Argentina/Entrevista. Soledad Deza: “Frente a la organización de las mujeres la reacción es un mayor disciplinamiento”

Revista Venceremos | Resumen Latinoamericano | Marzo 2017.

Soledad Deza es Abogada y militante de Católicas por el Derecho a Decidir. Su participación en la defensa de Belén, acusada de homicidio agravado por el vínculo tras sufrir un aborto espontáneo, contribuyó a la liberación de la jóven.

En el mes de la Mujer trabajadora entrevistamos a Soledad para hablar sobre el derecho al aborto seguro, libre y gratuito en el marco de una avanzada de la derecha en nuestro país y en América Latina.

¿Qué importancia le asignas al caso de Belén en la lucha histórica de las mujeres argentinas por el derecho legal, seguro y gratuito?

S.D.: La lucha por la liberación de Belén fue un paso significativo primero porque logró poner el aborto, una demanda feminista sobre la cual varios sectores deciden no posicionarse, por sobre la lógica patriarcal de algunos partidos que usualmente no hablan de esta cuestión.

Por otro lado contribuyó a la construcción del movimiento de mujeres, mostró como la unión potencia la fortaleza de esta demanda feminista histórica, una deuda de la democracia. Si bien el caso de Belén era un aborto espontáneo, sirvió para movilizar la agenda y visibilizó que el sistema penitenciario nos ocultó una presa por aborto.

Por último, en términos geográficos, fue muy importante que en un país tan unitario como el nuestro la lucha se haya podido nacionalizar: se evidenció que hay un movimiento feminista a lo largo y a lo ancho del país.

¿Qué perspectivas hay de discutir la legalización del aborto en un contexto de creciente desigualdad y de ajuste económico?

S.D.: En términos neoliberales se podría pensar la posibilidad que la moneda de negociación sean las mujeres, como se vio con el Programa de Salud Sexual. Creo que esto va a depender de la fuerza de los partidos políticos y el compromiso que tomen con una demanda que no es una demanda sólo de las mujeres: la soberanía sobre los cuerpos debiera ser una demanda de la democracia como fue la de matrimonio igualitario o la identidad de género. No podemos dejar de lado el rol de la iglesia a lo largo de todos los gobiernos. Nuestros gobernantes se disciplinan y son oportunistas.

Hay un status quo vinculado a obstruir el debate: esto muestra una gran debilidad en términos de pluralismo y construcción de ciudadanía. Es hora que las cosmovisiones personales sean puestas al margen de las bancas para discutir si las mujeres tenemos que seguir siendo ciudadanas de segunda o no. Detrás de esto hay una cuestión patriarcal y de género, de igualdad y de justicia reproductiva. El aborto va más allá de “lo moral”.

El caso de Belén alertó acerca de una triada de poder compuesta por un sector de la salud, la policía y el poder judicial. Estos sectores tienen la capacidad de sustraer a la opinión pública a una mujer por 24 meses y ocultarlo: no sabemos qué hubiese pasado si el caso no se hacía público.

Por otro lado, dio lugar a pensar que el aborto ocurre en el cuerpo de las mujeres espontánea o voluntariamente. Es un dato de la realidad independiente de la clase: aunque conocemos el impacto desproporcionado que tiene sobre las clases populares. Ellas son quienes van a caer presas o ser denunciadas y no tienen más remedio que poner en peligro sus vidas.

El aborto no es una conducta desviada, es algo usual en la reproductiva de las mujeres. En ese sentido, el caso de Belén sirvió para abrir un espacio con la gente para hablar de despenalización muy concretamente: las mujeres que abortan pueden llegar a estar privadas de su libertad. Punto. ¿Esto es un postulado de la democracia?

En Argentina una mujer muere cada 18 horas víctima de violencia machista. Hay sectores del feminismo que hablan de un “reacción” como respuesta a la organización de las mujeres que denuncian violencia. ¿Crees que puede suceder algo similar en términos de la interrupción del embarazo? ¿Hay una reacción machista para criminalizar a las mujeres que abortan?

S.D.: Puntualmente ya sucedió cuando Belén salió libre en Agosto del año pasado. Conocimos el caso de Carla y un caso similar en Moreno. A mayor empoderamiento, mayores reacciones. Hay que pensar que los sectores antagónicos a los derechos de las mujeres no necesitan un activismo para su causa porque están amparados por el status quo: frente a una fuerza que está inerte el status quo queda inmóvil pero frente a la organización y la defensa del movimiento de mujeres la reacción es de mayor disciplinamiento y de abuso del lugar de poder para torcer esa bocanada de aire libre.

El ejemplo de esto es la denuncia post aborto: aquí se recicla el accionar de los objetores de conciencia. Hay profesionales que denuncian a una mujer que ya abortó y ese profesional es el mismo que también le va a negar la ligadura tubárica o el aborto permitido por la ley. Una vez enfrentado a una decisión consumada con la que no acuerda moralmente, buscan aplicar un castigo. Es muy importante el mensaje que se construye: la libertad de Belén fue muy importante porque era urgente.

 

¿Qué mensaje queres enviar tras el día internacional de la mujer trabajadora y el paro mundial de mujeres?

S.D.: Es importante que pensemos que feminismos hay muchos y todas las luchas son válidas. Hay que buscar puntos de unión porque para dividir está el capitalismo, está el neoliberalismo, el conservadurismo y los fundamentalismos religiosos. Tenemos que recordar que unidas somos invencibles.

 

(entrevista realizada a inicio de Marzo para la edición impresa de Resumen Latinoamericano)

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