Chile. Solidaridad con Cuba: “No olvidamos el refugio hermano de Fidel y su pueblo”

Andrés Figueroa Cornejo / Resumen Latinoamericano / 17 de julio de 2019

Alrededor del mediodía de este miércoles 17 de julio, decenas de personas pertenecientes al Movimiento Chileno de Solidaridad con Cuba se apostaron en la entrada de la faraónica embajada de Estados Unidos en la capital del país andino, plantada como una suerte de fortaleza antinuclear en plena comuna de Las Condes. ¿El objetivo? Protestar ante el recrudecimiento del criminal bloqueo que el imperio norteamericano mantiene en contra de la mayor de Las Antillas, y dejar una misiva dirigida a Donald Trump, testimoniando el repudio a sus políticas atentatorias a la soberanía de los pueblos.

La agrupación solidaria está formada por mujeres y hombres de diversas organizaciones sociales y políticas (entre ellas, el Capítulo Chile del Congreso de los Pueblos de Colombia) que reconocen en la Revolución Cubana el más vivo ejemplo de independencia antiimperialista en el mundo. El movimiento de fraternidad chilena, como una partícula brillante de humanidad agrupada en mitad de la noche capitalista, recreó con su acción la mejor tradición de acompañamiento a un pueblo caracterizado por tender su mano a los más necesitados del planeta, sin condiciones ni exclusiones de ninguna naturaleza.

Uno de los voceros de la solidaridad del país de Salvador Allende, Juan Cuevas, en la boca misma de la sucursal imperial, expresó que, “rechazamos la entrada en vigor del Título III de la llamada ‘Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubana’, también conocida como Ley Helms-Burton, aprobada en 1996 por Estados Unidos”, y añadió que, “Esta medida permite que tanto individuos y compañías cubanas de la ‘Lista Restringida de Cuba’, como empresas extranjeras asociadas al Gobierno Cubano en la explotación de propiedades confiscadas por la Revolución desde 1959, puedan ser demandados en Tribunales de Estados Unidos”.

Asimismo, Cuevas explicó que la reciente intensificación de la agresión multidimensional estadounidense inaugurada hace 60 años contra la isla de Martí, “Es una forma desembozada de agravar los efectos económicos sobre el pueblo cubano del criminal bloqueo que hemos denunciado permanentemente. Es, también, una expresión más de la vena criminal de la política exterior desatada por la administración Trump contra todos los pueblos del globo. Las empresas que saquearon por décadas los bolsillos de la población son las que deben indemnizar. La oligarquía que disfrutó de las prebendas y beneficios de propiedades mal habidas debe entender que tiene la obligación de devolver a la ciudadanía isleña el producto del trabajo, muchas veces esclavizado, del pueblo cubano”.

Juan Cuevas terminó indicando que, “somos miles las y los chilenos quienes fuimos abrigados generosamente por la solidaridad del pueblo cubano y de sus dirigentes cuando debimos abandonar Chile en los comienzos de la dictadura cívico militar de Pinochet. Quienes aquí estamos, no olvidamos el refugio hermano de Fidel y su pueblo, en la hora dura del fascismo del Pentágono y del puñado de dueños de este país”.

 

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