LA OEA EN LA SIERRA DE PERIJÁ EN LA DÉCADA DE 1970
Resumen Latinoamericano, 27 de abril 2017.
Por Andrés Parra – Sociólogo Frente Fronterizo por la Paz
El pasado miércoles 26 de abril, la canciller Delcy Rodríguez informó
a la opinión pública la decisión de Venezuela de iniciar trámites para
retirarse de la Organización de Estados Americanos OEA. En un contexto
donde esta organización multilateral funge como instrumento para
desestabilizar el proceso bolivariano y propiciar una intervención
extranjera, se hace necesario hacer una revisión sobre cuál ha sido el
papel de la OEA en Venezuela en casi 70 años de historia y desentrañar
los alcances y consecuencias de su rol en nuestro país.
Seguramente en los próximos días se den a conocer las evaluaciones y
valoraciones sobre el rol que ha tenido la OEA en el devenir de la
historia política en Venezuela. Para aportar en ese análisis integral,
en este escrito se aportan algunas reflexiones sobre un episodio en
particular en el que la OEA, a través de su Departamento de Desarrollo
Regional, realizó una intervención en el estado Zulia durante 3 años
elaborando una serie de estudios que se convirtieron en la hoja de
ruta para el “desarrollo de la región”, que se traduce en asumir la
Sierra de Perijá como una gran beta de carbón para su explotación y
propiciar todo el desastre ambiental y social.
Comenzando la década de 1970, el estado venezolano administrado por
las elites políticas del AD y COPEI introdujo la planificación
económica y del espacio geográfico a partir de las recomendaciones de
organismos multilaterales como la CEPAL. En el Zulia, siendo
gobernador el copeyano Hilarión Cardozo, le dio entrada al
Departamento de Desarrollo Regional de la OEA para que junto al
Consejo Zuliano de Panificación CONZUPLAN y la recién creada
Corpozulia, estudiaran y evaluaran los recursos naturales en el Zulia,
y se incluyeran sus conclusiones en el II Plan de Desarrollo
Regional, y a su vez diseñar proyectos de inversión extranjera en
territorio zuliano.
En las conclusiones y recomendaciones de este estudio se menciona
reiteradamente a la Sierra de Perijá como “una gran reserva de
recursos mineros” (…) “un territorio con buenas perspectivas en
recursos mineros” a la vez que se formulan recomendaciones para hacer
un “levantamiento minero en toda la sierra e iniciar la explotación de
carbón en la cuenca del Guasare” (entre los ríos Guasare y Cachiri).
Incluso este informe se menciona que “el carbón era el llamado a ser
la solución a la crisis energética” que se vivía en la década de 1970
a nivel mundial.
A partir de este informe de la OEA, se empezaron a solicitar varias
concesiones para la explotación del carbón en varios sectores de la
sierra y su pie de monte (Tucuco, Aricuaisá, Riecito Palmar, ríos Lora
y Oro, y Casigua).La explotación de la cuenca carbonífera del Guasare
se inició en 1987 con la participación de capitales extranjeros,
siendo una de las primeras de todo el territorio zuliano y la más
grande en el territorio nacional en la década de 1990, incluyendo las
minas Norte, Paso Diablo y el deposito del Socuy.
Las repercusiones de la explotación de carbón en el Guasare y pie de
monte de la Sierra son ampliamente conocidas. Actualmente, y luego de
varias décadas de explotación minera, las comunidades de Manuelote,
alto y bajo Guasare, cantan los gallos, entre otras que están
ubicadas en la cuenca carbonífera, carecen de un acueducto y agua
potable para una vida digna. Esto en medio de procesos crecientes de
deforestación y desertificación que avanzan hacia las partes altas de
la Sierra poniendo en riesgo las cuencas hídricas que nutren los
embalses de tule y Manuelote. El negativo impacto ambiental,
productivo y social que ha generado la extracción de carbón en el
Guasare es superior a los ingresos y rendimiento económicos que puedan
dejar.
La explotación minera del carbón y el desastre socioambiental que ello
genera en territorios de vida como la Sierra de Perijá hace parte de
esa herencia que la OEA ha dejado en el estado Zulia. También hay que
señalar la responsabilidad de sectores económicos y políticos de la
región que desde hace décadas se benefician de la actividad minera y
la inversión extranjera en detrimento del desarrollo social y
económico de la región zuliana.
Es por esto que el eventual retiro de Venezuela de la OEA no significa
únicamente responder y contener las intenciones foráneas de aplicar la
carta democrática para intervenir al país y desestabilizar el proceso
bolivariano. El retiro de la OEA debe significar también acabar la
injerencia extranjera de corte neoliberal en la definición de planes
de vida y de desarrollo económico y social en nuestros territorios,
como en la Sierra y en la frontera. El retiro de la OEA es un asunto
de soberanía nacional y debe marcar la definición de rutas de
desarrollo desde otras perspectivas alternativas al neoliberalismo y
al extractivismo, y en el que se incluyan a las comunidades como el
principal protagonista del desarrollo integral.
You must be logged in to post a comment Login