Cuba. Entrevista a la artista plástica Ileana Mulet: Mi pintura estará en todas partes gritando una y otra vez / Mirar La Habana con ojos de mujer

Resumen Latinoamericano*, 21 junio 2019.

Y es que cada día Ileana Mulet se parece más a La Habana, esa ciudad soñada que ha pintado desde los ojos profundos, que no ciegos, del amor; esos ojos buscadores de la belleza, dadores de la belleza.

—¿Qué Habana has pintado?

—El maestro Harold Gramatge, prominente músico cubano lamentablemente fallecido, en ocasión de una exposición mía, escribió:

«Mulet llevada de la mano por ángeles y demonios va encontrando imágenes soñadas que plasma en amplios espacios, donde burla dimensiones para agrupar, sobreponiéndolos, sólidas piedras, muros, calles, escaleras, torres, ventanales, arcos, campanarios y, a veces, figuras humanas y animales, abriendo espacios como si trajera a la tierra la dimensión infinita del cielo».

«Ese complejo intríngulis se apodera de mi proceso creativo y me conduce a recorrer sus pasiones y convertirlas en creación».

—En la plástica está muy clara la presencia de la ciudad, pero eres una artista versátil ¿Cuánto de la ciudad hay en la poesía?

—Todo se mezcla como si fuera un mojito criollo, y brotan poemas que no se cansan de mentar la inmensidad de La Habana colonial.

Yo pienso que nuestra ciudad ‘’maravilla’’ es vista por nosotros los creadores, como la describe la periodista y crítico de arte, María del Mar López Cabrales:

«La Habana es una ciudad llena de vida, que da la sensación, por lo menos al viajero, de que funciona; es un lugar donde puede haber apagones, cortes de agua, caídas de muros en edificios, destrozos por los ciclones, pero donde la gente está en las calles, camina, entra en las tiendas, compra, vende, ofrece servicios a otros transeúntes y, sobre todo, se comunica constantemente. La Habana es una ciudad que nunca duerme. Un lugar al que es fácil tomarle el pulso, un espacio donde sigue habiendo una vida intensa cultural: Funciones de teatro cada fin de semana, el incomparable ballet nacional con Alicia Alonso a la cabeza presente en cada una de sus funciones, conciertos de la mejor música de Jazz en distintos pubs como La zorra y el cuervo, el Jazz café o El gato tuerto, librerías, presentaciones de libros y actos de la nueva trova casi a diario, filmaciones de películas nuevas o de ciclos cinematográficos dedicados a diferentes directores o a distintos géneros, exposiciones de pintura. La Habana es un lugar lleno de vida, donde es difícil aburrirse o quedar impávido porque a cada instante hay una llamada de atención que te hace abrir los ojos y estar alerta».

—En tu vida, en tu personalidad, como hija adoptiva ¿qué ha dejado La Habana en ti?

—La ciudad me acogió pequeña, venida de muy lejos; confundida entre sus habitantes bulliciosos al comienzo no me fue fácil andar. Luego, lentamente he levantado un castillo de esperanzas que mi trabajo inusual y lírico, premió.

«Hoy sueño con montar en una rueda grande, una de esas que ayudó a dar la libertad a los esclavos en la Demajagua; abro los ojos y la realidad devuelve fisuras que habitan en la complejidad de los artistas; luego emergen formas y colores real maravillosos».

«¿Vemos más allá del presente y por eso me preocupa el futuro de la bella ciudad confundida con turistas insensibles? Habana, ¿tú me oyes?»

«¡Qué no se le ocurra a la mujer de pelambre verde dormirse en los laureles!»

«Ella ajetreada, siempre sonríe».

—¿Qué te gustaría regalarle a La Habana en este cumpleaños 500?

—Una hija, aunque sea adoptiva, ama a su madre con locura, y desea darle mucho amor. Estoy segura que a ella no le gustaría como a mí, los obsequios sólo el día de su cumpleaños. Ya en editoriales están los nuevos libros, Bailar sobre adoquines y Huellas sobre la ciudad, sueño de papel, y también preparamos una mega exposición con un mar de artistas de la plástica que quieren dejar su ‘’Huella sobre la ciudad’’».

«Regalarle lo que me queda por vivir, siéndole tan fiel como en estos cuarenta años que llevo adorándola con mi poesía y pintura, será mi más grande placer. ‘’La ciudad soñada’’ la voy dejando todos los meses en crónicas en español e inglés en la revista Cartelera de Artex; también en presentaciones por radio Taíno y televisión. La pintura que ella admira, mi pintura, estará en todas partes gritando una y otra vez: Habana ¿tú me oyes?»

 

Por: Giusette León García/CubaSí

Mirar La Habana con ojos de mujer

Por: Marilys Zayas Shuman

Se puede sentir La Habana de muchas maneras, se la puede amar incondicionalmente, idolatrar desde la distancia, odiar a su equipo de pelota hasta los tuétanos o sufrir sus carencias con desconsuelo, pero lo cierto es que no se puede ignorar o hacer menos a esta ciudad cargada de tradiciones e historias.

Al mirarla con ojos de mujer, con ojos de esa otra mitad, que es muchas veces silenciada y discriminada pero que en esta urbe es parte activa que impulsa, crea y decide se convierte, además, en una capital llena de retos, de gente que ha hecho en ella su vida, y que en ella espera alcanzar sus sueños. Ese es el caso de Vivian Miranda, una centro habanera que cuando se refiere a la ciudad su rostro se ilumina.

Ante la pregunta de qué espera en el Aniversario 500 solo le viene a la mente una frase: “tener una ciudad más bella, en la que quienes viven puedan salir adelante” y al decirlo encierra el sentimiento de muchas personas. “..quiero una Habana mejor para mis hijos y nietas, organizada, limpia y que a su vez todos los habitantes la cuidemos”.

“La Habana para mi es algo muy grande. Aquí nací, aquí nacieron mis padres, comenta Lisset González para quien 500 años representan, además, nuevas propuestas de vida, nuevos puntos de partida. Yo pediría que la calidad humana persista y que seamos más educados, que nos comprometamos con nuevas maneras de vivir en las que todas y todos seamos responsables del cuidado, de la educación, que sea la ciudad en la que las diferencias constituyan una fortaleza. En la que de los conflictos se crezca.”

¿Cómo incidir en las nuevas generaciones de muchachas y muchachos, permeados de estereotipos sexistas? ¿Cómo lograr que el respeto y la solidaridad continúe siendo premisa que distinga a quienes habitan esta ciudad? Esas son algunas de las preguntas que pasan por la mente de muchas de nuestras entrevistadas para quienes queda claro que el latir y el sentir de su gente es lo que hace de esta urbe, una ciudad diferente.  Capital de quienes muchos dicen tiene nombre de mujer, y yo diría, tiene alma de mujer; en la que la mujer está presente desde puestos de dirección, con todo tipo de calificación laboral, proyectos y emprendimientos sociales, y lo más importante, es incansable en la defensa de sus derechos.

Precisamente por eso, por los retos que enfrenta la mujer habanera que es independiente, que puede asumir cualquier rol pero que no se desliga de ningún aspecto que tenga que ver con su familia y  la construcción de nuevas maneras de relacionarnos es una prioridad.

“Quiero acompañar a mi ciudad en el emprendimiento de nuevas estrategias para lograr ese cambio que queremos para las mujeres, asegura la joven maestra Carmen López. Reforzar desde tempranas edades la preparación de la gente joven, reforzando el respeto dentro de las parejas, el vernos como iguales, el aprehender a desentrañar aquellos estereotipos machistas que no nos dejan avanzar. Quiero que esta Habana, que es mi casa, que es donde vivo, donde están las personas que quiero, donde he conocido el amor, donde nació mi hijo, de donde no me quiero ir, sea una ciudad inclusiva donde todas las personas tengamos nuestro espacio.”

Y es que esta ciudad, que se precia de su cultura, cosmopolita por demás, tiene sombras y luces, pero lo mejor es que quienes la habitan valoran esas luces y reconocen sus sombras, ejemplo de ello es Lissy Villar Muñoz, una joven periodista, que desanda sus calles a diario con una mirada diferente y crítica con la esperanza de que su ciudad sea mejor.

“Me identifico como habanera, me gusta el aire de la zona del este de la ciudad que no es el mismo del centro; me identifico mucho con el Malecón. Creo que aunque tengamos un lenguaje particular el habanero y la habanera es por naturaleza buenas personas.

“Uno de los desafíos de las jóvenes habaneras es formarse. Creo en la formación en todos los sentidos, en los derechos que tenemos, en las oportunidades que debemos conquistar, en no temer a enfrentar retos y desafíos. Creo que podemos cambiar para bien y hacerlo juntas. Una de las batallas cotidianas y permanentes es lograr que La Habana sea  mucho más limpia, que nos tratemos mejor, que todos los días tengamos una razón para ayudar, para trabajar, para ser feliz. El paso del tornado por esta ciudad despertó una fibra que pensamos estaba perdida, la solidaridad.”

Para Lissy mirar La Habana con ojos de mujer es soñarla como una ciudad socialista y antipatriarcal como dos procesos inseparables en los que cree, por los que trabaja y por los que lucha. Sueña una Habana que disputa por el empoderamiento de las mujeres, las jóvenes y las niñas como una de las principales formas de emancipación de la sociedad en la que todas y todos tengan acceso a las oportunidades. Imagina su transformación de forma creativa, no solo por los 500 años, sino por los mil y los dos mil…

*Mujeres.co

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