Bolivia. Distanciado de Mesa, el devaluado golpista Camacho ahora dice que el lunes llegará otra vez a La Paz a pedir renuncia de Evo

En lo que parece el segundo capítulo de una amenaza poco consistente, el racista y golpista cruceño Luis Fernando Camacho informó que solo resta definir la hora para llegar hasta la plaza Murillo y cómo se lo hará. Además anticipó que no saldrán hasta lograr la dimisión del presidente Evo Morales.

El dirigente cívico Luis Fernando Camacho. Captura de imagen

“Vamos a ir en la acción única, total, definitiva y tajante el día lunes a llevar esa carta (al Palacio Quemado) y no vamos a salir sin que tenga el fruto que buscamos”. Así, Camacho confirmó que ese día, junto con representantes de diferentes sectores, buscará entregar la carta que redactó para la dimisión del presidente Evo Morales.

El vicepresidente Álvaro García explicó que se responderá al contenido de esa misiva en el marco de la Constitución Política del Estado y descartó que Morales vaya a renunciar cuando no solo debe cumplir su mandato sino que ganó una nueva elección.

Camacho, quien se halla distanciado del candidato derechista Mesa, no irá solo como había anunciado inicialmente. “Vamos a ir todos en unidad y no nos vamos a mover hasta que esa carta sea aceptada y el Presidente renuncie”, aseguró en una entrevista en la red Unitel y después de participar en un cabildo de cocaleros de los Yungas, norte de La Paz, contrarios al oficialismo.

Antes había sostenido una reunión en un céntrico hotel de la zona Sur con otros dirigentes cívicos y representantes del denominado Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade). En esa cita participó el rector de la UMSA, Waldo Albarracín, y dijo que no se tenía la fecha para entregar esa misiva.

Horas después, Camacho afirmó que solo queda fijar la hora de la entrega y definir cómo lo harán, aunque anticipó que el objetivo es llegar a la plaza Murillo y dirigirse al viejo Palacio de Gobierno o Palacio Quemado. “La carta no se puede dejar en ventanilla”, dijo en alusión a la oficina de correspondencia de la Casa Grande del Pueblo.

Camacho aseguró que no retornará a Santa Cruz como una muestra de respaldo a quienes se movilizan en La Paz en demanda de la dimisión de Morales y la anulación de las elecciones del 20 de octubre.

“No solo me voy a mantener hasta la entrega de la carta, me voy a quedar en La Paz, es un compromiso no solo por el mandato del cabildo (…), no vamos a dejar solo a nadie”, aseguró en momentos en los que en el centro paceño se desataban violentos enfrentamientos entre universitarios y mineros, primero, y luego entre universitarios y policías.

Desde el Gobierno se denunció en varias oportunidades la preparación de un golpe de Estado desde los comités cívicos, que se volvieron a activar y recobraron protagonismo como el que tenían en 2008, cuando exigían también la dimisión de Morales.

Los “cívicos” también apuntan a centrar la presión y las protestas en La Paz, como una nueva estrategia en procura de la renuncia de los actuales mandatarios, quienes ya anticiparon en varias ocasiones que defenderán el voto ciudadano y recordaron que está en curso una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) a las elecciones antes las denuncia de fraude.

Cívicos de las diferentes ciudades capitales se sumaron a las protestas. Desde el lunes decidieron tomar las instituciones públicas y fronteras para evitar que ingresen recursos económicos al Gobierno.

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