Argentina. Corriente Política de Izquierda: Contra la pandemia, desde una perspectiva anticapitalista

Resumen Latinoamericano, 25 marzo 2020

Declaración:

La crisis planteada por el coronavirus marca un agravamiento de las condiciones socioeconómicas ya de por sí dramáticas que vive Argentina. La prioridad del actual gobierno era negociar el pago de la deuda, basándose en que el estado argentino no puede pagar y necesita un “alivio” en plazos, monto nominal, tasa de interés y período de gracia. La imposibilidad de pagar se acentúa en estas nuevas circunstancias, con mayor requerimiento de gastos por la exigencia sanitaria creciente y más todavía, por el deterioro de la capacidad del país para obtener dólares vía exportación. Desde una perspectiva crítica cabe reforzar el planteo de suspensión del pago y auditoría de la deuda, en medio de un descalabro financiero. Y también el de ir contra las inmensas fortunas que, fuga de capitales incluida, concentran miles de millones de dólares que quedan al margen del sistema tributario

El avance del coronavirus pone en tela de juicio además todo nuestro modelo productivo, con el deterioro de la capacidad de exportación de granos y la inviabilidad sobreviniente de la explotación de petróleo y gas no convencional. Es un momento de desarrollar y difundir la idea de que la perspectiva extractivista, productivista y consumista se torna cada vez más destructiva y no puede venir de allí ninguna solución. Esta situación de emergencia abre también carriles para discutir el papel del estado. Hemos llegado hasta aquí con un estado que, en los límites marcados por el capitalismo, es un mecanismo de reproducción y ampliación de las ganancias de las grandes empresas. La encrucijada en que nos hallamos marca la necesidad de que el aparato estatal y sus múltiples recursos se vuelquen a salvaguardar al conjunto de la sociedad, a garantizar su alimentación, su acceso a recursos básicos como el agua y la energía y en particular a mejorar y coordinar el sistema de salud. Todo ello puede y debe constituir un firme reclamo en la coyuntura actual. A la vez, es un incentivo para poner en discusión que necesitamos una diferente relación entre estado y sociedad.

Situaciones críticas como la actual no deben ser resueltas entre cuatro paredes, ni confiar las medidas de vigilancia y control en exclusiva a fuerzas policiales y militares. Afectan a todes y en particular a vastos sectores populares con fuertes carencias de vivienda y de acceso a condiciones higiénicas y sin posesión de un ingreso regular que les proporcione sustento durante la cuarentena. Como en todas las relaciones sociales, las diversas situaciones frente a la pandemia tienen un sesgo de clase. Es imperativo reclamar e impulsar que las organizaciones populares tengan voz e injerencia en las decisiones de políticas públicas en torno al coronavirus y que se asigne prioridad a la prevención y atención de las clases populares. La difícil coyuntura por la que atravesamos pone en evidencia la ineptitud de las concepciones de “libre mercado”, “estado reducido”, “individualismo y meritocracia” para dar solución a cualquier problema importante. Esta es una oportunidad para reflexionar colectivamente y difundir el pensamiento en torno a la necesidad y posibilidad de una sociedad basada en la solidaridad, la planificación colectiva, la verdadera democratización de las decisiones. Y mantener en alto la idea de que una sociedad de ese tipo no puede ser capitalista.

Buenos Aires, 25 de marzo de 2020

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