La Alianza del Pacífico aprobó a principios de junio los lineamientos que deberán cumplir los Estados que pretendan asociarse. En primer lugar, deberán suscribir con los países miembros un “acuerdo vinculante de altos estándares en materia económico comercial”. Estos últimos presentarán al Estado que solicita el ingreso los términos de referencia de la negociación, que “deberán tener en cuenta altos estándares en materia económico comercial que favorezcan la apertura y la integración de los mercados, incluyendo, pero no limitándose, a las siguientes materias: comercio de bienes, comercio de servicios e inversiones”. Recién una vez que se suscriba este acuerdo, el país en cuestión pasará a ser considerado “Estado asociado”, según los lineamientos aprobados por la Alianza.

El viernes, en el marco del Consejo de Ministros de la Alianza del Pacífico que se realizó en Cali, Colombia, el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, expresó la voluntad del gobierno de ingresar como Estado asociado, intención luego oficializada mediante un comunicado oficial. Allí se señala que Uruguay “adelantó la intención” de convertirse en Estado asociado “dado el alto nivel de profundización de los acuerdos existentes con los cuatro países” del bloque –Chile, Colombia, México y Perú– y a fin de “mejorar la inserción de Uruguay en las cadenas de producción regional, disminuir barreras y obstáculos al comercio y adoptar estándares comunes, apalancando el crecimiento económico del país”. El viernes en Cali, Nueva Zelanda, Australia, Singapur y Canadá pidieron ingreso como estados asociados, informó la agencia de noticias Efe.

Uruguay ya tiene liberalizado el comercio de bienes con los cuatro países que integran la Alianza del Pacífico. El Mercosur firmó acuerdos de complementación económica en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración con Perú, Chile y Colombia, y Uruguay tiene un tratado de libre comercio (TLC) con México. En cambio, sólo tiene acuerdos en comercio de servicios con México y con Chile, aunque el TLC con este último país todavía no fue ratificado por el Parlamento (ver recuadro), que se suman a las disposiciones generales del acuerdo de comercio de servicios de la Organización Mundial del Comercio. Los países americanos del Pacífico tienen en general un nivel de liberalización del comercio de servicios mayor que Uruguay. En cuanto a los derechos a los inversores, Uruguay ha hecho concesiones a Chile y México mediante un tratado bilateral de inversiones en el primer caso y de un TLC en el segundo.

Un “hobby”

El anuncio de la cancillería tomó por sorpresa a los parlamentarios frenteamplistas que trabajan temas de inserción internacional. El diputado socialista Roberto Chiazzaro se preguntó si la cancillería consultó al Mercosur sobre este ingreso a la Alianza del Pacífico y si realizó algún estudio de impacto al respecto, y concluyó que el planteo “no es serio”. “Uruguay busca asociarse a un bloque al que el Mercosur no está asociado, de vuelta quiere jugar de forma individual. ¿Se está pidiendo indirectamente una flexibilidad al Mercosur? ¿Hay certeza de que haya un visto bueno del bloque?”, inquirió Chiazzaro. El diputado comentó que “da la impresión” de que la cancillería uruguaya tiene el “hobby” de “adherir a tratados sin hacer un estudio serio”. “¿Qué queremos hacer, firmar acuerdos de última generación para estar a la moda? ¿Hacer algo parecido a este disparate que estamos haciendo con Chile?”, preguntó, en referencia al TLC que se encuentra a estudio del Parlamento.

Chiazzaro sostuvo que “sería bueno” que la cancillería se reuniera con los legisladores frenteamplistas para “planificar la estrategia”. “Parece que al ministerio no le gusta trabajar con los parlamentarios, pero también somos miembros del FA, y debería discutirse en el FA el objetivo de la inserción internacional”, concluyó el diputado.

El diputado del Movimiento de Participación Popular Daniel Caggiani coincidió en que debería definirse con mayor claridad la estrategia de inserción internacional del gobierno. “En momentos tan turbulentos para la región, hoy para Uruguay no están tan claras las principales orientaciones de su inserción internacional. Personalmente, considero que Uruguay tiene que tener un papel mucho más activo en la construcción de la agenda del Mercosur, que trascienda lo meramente comercial, y hoy parece no tenerlo”, señaló.

Damián Rodríguez, representante del sector Casa Grande en la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del FA (Carifa), advirtió que la Alianza del Pacífico es “un modelo de inserción internacional totalmente distinto al del Mercosur” y basado en la suscripción de TLC, y reclamó una “lectura política” a fondo sobre la estrategia de la cancillería de “querer insertar a Uruguay en otra región”.

Freno de mano

Casa Grande propuso en la Mesa Política del FA que la coalición discuta los impactos de la ratificación del TLC firmado con Chile en 2016. El acuerdo está a consideración de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Senadores, y la legisladora frenteamplista Constanza Moreira expresó su rechazo a algunos de los puntos contenidos en él. La Mesa Política accedió a que el tema se discuta en la Carifa. Damián Rodríguez, de Casa Grande, explicó que su sector propondrá que se invite a ese ámbito a sectores productivos y otros actores sociales para que se pronuncien sobre la conveniencia del tratado. “Vamos a debatir, no vamos a ratificar esto”, aseguró.