Nuestramérica. Informe señala a 41 millones de desocupados en América Latina y el Caribe

Por Máximo Paz, Resumen Latinoamericano, 04 de julio de 2020

De acuerdo a una reciente publicación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la pandemia desatada por el COVID-19 alberga un proceso de profundización sin precedente histórico de la crisis laboral que persiste desde hace años en América Latina y el Caribe. Los resultados indican que al menos 41 millones de personas se hallan desocupadas en la región. De mantenerse inmutable el contexto crítico impuesto por la crisis sanitaria, el documento indica que las sociedades de las Américas experimentarán aún más la tendencia hacia el incremento del desempleo y el empeoramiento de las condiciones de vida.

A través de una conferencia de prensa virtual llevada a cabo por Vinicius Pinheiro, Director de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe y por Fabio Bertranou, Director de la oficina para el Cono Sur, se presentó el informe “Panorama Laboral en tiempos de la COVID-19: Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos”. Las estipulaciones volcadas en la publicación hallan una serie de observaciones cuantitativas preocupantes para el contexto social americano.

Entre los datos destacables, el informe describe una suba entre 4 y 5 puntos de la tasa de desocupación en la región respecto al 8,1% de fines de 2019. No conforme con ello, la organización advierte que, de continuar la crisis, los números porcentuales estarán sujetos a un mayor agravamiento.

La investigación, sobre el punto observado, además subraya datos más dramáticos publicados por otros organismos. En ese sentido, el Banco Mundial refleja una caída del crecimiento económico de -7,2% y una tasa de desocupación del 12,3%, mientras que el Fondo Monetario Internacional, sobre una baja en la actividad económica del -9,4%, estipula una tasa del 13%.

Los porcentajes esbozados por la OIT encuentran rostro al revelarse en términos numéricos absolutos las personas que se estiman como desocupadas: sobre los 26 millones existentes anteriores a la pandemia, el incremento de la tasa porcentual describe a 41 millones de parados para 2020.

“Ese aumento sin precedentes en la tasa de desocupación regional implica un récord histórico de 41 millones de desempleados, lo cual va a repercutir sobre la estabilidad económica y social de nuestros países”, reveló Vinícius Pinheiro a través de la pantalla.

El informe además refiere a que el agravamiento de los guarismos encuentra relación directa con los indicadores que dan cuenta del objetivo desmejoramiento de las condiciones laborales y la merma a la baja sobre los ingresos salariales y los presupuestos familiares entre los ocupados.

“Una característica de esta crisis ha sido la velocidad del impacto que se ha traducido en un colapso inmediato de los ingresos laborales y familiares de un conjunto muy amplio de la población”, subrayó Pinheiro. “Esto puede amplificar las desigualdades sociales dado que los ingresos laborales en promedio aportan alrededor del 80%, de los ingresos totales familiares en la región”, completó al respecto el conferencista.

En otro punto de la conferencia se dio cuenta de las limitaciones que se presentan para medir la fuerza de trabajo real desocupada, en tanto que a partir de las medidas de distanciamiento, resguardo y confinamiento, superpuestas al desánimo ante los exiguos ofrecimientos de ocupación laboral se desprende un sector poblacional “escondido” de las estadísticas.

“La masiva destrucción de empleo no se refleja por completo en incrementos en la tasa de desocupación, debido a que una parte significativa de los trabajadores que pierden su empleo ha salido de la fuerza de trabajo”.

Razón por lo cual, se explica, podrían observarse mayores incrementos porcentuales en las estadísticas conforme se flexibilicen las medidas de contención social y, en consecuencia, la población inactiva precise salir a buscar ingresos propios en el mercado de trabajo tanto formal como informal.

Asimismo, el documento establece que cerca del 40% del total de la ocupación en la región se aloja en actividades laborales de alto riesgo en cuanto a su pérdida frente a la crisis sanitaria, mientras que un 17% se radica en sectores de riesgo medio-alto, por lo cual la organización estima que “alrededor del 60% de los ocupados en América Latina y el Caribe se encuentran expuestos a significativas pérdidas de empleo, de horas trabajadas y de ingresos laborales”.

Servicios hoteleros, gastronómicos y comercio se encontrarían, según la OIT, en el segmento de alto riesgo.

Por contrario, el informe indica que el 20% de la fuerza de trabajo de Latinoamérica y el Caribe se localiza inscrita al rango de actividades de bajo riesgo en el marco de la pandemia. Trabajadoras y trabajadores pertenecientes a la administración pública, educación y salud se hallarían en mayor número dentro de ese conjunto laboral.

El cuadro de situación actual encaja en su antecedente lógico a través de las observaciones volcadas en el documento que describen las realidades americanas poco alentadoras mucho tiempo antes del advenimiento de la pandemia.

“El bajo ritmo de crecimiento económico que caracterizó, en general, los años posteriores a la crisis financiera internacional (2008/2009) se tradujo en una débil creación de puestos de trabajo, especialmente de aquellos de mayor calidad”, señala el informe, para asegurar, a renglón seguido, que “la informalidad ha venido incrementándose sistemáticamente pasando de representar el 49,5% del total de los ocupados en 2014 a concentrar el 50,6% en 2018 y el 51% en 2019” y que “por lo tanto, en 2019 continuaron intensificándose las tendencias desfavorables observadas en los mercados de trabajo de la región. En particular, el leve aumento de la tasa de desocupación fue acompañado de un empeoramiento en la calidad de las ocupaciones y de un muy reducido incremento en las remuneraciones reales de los trabajadores”.

De acuerdo a lo desarrollado por la tecnocracia autora del trabajo investigativo, que coloca la certeza de una inconmensurable reducción de empleos y la pérdida masiva de ingresos laborales, se desprenden las alertas necesarias sobre los destacamentos organizativos de la clase obrera latinoamericana y caribeña.

Fuente: AnRed

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