Neoliberalismo y experiencia psicoanalítica: la ternura como apuesta insurgente y urgente (Opinión)

Por Sofía Guggiari, Resumen Latinoamericano, 17 de junio de 2019.

La ternura como apuesta insurgente y urgente, una práctica de la sensibilización: una política feminista

L@s pacientes que llegan a los consultorios no son aquell@s victorianos de la época de Freud, ni los sujetos del fordismo de los años 60. La subjetividad neoliberal es muy distinta a esas subjetividades de la sociedades disciplinarias.  El neoliberalismo fascista no extermina como las grandes holocaustos y guerras del siglo XX; sus masacres pasan por dejar morir gran cantidad de personas en el mundo. Un gran “sálvese quien pueda y cómo pueda” habita los miedos y los vuelve insoportables. Ahora somos nosotrxs nuestros principales verdugxs. La mano cruel invisible y financiera que abusa, viola y se apodera de las potencias.

Las existencias hoy parecieran estar en estado de urgencia por su precarización.

La subjetividad neoliberal es más frágil de lo que parece, ya no se constituye a partir de los grandes relatos (el estado, la religión, la fábrica, la milicia, la escuela) y en eso -entre otras cosas- radica su inédita potencia: mujeres y hombres deshechos o hechos con referencias todavía no codificadas, desligados de un mundo que igualmente los expulsa. Sujetas y sujetos, por ahora, perdidos, sin brújula, o configurando una nueva.

Por otro lado, menos esperanzador, el sujeto de la pos-modernidad consume y es consumidx, sus fuerzas vitales están expropiadas, queda insert@ en el cansancio del sin-sentido. L@s otr@s  se vuelven un peligro permanente, que entonces mejor negar, matar o dejar morir. Reina la des-empatía a modo defensivo, la creencia publicitaria de un paraíso que se logra por esfuerzo individual. No importa  la conexión o el lazo, si no la imagen. Y la manía fascista se vuelve a veces la salida a la depresión neoliberal.

 

¿Cuáles son nuestras contraofensivas? ¿Cómo pensamos las estrategias clínicas y micropolíticas de nuestras prácticas psicoanalíticas?

La clínica no es sólo eso que hacemos en los consultorios, es también lo que hacemos cuando hablamos y producimos con nuestr@s colegas, cuando pensamos a solas, cuando escribimos. Pero también es eso que hacemos cuando nos paramos frente al mundo. Cuándo nos dejamos o no atravesar por las afecciones de lo que ocurre a nuestro alrededor. Cuando nos ubicamos como sujet@s polític@s.

Se vuelve urgente, ante esta época, pensar la ternura, en nuestra clínica -y en la vida- como dice Ulloa, no como una cualidad, ni característica, sino como un lazo estructurante. En donde el/la otra se vuelve alguien amable, que sostiene y permite, vehiculiza el despliegue de las potencias y de las fuerzas de la vida. A modo de red, la ternura permite la conectividad con otr@s. El lazo se sostiene porque hay plano de consistencia, como práctica de sensibilización de los cuerpos y fragilización a las fuerzas del mundo.

 

La ternura como límite al apoderamiento neoliberal

Pensar las estrategias, micropolíticas y contraofensivas en todos los planos: en eso que hacemos más allá del consultorio. La ternura entre colegas, hacer lazos impensados profesionales, agrupamientos insurrectos entre pares, colectivo de colectivos, juntarse entre varios (muchos más que dos). Generar una práctica reflejo de nuestras intenciones.

Para alojar esa subjetividad tan lábil sin caer en la culpabilización al sujeto. Tenemos que trabajar mucho -como analistas-nuestro lado neoliberal.

En este sentido, pienso a la política feminista , no sólo ya enmarcada en algo referido al género, sino algo que se expande y lo supera;  aquel movimiento que plantea nuevas maneras de construcción de poder y de lazos con l@s otr@s, que enseñan y seguirán enseñando que frente a las pedagogías patriarcales y neoliberales actuales de la crueldad, la ternura es una apuesta urgente e insurgente, una práctica de la sensibilización.

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