Colombia. Educación superior: Ni un minuto de silencio contra el abuso de autoridad

Resumen Latinoamericano / 11 de julio de 2019

En las instituciones de educación superior -IES- como la Universidad de Antioquia la situación con los controles de ingreso en las porterías son un tema que se ha venido saliendo de control desde hace un tiempo atrás. En menos de dos semanas se han presentado grescas con algunos empleados de ´seguridad´ que actúan de forma desmesurada al momento de realizar los controles de rutina para el ingreso al campus.

Los casos que más han causado revuelo tienen que ver con el abuso de autoridad que se arrogan estos empleados, quienes reciben órdenes y creen que en la Universidad se debe hacer todo lo que sus superiores les ordenen, incluso si se pasa por encima de la ley. La orden es controlarlo todo y lo que no encaje en la normatividad y política de modelos de privatización o vigilancia, debe ser corregido a través del uso desmedido de la fuerza, con golpes y garrotes.

El pasado viernes 28 de junio aprovechando el retorno de vacaciones, retomaron medidas como abrir la maleta para que los empleados de ´seguridad´ procedan a registrar las pertenencias de las personas que ingresan a la universidad. Lo peor de todo, es que se elige según el criterio de cada guardia a quién se le va hacer el registro. Si no acepta tal abuso, la respuesta ante ello es la negativa y la prohibición de ingresar al campus.

Ocurrió con dos estudiantes que terminaron siendo agredidos, algunas de sus pertenencias terminaron extraviándose y sus maletines, donde no guardan armas sino libros, fueron destruidos. Seguramente nadie responderá por los daños o las acciones de violencia desmedida contra los estudiantes, porque así funcionan los campus universitarios, como el de la U de A.

No es de extrañar que también los estudiantes, quienes aparte de ser agredidos y vulnerados deban soportar la calumnia y que se les abran procesos disciplinarios o que reciban demandas por el hecho de defenderse ante el abuso. Las lógicas están invertidas y algunos empleados gozan con ellas, pues se garantiza de esa manera que puedan seguir abusando de una autoridad que no deberían tener, ¿quién se las habrá concedido?

Es indignante ver cómo el ingreso a una universidad pública, depende a las requisas, y quien no las concibe es tildado de bandido, delincuente, grosero y más cosas. La lógica funcional es que, cuando el orden llama, hay que correr y hacerle caso, así la realidad sea un desorden.

Así pasen cada día por encima de las libertades de quienes viven y se empoderan de los espacios que por derecho les corresponden, lo que viene ocurriendo en las universidades públicas, nos hace pensar que si algún día deciden que debemos entrar brincando en un solo pie, con una mano atrás y con la otra tocándose la punta de la nariz, ahí estarán los trabajadores de ´seguridad´ para hacer valer la decisión.

¿Será que las medidas que se implementan solucionan el problema de las universidades, en donde se han asesinado a estudiantes, se les ha amenazado y se hurtan pertenencias de los casilleros? ¿Cómo pueden los trabajadores de la ´seguridad´ solucionar todos estos problemas prohibiendo el ingreso a quién no le abra el bolso? ¿Acaso con sus porras, sus cámaras de vigilancia, con la violación de los derechos individuales o pasando por encima de la constitución, lo lograrán?

Esta pues, y para concluir, es una denuncia que sirve para la reflexión de cuál es el papel que cumplen en las porterías los trabajadores de ´seguridad´ en los campus universitarios; si es el velar por un flujo tranquilo y normal de personas o si es el de reseñar a quienes quieren acceder, al parecer, a una cárcel más en donde hay que estar atento, como en la cárcel de Bellavista, si el uniforme de los celadores del día es azul o rojo, que indica el grado de agresividad o de dificultad para el ingreso.

CI DH/JA/11/07/2019/07:00

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