Venezuela: Resistir al Golpe, profundizar el poder comunal

 

 

 

por Marco Teruggi / Resumen Latinoamericano.-Dos funcionarios fueron atacados en el municipio Valera, estado Trujillo, el miércoles 12 de febrero. Uno de ellos está en el hospital, presentando lesiones graves. Los dos hombres se suman a los 66 heridos y tres muertos que dejó una jornada que fue definida por el presidente Nicolás Maduro como de “intento de Golpe de Estado contra un gobierno legítimo, contra la sociedad”.

 

 

 

En Valera entonces, la ciudad más poblada del estado, también atacaron, quemaron, intentaron. ¿Quienes fueron los autores materiales? Estudiantes de las universidades privadas y también de algunas pública. Al menos bajo esa identidad se presentaron, así como lo hicieron siete días atrás al arremeter contra la vivienda del gobernador del estado Táchira, Vielma Mora. Así también en Caracas, Barquisimeto y cada ciudad donde ejecutaron el plan de desestabilización el 12 de febrero, día de la juventud.

 

 

 

Sobre eso -”ellos fueron, esos estudiantes”- no duda Magali Blanco. Así como tampoco lo hace sobre la fuerza de la organización comunal a la cual pertenece, “Unidos por la Patria”, una comuna fundada el pasado 20 de noviembre, donde hacen vida 5600 habitantes, conformada por seis consejos comunales, la primera del municipio Trujillo, capital del estado. Pero sabe que no se trata solo de estudiantes, sino de una “cúpula que quiere empoderarse para beneficios personales y patear al pueblo”.

 

¿Quiénes son los autores intelectuales, esa cúpula?: “Los grandes empresarios a nivel nacional -quienes manejan los hilos del capitalismo burgués del cual todavía depende Venezela, explica-, que saben que aún tienen poder y quieren destruir a Maduro, al legado de Chávez, el Plan de la Patria, al pueblo, sobre todo a las personas como nosotros que creemos en el proceso revolucionario”.

 

 

 

Magali es vocera del Comité de Economía Comunal, órgano cuya función es “velar y trabajar por el fortalecimiento económico de la comuna”. Habla desde la altura de las montañas tachirenses. Abajo se ve la ciudad. A su lado está Argenio Fuenmayor, miembro del Parlamento Comunal, el espacio que, explica, debe ser “el gobierno de ‘Unidos por la Patria’, el que debe aprobar y dictar las líneas, directrices de todo lo que vaya dentro de la comuna”.

 

 

 

Luego de escucharla, Argenio desarrolla su análisis: “Existe una lucha de poder dentro de la oposición -en la cual María Corina Machado, Ledezma y Leopoldo López están enfrentados a Capriles Radonsky- y el que sale perdiendo es el pueblo de Venezuela. Hay un plan de Golpe de Estado encabezado por la parte más rancia de la derecha, quieren cambiar todo lo que se ha avanzado dentro de la revolución”.

 

 

 

Un plan, contra el pueblo, las conquistas, la organización popular, contra “nosotros” -como dice Magali-, “que lleva meses de previsto” afirma Argenio. Similiar a lo sucedido en abril del año 2002: choques callejeros, muertos, un escenario insurreccional. Parecido también a lo ocurrido el pasado 15 de abril del 2013, cuando luego de ser electo Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, sectores de la derecha generaron actos que dejaron un saldo de 11 muertos, varios locales del Partido Socialista Unido de Venezuela y Centros de Diagnóstico Integral quemados.

 

 

 

El marco de la guerra económica

 

“La oposición viene atacando a nivel alimentario”, señala Magali. Meses de desabastecimiento, escasez, inflación, largas colas para conseguir diversos alimentos. “¿Qué están buscando?, que nosotros mismos como revolucionarios caigamos en el juego de ellos y nos alcemos, que el pueblo se alce en contra del presidente y del gobierno”.

 

 

 

“Tenían un plan desde antes de las elecciones de diciembre, ese resultado -75% de las alcaldías ganadas por el chavismo- solo lo retardó”, explica Argenio. Ese plan de desestabilización callejera, llevado adelante el 12 de febrero, tuvo -y mantiene- un contexto preparado, trabajado y agudizado el año pasado: la guerra económica.

 

 

 

Argenio expone la situación que se vive en Trujillo: “El último año hemos vivido una cuestion fuerte en cuanto a la economía, los productos. La gente está molesta con eso, de alguna manera dentro de la comuna hemos tratado en la parte comunicacionlal -a través de la radio comunitaria “Tierra Libre” que pertenece a la comuna- de explicar lo que pasa, el asunto del contrabando por ejemplo que está muy fuerte. El problema de que la gente, por la cuestión mediatica hace compras nerviosas, y eso es un espiral, pero la verdad es que hay descontento”.

 

 

 

Generar malestar social, una situación de asfixia económica con el fin de golpear a los venezolanos, a la base de apoyo chavista, y generar mayor violencia en los sectores opositores. Un esquema desarrollado anteriormente por ejemplo en el Golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende, en Chile, en 1973. Según Magali y Argenio la derecha encabezada por Leopoldo López -como figura principal- está intentando el asalto insurreccional al poder, porque “piensan que el escenario ya está listo”.

 

 

 

Respuestas necesarias

 

“Tenemos que trabajar, producir”. Ambos están de acuerdo. Para impedir que los sectores de derecha continúen golpeando económicamente -desencadenante de descontento popular- se debe producir y más. Y en eso las comunas tienen un rol que cumplir: poseen, explican, las potencialidades humanas y geográficas -tierras, clima- necesarias.

 

 

 

Sobre eso también asienten juntos. Y al hacerlo señalan la granja avícola perteneciente a la comuna: dos corrales para una capacidad total de 2800 gallinas. “Creemos y nos consta que con este proyecto podemos sostener a las comunidades”, afirma Magali. Y enseña el criadero de cerdos. Y los campos sembrados de maíz, caraota, pimentón, ají dulce, café. Y habla de las Empresas de Propiedad Social que hacen parte de la comuna: una de construcción -que genera empleo para doce personas-, y una de comidas rápidas -donde trabajan cinco personas-.

 

 

 

“Buscamos generar empleo, llevar nuestra producción directamente al consumidor, sin intermediarios. Como pueblo organizado debemos producir, desarrollarnos, ejecutar y solventar las necesidades por nuestros propios medios”, explica Magali.

 

 

 

Esa es según ellos la forma de hacer frente a la avanzada de la derecha, de desarmar los cimientos de este plan: desarrollando la economía comunal, la que podria hacer frente al desabastecimiento -no en lo inmediato pero sí en un mediano y estratégico plazo-, y además permitirá “el fortalecimiento necesario para que la comuna se sostenga en el tiempo”

 

 

 

Pero para lograr enfrentar los ataques de la oposición también se debe hacer un trabajo cultural al interior de las comunidades: es necesario desmontar la “espiral” de la cual habla Argenio: “Le hacemos el llamado al pueblo -a través de la radio comunitaria- a que no caiga en el consumo compulsivo, en el juego del desabastecimiento. La idea es que tengamos conciencia: no hay harina pan pero tenemos maíz, podemos comer arepa de maíz, yuca, cambur, comer una pasta”.

 

 

 

Algunos obstáculos a las respuestas

 

“Siempre partimos de una idea: persona que no tenga ideología política revolucionaria, no piense en el pueblo, no debería estar en las instituciones”, afirma Magali. ¿Por qué?: según la experiencia de “Unidos por la patria”, una de las principales dificultades para avanzar en la realización de los proyectos ha sido la falta de apoyo -escucha- de los dirigentes intermedios de muchas instituciones. Existe muchas veces, analiza Argenio, un desencuentro entre lo que es dictado desde los ámbitos nacionales -de quien afirma han recibido el mayor aporte- con la realidad institucional local.

 

 

 

Porque las condiciones para producir están dadas: “Estamos organizados, registrados, con debilidades como todos, y queremos producir, por eso pedimos el apoyo de las instituciones que tienen esas ventajas de tener cómo ayudar al pueblo para que el pueblo siga su desarrollo”. En la comuna precisan los capitales de inversión para poner en marcha varios de los proyectos ambicionados, para combatir la avanzada golpista -que no tiene un punto final en las jornadas del 12 ni las que le siguen- y consolidarse estratégicamente.

 

 

 

Según los dos comuneros, y su experiencia recorrida y acumulada a lo largo del proceso organizativo popular -primero en sus consejo comunal, luego en la sala de batalla, y ahora en la comuna-, para poder avanzar en la consolidación de las comunas y su economía se debe lograr una mayor articulación entre comuneros e instituciones, esto es principlamente una mayor escucha hacia las voces organizadas del pueblo.

 

Esta situación de falta de escucha,, según Argenio, responde a un elemento vertebral, una de las encrucijadas principales de la transición al socialismo: “El Estado Constituido no quiere ceder poder -económico y político- al Estado Comunal que está naciendo. Es como decía Chávez: un Estado que resiste a morir, y otro que quiere nacer”. Las comunas deben tener “poder político”, agrega.

 

 

 

Profundizar la revolución

 

Avanzar en “un mayor empoderamiento popular” es entonces, según Argenio y Magali, el camino necesario. El que en un mismo movimiento puede consolidar la formación del gobierno comunal -y el futuro Estado comunal que buscan construir-, a la vez que consolidar las condiciones organizativas y económicas para hacer frente al golpismo de la derecha.

 

 

 

Por eso insisten en poner en pie las comunas, la economía comunal, por eso antes de continuar con su trabajo en la granja avícola, Magali hace “un llamado a todos los consejos comunales a que se monten en el carril, que se activen y trabajen, y sean comunas”.

 

 

 

Porque saben que el Golpe de Estado encabezado por la oposición -y “preconcebido desde Washington”, como afirmó Nicolás Maduro- está dirigido contra el gobierno y el pueblo, del cual forman parte, con el que se organizan día a día. Están seguros que la mejor forma de enfrentarlo es trabajando, produciendo alimentos, poder desde abajo, un poder que crezca dentro de las comunidades y resista a los embates económicos -antesala de la violencia abierta que genera muertos- de la oposición.

 

 

 

Magali y Argenio saben que, como en abril del 2002, una de las mayores defensas que tiene la revolución bolivariana es ese pueblo consciente y sus espacios de organización -entre los cuales las comunas son una expresión creciente-, el chavismo de base que aquel 13 fue hasta el Palacio de Miraflores y que hoy pide más poder, para consolidar, resistir y transitar hacia la irreversibilidad del socialismo.

 

 

 

 

You must be logged in to post a comment Login