URUGUAY: Movilización en la Embajada de Guatemala, “No fue el fuego, fue el Estado”.

Resumen Latinoamericano/La Diaria, 17 de marzo 2017

“No fue el fuego, fue el Estado”. El canto sonó ayer frente a la Embajada de Guatemala en Montevideo, donde 50 personas se concentraron en repudio al incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en Guatemala. Se trata de un hogar de amparo del Estado en el que vivían 748 niñas, niños y adolescentes; la capacidad era para 400. Había en su contra, además, acusaciones por malos tratos, torturas y violaciones. Todo eso fue lo que buscaron denunciar las chiquilinas el 8 de marzo, cuando quemaron un colchón como forma de protesta, pero nadie les abrió la puerta. Murieron 40 y otras 12 padecen graves quemaduras.

El encuentro de ayer fue organizado por feministas autoconvocadas; había algunos varones. “No fue el fuego, fue el Estado patriarcal el que asesinó a las niñas en Guatemala”, decía la pancarta que colocaron en el portón de acceso a la embajada. Habían llevado figuras de cartón que sirvieron para pintar en la vereda las siluetas de las ausentes. Encima de cada dibujo pegaron un papel con el nombre y la edad de cada fallecida o desaparecida -todavía no se ha identificado a algunas niñas que estaban internadas-; había un par de nombres de varones, en un caso un hermano, y otros podían ser hijos de las chiquilinas, presumían. Daba pena leer las edades de aquellas niñas y adolescentes y pensar en la vida que tuvieron y en toda la que no tuvieron.

Una funcionaria de la embajada, acompañada por otro funcionario, salió al portón -sin llegar a atravesarlo- e intentó sacar la pancarta. Las manifestantes le cantaron y le gritaron. La mujer entró y volvió a salir con una filmadora con la que registró a las manifestantes, que siguieron recriminándole que era el Estado el culpable de aquella matanza y que ellos eran cómplices. Con sus palabras y sus gestos, la funcionaria enardecía a quienes estaban en la vereda; luego ambos funcionarios entraron al recinto sonriendo socarronamente.

Las manifestantes empezaron a cantar “Yo sabía, yo sabía que a los asesinos los cuida la Policía, yo sabía”. No era casual: un patrullero había estacionado frente a la embajada. Los policías se mantuvieron al margen.

Las manifestantes leyeron la proclama. A través del megáfono, una de las mujeres afirmó que las 40 niñas y adolescentes murieron “por luchar por sus derechos, por no ser abusadas, por luchar por una alimentación, contra las condiciones miserables en las cuales se encontraban”, y agregó que “la embajada se muestra indiferente, echándonos, llamando a la Policía”. Leyó los 40 nombres de las víctimas. Juntaron las siluetas de cartón y las tiraron al otro lado de las rejas. Volaron un poco, antes y después de caer.

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