Argentina. ¿Hasta cuándo el Estado dará la espalda a los pueblos originarios? /Delegación en Buenos Aires busca respuestas

Por Verónica Gómez, Resumen latinoamericano, 6 abril 2020

En los últimos meses, antes de que la pandemia por  Covid-19 (coronavirus) acaparara toda la atención de los medios de comunicación, las muertes de niños wichís de Salta por desnutrición fueron noticia y dejaron al descubierto la situación de vulnerabilidad extrema en la que vive el pueblo Wichí en esa provincia, dando a conocer su falta de acceso al agua y a otros elementos básicos para la vida humana. Desde diciembre y hasta el momento son más de una decena los niños muertos a causa de la falta de agua y alimentación adecuada, lo que incentivó a que las autoridades nacionales y provinciales, y hasta famosos como Marcelo Tinelli, se ocuparan de esta situación enviando ayuda sanitaria y ordenando construir pozos de agua.

Pero lamentablemente no sólo los wichí están viviendo en una situación deplorable sino que, siendo Salta la provincia argentina que mayor cantidad de pueblos indígenas alberga en su territorio, cuenta con muchas otras comunidades que también están viviendo en riesgo constante, consumiendo agua recolectada de lluvia o directamente agua contaminada, en riesgo constante de ser desalojados, sin fuentes de trabajo, niños y ancianos desamparados, desnutridos y por lo tanto en una situación de vulnerabilidad total de comunidades enteras.

Por la ausencia del Estado frente a las necesidades de otras comunidades wichí y del resto de las comunidades indígenas que habitan la provincia de Salta, un grupo de representantes de diferentes etnias originarias (Qom, Wichí, Guaraní, Chané, Tapiete, Chorote y Chulupí) se encuentra en Buenos Aires desde el 23 de febrero en busca de soluciones urgentes para los problemas que los aquejan. La desnutrición, la falta acceso al agua potable, la discriminación en centros de salud y hospitales y la necesidad de los títulos comunitarios como indica la ley, son cuestiones que están íntimamente relacionadas y que juegan un papel fundamental en el estado deplorable en que se encuentran en la actualidad y hace siglos los pueblos indígenas de Argentina en general y de Salta en particular.

A lo largo de este mes recorrieron las diferentes oficinas de organismos y Ministerios nacionales sin obtener ninguna respuesta concreta, mientras en sus comunidades el hambre y las enfermedades siguen avanzando. En el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) se presentaron en reiteradas oportunidades, desde allí les programaron varias entrevistas como en el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) o el Ministerio de Desarrollo Social, pero nada fue suficiente para conseguir un compromiso de construcción de pozos de agua o de asignar tarjetas alimentarias para paliar los problemas de desnutrición, así como tampoco la garantía de que de una vez por todas se les otorgue el título comunitario de las tierras que habitan ancestralmente.

Esta agrupación autodenominada Siete Etnias de Salta estuvo realizando un acampe hace tres años en la Avenida 9 de Julio e Irigoyen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y no habían sido escuchados, volvieron a Salta con promesas por parte del INAI que nunca se cumplieron. En esa ocasión varias personas particulares, así como también la abogada indígena Paula Alvarado y organismos de derechos humanos, los habían apoyado de diversas maneras y fueron ellos quienes también esta vez los ayudaron para concertar una cita en el Ministerio de Desarrollo Social con el Ministro Daniel Arroyo. En esta reunión llevada cabo el lunes 16 de marzo último, fueron acompañados por Nora Cortiñas (madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora); Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz; Pablo Pimentel por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH LM); Paula Mercedes Alvarado por la Gremial de Abogados; Leonardo Pérez Esquivel, por el Espacio InterCuencas y Ate; y el equipo de Pueblos Originarios del SerPaj (Servicio Paz y Justicia).

Pese a contar con estos acompañantes de gran renombre, no hubo por parte de dicho Ministerio respuestas concretas para sus comunidades, dejando un sabor amargo ante la esperanza que albergaban los miembros de la agrupación Siete Etnias.

La situación de alerta sanitaria y cuarentena obligatoria forzó a esta agrupación a permanecer en Buenos Aires en espera de que, en cuanto mejoren y se tranquilicen las cosas, el presidente Alberto Fernández los reciba en la Casa Rosada, como le  prometió a Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel, para escuchar él personalmente los problemas que urgentemente necesitan remediar hace tantos años las naciones indígenas de Salta.

*Profesora de lengua y cultura guaraní

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