Colombia. ELN: Grandes medios igual grandes mentiras

Resumen Latinoamericano / Nicolás Segura, ELN Voces / 11 de julio de 2017

Aún recuerdo mi infancia y la televisión a mediados de los 90s. Nunca me gustó mucho la radio porque prefería tener referentes visuales y no solo auditivos. En ese pequeño televisor de perilla, que de vez en vez se le entrometían ruidos de radios policiales y de bomberos, veía esos dos únicos canales que sintonizaba borrosos, pero que uno interpretaba, era Canal A (Ahora canal institucional) y Canal Uno. Recuerdo también el día que anunciaron la llegada de dos nuevos canales, se trataba de Caracol TV y RCN, ese día desde antes de la hora anunciada de la transmisión estaba con mis hermanos prestos a ver “esa maravilla”.

Hoy casi 20 años después de sus primeras emisiones considero que debemos concienciarnos de la grave situación mediática y periodística que atraviesa nuestro país, pues no se puede hablar de democracia y justicia si los que generar la opinión y el consumo ideológico son medios controlados por la gran burguesía colombiana.

Los informes emitidos por diversas organizaciones de análisis de medios financiadas por el Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, concluyen que más de 80 medios entre prensa, radio y televisión colombianos son propiedad de 3 grupos empresariales: La organización Luis Carlos Sarmiento, la organización Ardila Lule y el grupo empresarial Santo Domingo Valoren. Esto sin duda es un completo atentado en contra de la libertad de opinión, la diversidad y la pluralidad. Esto significa que dada la precariedad en la educación, el mayor elemento de desarrollo de la opinión y el debate en el grueso de la sociedad es generada por los grandes medios en sus diversas plataformas: Prensa, Radio y Televisión.

Bajo este panorama podemos entender por qué el país se polariza en algunas situaciones y se une en otras, porque dependiendo de los intereses de cada medio y de sus pocos dueños, quienes se inventan o generan ideas falaces para manipular las masas. Ellos son los que definen quién es el malo o el bueno y bombardean con artificios mediáticos, para reforzar los falsos argumentos dejando en el piso toda ética periodística y comunicativa.

Hoy en pleno desarrollo y potenciación del internet, en el cual hay cierta “democracia” por la particularidad de que cualquiera puede ser un emisor en potencia de radio, televisión, prensa y multimedia, a su vez puede ser receptor de grandes y variados contendidos regados por todo el mundo, entonces ¿por qué sigue el monopolio mediático en manos de estos empresarios inclusive en estos nuevos medios digitales?

Los medios digitales como el internet llevan muy poco tiempo en relación a otros medios convencionales como la prensa y la radio, incluso la televisión. Estamos hablando que las principales plataformas de intercambio de información, que son las redes sociales con sus titanes: Twitter, Facebook y YouTube llevan apenas 10 años en funcionamiento, por tal motivo las personas le siguen dando más credibilidad a los grandes medios, porque creen que detrás de ellos hay un gran grupo de periodistas y estudiosos que ofrecen información veraz y objetiva, situación que ya analizamos es completamente errónea porque por más profesionales que haya en un medio, están supeditados a intereses de la gran burguesía. Siempre habrá una gran presión en sus trabajadores para que digan lo que los dueños quieren y sino son sancionados o expulsados, como ya se ha visto reiteradamente en Colombia con diversos periodistas y productores. Además, la producción de información por cualquier medio de forma constante y profesional sigue siendo muy costosa, así sea en internet.

A pesar de esto, la organización social y popular a nivel mundial cada día da muestras de la contundencia y capacidad que tiene el internet para colaborar y mostrar la información que arbitrariamente no nos muestran los grandes medios. En el futuro cercano cada vez va a ser más difícil para los medios burgueses y sus dueños transmitir información tan falsa y amañada como suelen hacerlo. Cada día quedan más en ridículo inflando noticias, mintiendo y saboteando los procesos de resistencia en todo el mundo.

Hacemos entonces un llamado al pueblo colombiano y a la sociedad en general a que en estos tiempos busquen y verifiquen la información y dejen de creer ciegamente en lo que a diario nos dicen los grandes medios. Es hora de organizarnos, fortalecer y engendrar nuevos medios populares, con la poca o mucha capacidad que se tenga, y sean las voces de los que vivimos a diario las injusticias, las que se manifiesten y muestren la realidad.

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