Argentina. Se nos fue un gran comunicador popular: Tabaré de Pompeya
Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 16 junio 2019
“Son malos tiempos para la poesía”, decía, refiriéndose a lo que fue el gobierno desvastador de Carlos Menem y sin dudas repetía ahora con el reinado de Macri y sus secuaces, este enorme compañero que se llamaba Tabaré y al que todos le decíamos que su alias era Rubén Alvarez, ya que muy pocas veces usaba su nombre de nacimiento.
El Papa será argentino pero La Parca sin duda es amiga de Trump ya que de un solo saque nos llevó a la inolvidable Marta Harnecker con la que tanto aprendimos de marxismo y otras yerbas, y de paso, de un guadañazo le pegó en la frente a nuestro querido Tabaré.
Escritor de crónicas surgidas casi siempre desde abajo, donde a él le gustaba poner sus dos pies y el corazón tambien, acompañando a obreros y obreras, desocupados, gente que casi siempre no tenía nada que perder y peleaba como podía para que no le arranquen la dignidad.
Muchos de nosotros admirábamos sus ironías y derrapes literarios cuando sentenciaba a un mandamás o un burócrata sin estilo. Era mordaz Tabaré, con un estilo parecido al gran Roberto Arlt, pero como además hacía de su fervor peronista un acto de vida, daba siempre esperanzas de que “algún día” las desgracias cotidianas se iban a acabar para siempre.
Pasó con su aguda pluma por el diario La Voz y brilló en la parte de Comunicación de la CTA, pero nunca desdeñó colaborar con sus artículos para quien se los reclamara. Por eso también pasó por nuestras filas de RL, y con él tuvimos la suerte de coincidir en Cuba en un encuentro en el que nos alegramos el alma escuchando a Fidel durante horas y luego desandando historias de vida en La Bodeguita del Medio.
Te vamos a extrañar compañero querido, pero no vamos a aflojar en la lucha en la que vos también estabas involucrado desde siempre. Hasta la Victoria, siempre. Tabaré.
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Adios compañero Por Néstor Piccone /16 de junio de 2019 /Periodista. Primer secretario de Comunicación y Difusión de la CTA |
Se llamaba Rubén Alvarez y firmaba sus notas como Tabaré de Pompeya. Militante desde siempre, en los 80, se adueñó de la contratapa del diario La Voz inscribiendo su estilo cáustico, áspero pero preciso. Fue un recuperador de ideas en los tiempos en los que la memoria tenía que dar una pelea desigual contra el olvido.
Periodista y escritor, Tabaré recaló en los 90 en la secretaría de Comunicación de la primera CTA. Desde allí no sólo colaboró con las publicaciones de prensa, sino que, fiel a su compromiso con los trabajadores, historizó la vida del Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata, de los mineros del Turbio, de las Trabajadoras del Sexo, de los Desocupados.
En el guión de la película estrenada en el Segundo Congreso de la Central de Trabajadores, realizado en Mar del Plata, dejó esta frase que definía su forma de ver la vida: “en la historia de un trabajador está la historia de todos los trabajadores.
Más acá y más allá de las múltiples divisiones de las organizaciones populares y de las centrales de los trabajadores, es bueno inscribir en la historia del periodismo militante el nombre Tabaré.
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