Explorando el muro del Sáhara Occidental, una frontera plagada de millones de minas

Resumen Latinoamericano/ RT/ 2 jul 2015  .–

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El Muro del Sahara Occidental, el más grande en su género de todo mundo y uno de los más silenciados, separa desde hace tres décadas a los saharauis, aislando a los desplazados en el desierto. Pero el problema más trágico que lleva asociado son los millones de minas colocadas en sus inmediaciones, que se han cobrado miles de vidas. RT ha viajado a esta zona, las más peligrosa del Sáhara Occidental.

El Muro del Sahara Occidental, un conjunto de instalaciones militares de 2.720 kilómetros de longitud, no solamente separa a familias saharauis, que llevan décadas sin poder reunirse, sino que se cobra vidas constantemente. El muro fue construido por Marruecos en los años 80 para aislar a los saharauis desplazados en el desierto, en el este del Sahara Occidental, de las dos terceras partes del mismo. Se trata de la mayor barrera militar operativa en el mundo, si bien su mayor peligro reside en los campos de minas antipersona y antitanque que se cobran la vida de muchos saharauis.

En el Sáhara Occidental más de 2.500 personas han sido víctimas de estas minas químicas, relata a RT Dahha Dulahi, que perdió un ojo y varios dedos por una mina cuando tenía tan solo 22 años. Desde entonces se dedica a ayudar a la gente que se encuentra en su situación. Se desconoce el número de víctimas mortales causado por estas minas.

El Pentágono estima que hay siete millones de minas a lo largo del “Muro de la Vergüenza”, como lo llaman los saharauis, si bien “se podría fácilmente considerar y estimar que son más de esa cifra”, afirma Abdeslan Omar, presidente de la asociación de familiares de presos y desaparecidos saharauis Afapradesa. Estas minas matan y hieren de manera constante, pese a que existe un alto el fuego desde 1991, denuncia.

Las operaciones de desminado son muy costosas y muy peligrosas. Colocar una mina se puede por un dólar, pero retirarla cuesta cien dólares. Las minas fueron colocadas en los 80 y desde entonces los fuertes sirocos y las lluvias desplazaron y enterraron muchas de ellas, así que no se puede saber con certeza donde están. Es imposible asegurar un territorio tan inestable, así que la zona segura empieza tan solo a cinco kilómetros del muro.

“Hablar del muro es hablar de la ocupación. Porque desde el punto de vista de la ocupación, Marruecos es, de facto, un país ocupante militarmente y lo que más ejemplifica la ocupación es el muro”, denuncia Boucharaya Beyún, representante del frente Polisario en España. El muro no solamente divide el territorio y separa familias, sino que tiene consecuencias negativas económicas, medioambientales, políticas y sociales, concluye. Esta división es denunciada en vano por organizaciones humanitarias y de derechos humanos.

foto: Western Sahara / CC

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