 años después, el 8 de octubre de 2013, 65 personas organizadas entraron a los terrenos a luchar no sólo contra una multinacional, sino con el mismo Gobierno, cómplice de garantizar los intereses económicos de estas empresas extranjeras, eliminando con su decisión, zonas de reserva florestal y santuarios de flora y fauna.

Llegó la Policía, Dirección de Investigación Criminal –Dijin-, Escuadrón Móvil Antidisturbios –Esmad-, Ejército y Seguridad Privada. Violaron derechos humanos; heridos de gravedad, intentos de desalojo, insultos, amenazas, atropellos. La Occidental cerró las vías de acceso y dividió a los campesinos.

Finalmente, hubo intentos de acercamientos por la vía del diálogo, pero la multinacional quiso timar una vez más a los campesinos, proponiéndoles “vivir en arriendo durante 50 años”. No aceptaron.

Con la retoma se distribuyeron 4000 hectáreas entre los campesinos que habían vuelto. No importó si antes sus tierras eran más extensas, “la tierra es de todos” expresaron con seguridad. Empezaron a sembrar, pero la Policía envenenaba sus cultivos y los arrancaban. La empresa demandó a los campesinos por “daño ambiental, hurto, daño a propiedad privada y amenaza a la fuerza pública”.

“Para nosotros el Ejército y la Policía son unos mercenarios. Según la constitución ellos deben cuidar la vida de la población y aquí han usado sus armas contra los campesinos” expresó un habitante de la Vereda.

Dyxon Torres, Presidente de la Junta de Retoma de Tierras de Caño Limón, resaltó la importancia de recuperar la cultura campesina y enfatizar en que Arauca es un departamento agrícola y pecuario.

Al volver a sus territorios se encontraron con una realidad desoladora. La multinacional ha tapado más de 29 caños de agua, de la Escuela para las niñas y niños no queda nada.

Secaron la Laguna de Lipa.

Hay nueve pozos petroleros en la zona, con proyección de tres más en 800 hectáreas.

Tenía cercada toda la zona para prohibir la entrada a los dueños de los predios.

Para poder ir al Colegio, el único medio de transporte, que además escasea en la zona es en moto.

Aunque varias actas y acuerdos de convivencia se han firmado con los campesinos, la Occidental y la Fuerza Pública, se siguen presentando desalojos por parte de la Policía, y quienes se enfrentan con los agricultores, ocasionando varios heridos.

No cuentan con ningún servicio público

La empresa constantemente denuncia que los campesinos están sembrando coca, marihuana, amapola, pero cuando enviados de la Fiscalía General de la Nación acuden al lugar, se encuentran con pequeños cultivos de cacao, plátano, maracuyá, rodeados de caños contaminados.

“Necesitamos que nos dejen ser autónomos en nuestro territorio, necesitamos que con el cultivo del plátano, maíz, cacao, yuca, papaya, maracuyá, guanábana, que es históricamente la forma de subsistir de nuestras comunidades, sea reconocido como un territorio agroalimentario” afirmó Torres.

Los campesinos denunciaron que la multinacional tiene dispositivos de seguridad de alta tecnología y cámaras 360° que los graba todo el tiempo.

Al salir de esta zona altamente militarizada, la Caravana por la vida y el territorio fue detenida por unos Policías que acababan de ser llamados, seguramente por trabajadores de la empresa que se percataron por las cámaras que había un grupo de personas visitando la zona. Minutos después dieron paso sin hacer ninguna pregunta.

Los campesinos le exigen al nuevo Gobierno detener la explotación del territorio y dejar a las comunidades vivir en paz como territorios agroalimentarios.

CI JO/AO/18/08/18/11:00

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