Perú. Dolor y violencia: el trance para enterrar a los fallecidos por coronavirus

Resumen Latinoamericano, 8 de abril de 2020

Los fallecidos en regiones por Covid-19 son enterrados en medio del rechazo, a veces violento, de los vecinos que viven alrededor de los cementerios. La norma recomienda como primera opción la incineración, pero más de la mitad de las regiones del país no cuentan con estos establecimientos, y de ellos solo uno es público. Solo 11 regiones, fuera de Lima y Callao, cuentan con crematorios.

Alos trabajadores y familiares que iban al sepelio “los vecinos los han corrido a pedradas y les han tirado bala. La gente que vive cerca de los cementerios no quiere que entierren a los muertos por Covid-19. Ya hemos tenido problemas en Zarumilla y ahora en la ciudad de Tumbes”, dice preocupado a OjoPúblico, Abel Chiroque, Defensor del Pueblo en esta región ubicada en la frontera con Ecuador. Eso ocurrió el último sábado 4 de abril.

Los vecinos del barrio El Pacífico llegaron hasta el cementerio El Carmen, y ayudados con lampas cubrieron la fosa que en la madrugada el municipio hizo para enterrar al tercer fallecido por esta enfermedad. Solo después, resguardados por la Policía y el Ejército y aprovechando el toque de queda, las autoridades lograron reabrir el hoyo y enterraron el cadáver. Al otro lado, los vecinos lanzaron piedras contra los trabajadores encargados del entierro y tuvieron que huir del lugar. 

EN TUMBES HAN CONTRATADO A NUEVOS TRABAJADORES PARA REALIZAR LOS ENTIERROS, PORQUE LOS DE LA FUNERARIA NO QUIEREN HACERLO, TIENEN MIEDO.

La región ubicada en la frontera con Ecuador es una de las 13 en todo el Perú que no cuenta con un crematorio para incinerar a los muertos.  El protocolo recomendado por el Ministerio de Salud (Minsa) es el entierro sin velorio, pero durante las últimas semanas, impulsados por el miedo y la falta de información, los vecinos que viven en los alrededores, se han opuesto, en muchos casos con violencia, a que los familiares sepulten a sus muertos. Los mismos trabajadores de los cementerios se han negado a cumplir con su labor y han abandonado a los deudos. 

Según la Defensoría del Pueblo, en el Perú solo hay 11 regiones fuera de Lima y Callao que cuentan con crematorios autorizados por el Minsa: Lambayeque, La Libertad y Áncash en el norte; Huánuco y Junín en la parte central; Loreto y San Martín en la Amazonía; y Cusco, Tacna y Arequipa en el sur. En casi todas las regiones estos establecimientos son privados, salvo en Junín donde es público. 

El primer fallecido por Covid-19 en Tumbes fue enterrado el 31 de marzo en el cementerio San Carlos de Zarumilla, después de 30 horas, pese a que el protocolo sanitario señala que debe hacerse dentro de las 24 horas después de la muerte. La demora se originó porque las personas que vivían alrededor se oponían al entierro en ese cementerio. Esa vez también fue necesaria la presencia de un fiscal, de la policía y del Ejército para que los familiares puedan a enterrar a su muerto. 

SEGÚN LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO, EN EL PERÚ HAY 11 REGIONES FUERA DE LIMA Y CALLAO QUE CUENTAN CON CREMATORIOS AUTORIZADOS POR EL MINSA.

El personal del cementerio que participó de este entierro también fue agredido por la población, que les lanzó piedras. “Lo mismo pasó en el cementerio de la ciudad de Tumbes, con el tercer muerto. Como había muchísima gente, entramos por una puerta adyacente, no por la principal. Los vecinos habían tapado la fosa, igual que en el cementerio de Zarumilla. Y luego lanzaron piedras y hasta disparos, por eso los trabajadores salieron corriendo”, contó el defensor del pueblo Abel Chiroque. 

Tumbes
MIEDO. En Tumbes los vecinos que viven en los alrededores del cementerio se oponen al entierro de los muertos por Covid-19 y cubren las fosas destinadas como sepultura. 

Debido a la violencia e inseguridad a la que están expuestos quienes participan de la inhumación de los fallecidos por coronavirus, muchos sepultureros han renunciado a su trabajo. No solo ellos. “Los de las funerarias y el personal de salud ya no quieren participar en los entierros. Tienen miedo a contagiarse y a la violencia de la gente. Ahora nadie quiere tocar los cadáveres”, dijo Chiroque. 

El director regional de Salud de Tumbes, Harold Burgos, le dijo a OjoPúblico que han empezado a contratar gente para realizar los entierros. “No es personal de salud ni de la funeraria, porque ellos no quieren, tienen miedo. Se contrata gente, se les capacita y se les da la indumentaria”, dijo.

Un solo crematorio público en regiones

En Lima existen seis crematorios: dos de ellos son públicos y se ubican en los distritos de El Agustino y Chorrillos, y el costo de sus servicios es de S/ 1.650 cada uno. Otros cuatro crematorios son privados y cobran entre S/ 1.800 y S/ 3.900. Mientras tanto, en el Callao funciona un crematorio público cuya tarifa es de S/ 760. Estos precios no incluyen los servicios funerarios como retiro y traslado del cadáver. 

En regiones. de los 11 crematorios, solo uno es público y funciona en Junín. El precio de sus servicios es de S/ 4.000, pero cuando se incluye el servicio funerario el costo se incrementa hasta S/ 5.000. En el resto de regiones los crematorios son privados y las tarifas oscilan entre S/ 1.500 y S/ 5.000. 

LA FALTA DE CREMATORIOS ES UN FACTOR DE RIESGO PORQUE EL PROTOCOLO RECOMIENDA QUE LAS PERSONAS QUE MUEREN POR COVID-19 SEAN CREMADAS.

Para el decano del Colegio Médico de Lima, Juan Astuvilca, la falta de crematorios es un factor de riesgo porque el protocolo recomienda que las personas que mueren por Covid-19 sean incineradas. “Lamentablemente, al no tener suficientes crematorios en todas las regiones del país, los cadáveres son enterrados y manipulados por las personas sin las condiciones básicas de protección. Es un riesgo para la salud pública”, dijo a OjoPúblico.  

Añadió que en nuestro país no contamos con suficientes crematorios debido a que no es una práctica habitual. “Cremar a nuestra persona es más caro que enterrarla, entonces hay un factor económico; y en segundo lugar tenemos el factor de las costumbres, hay muchas tradiciones andinas de velar al cuerpo, enterrarlo en un ritual con los amigos y familiares, con música. Entonces, el entierro es la forma más popular de despedirnos de nuestros cadáveres”, dijo. 

Manejo de los cuerpos 

De acuerdo con la directiva sanitaria 087-2020-Digesa/Minsa, los procedimientos para el tratamiento de los cuerpos de personas fallecidas por Covid-19 son la cremación y el entierro o inhumación en lugares donde no haya crematorios. En este último caso se debe realizar dentro de las 24 horas de certificada la muerte, sin velorio, y las personas autorizadas para dicho procedimiento deben contar con todos los equipos de protección personal (ropa quirúrgica, lentes, mandil, gorro, mascarilla, guantes y botas). 

El cuerpo debe ser introducido primero en una bolsa, cerrada herméticamente, y luego desinfectada con hipoclorito de sodio (lejía), y solo después, colocado en un ataúd que, por ningún motivo, debe ser abierto. La norma solo permite que durante la sepultura solo estén presentes hasta 5 familiares del fallecido, siempre y cuando usen los equipos de protección personal.  

En la cremación pueden participar hasta dos familiares, también con implementos de seguridad, y se realiza dentro de las 24 horas de certificada la muerte. Las cenizas son entregadas en una urna sellada a los familiares que lo soliciten. Estos centros de incineración deben contar con autorización de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa). 

El Minsa informó que el Sistema Integral de Salud (SIS) cubrirá los gastos de sepelio de sus asegurados, que incluye el ataúd, el traslado del fallecido del hospital y el proceso de cremación. “En los casos donde no exista crematorio se cubrirán los gastos del féretro, traslado al cementerio y la sepultura”, señalaron.

La cobertura del SIS también incluye a personas indigentes. Además, se conoció que toda muerte sospechosa por Covid-19 debe ser manejada como un caso confirmado y seguir las mismas recomendaciones de bioseguridad. En el caso de los afiliados a Essalud, esta entidad cubrirá los gastos de cremación o entierro. 

La norma sanitaria 087-2020 de Digesa precisa que a los fallecidos por Covid-19 no se les realizará la necropsia. La intervención del Ministerio Público solo se autoriza cuando hay evidencias de algún acto criminal, y si eso ocurriera, participa la fiscalía “con el número mínimo de representantes” y con los cuidados exigidos para esta emergencia, usando equipos de protección personal.  

Fuente: Ojo Publico

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