Honduras. La cita de Miami con el Imperio

Resumen Latinoamericano / Factor Méndez Doninelli / 30 de junio de 2017

“La seguridad en América Central es esencial para la estabilidad y prosperidad de la región y EE.UU.” – Secretario de Estado estadounidense. 2017, Rex Tillerson.

Como dóciles corderitos, los mandatarios de los países centroamericanos del llamado “Triángulo Norte” (Guatemala, El Salvador y Honduras) y el Canciller de México, invitados por la presidencia imperial, acudieron puntuales a la cita en Miami, Florida, para reunirse con altos funcionarios de la nueva administración estadounidense que preside Donald Trump.

Según la versión mediática, el propósito es “relanzar” el “Plan para la prosperidad” que los Gobernantes estadounidenses elaboraron para inyectar cantidades millonarias de dólares a los tres países centroamericanos, con la pretensión de crear empleos y mejorar las condiciones de vida de sus poblaciones, todo con la idea de desestimular la emigración hacia el Norte, es decir, es una fórmula estadounidense para disminuir y controlar los flujos migratorios.

Pero también, apunta a temas de seguridad como controlar el tráfico de drogas, pues como es sabido, los Estados Unidos de América es uno de los países más consumidores del mundo, además, aprovecharían para endurecer sus políticas de combate al crimen transnacional organizado, o sea, tráfico y trata de personas, tráfico de armas y otros ilícitos. Asimismo, tiene un componente antiterrorista orientado a blindar la seguridad nacional de los Estados Unidos, para prevenir y controlar posibles ataques futuros.

Los anfitriones de la cita fueron, el Vicepresidente Mike Pence y el Secretario de Estado Rex Tillerson, quienes durante sus intervenciones dejaron claro que el interés de su Gobierno al “cooperar” con los tres países beneficiarios del plan, es asegurar las fronteras estadounidenses, fortalecer la protección de sus habitantes, potenciar las oportunidades comerciales y estimular la inversión privada. En otras palabras, en términos de seguridad quieren que los países del “Triángulo Norte” les cuiden las espaldas y las primeras medidas no se han hecho esperar, un primer signo de militarización, es la instalación de una base militar norteamericana en Petén, Guatemala, que está próxima a iniciar operaciones.

En términos de intereses económicos, a la cita de Miami también asistieron empresarios e inversionistas, quienes sostuvieron reuniones con sus pares estadounidenses y mexicanos, para examinar oportunidades, certezas y emprendimientos e identificar posibles líneas de inversión y negocios comerciales.

En este sentido, también los grandes capitales transnacionales en alianza con empresarios locales, serán beneficiarios de este millonario plan estadounidense para los tres países, que  el Gobierno norteamericano considera como su “patio trasero.”

¿Podrá el plan disminuir la pobreza, exclusión, desigualdad, iniquidad, discriminación y marginación social que tienen raíces históricas? ¿Será que esa “prosperidad” anunciada va a sensibilizar a las elites neoliberales o servirá para fortalecer sus intereses?

Con respecto a la emigración, algunos ingenuos creyeron que en la cita, iba a hablarse de mejorar la condición de centroamericanos “irregulares” en EEUU, y hasta pensaron que podría negociarse la ampliación del estatuto temporal, conocido como TPS, tal asunto no estaba en la agenda, menos para Guatemala.

Como Uds. recordarán, los emigrantes guatemaltecos en EEUU, no gozan de ese beneficio, pues fue el ex presidente Álvaro Arzú, quien se opuso a esa política estadounidense y evitó solicitarlo para los connacionales. ¿Podrá Arzú prolongar la impunidad de sus actos o lo veremos en el banquillo frente a la Juez?

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