Colombia. “Néstor Humberto Martínez es muy bueno con el tema de las renuncias”

Resumen Latinoamericano / 18 de mayo de 2019

El exministro de Justicia, experto en la JEP y miembro de la terna para Fiscalía que finalmente ganó Martínez, habló con SEMANA sobre sus percepciones del caso Santrich, el enfrentamiento de poderes y las posibles causas de esta coyuntura.

SEMANA: ¿Cuál es su análisis de la coyuntura que se está viviendo? ¿Existen antecedentes de una situación similar?

Yesid Reyes Alvarado: No. Antecedentes de algo tan complejo y tan elaborado como esto no existen. Detrás de episodios como el de las objeciones y las distintas trabas que ha venido teniendo la implementación del proceso de paz, estaba la búsqueda de una muy buena disculpa para lanzar la idea de la constituyente. Finalmente el gran propósito ha sido siempre el de impulsar una reforma que lleve, si no al establecimiento de una única corte como la han planteado, por lo menos a un replanteamiento del funcionamiento de las cortes. Dicho más simplemente, se trata de someter a la rama judicial al poder del Ejecutivo. Eso es finalmente lo que se está buscando. El propósito real de las objeciones no era que estas pasaran sino provocar la situación de caos que se acaba de crear y que probablemente se agudice todavía más cuando en una o dos semanas la Corte Constitucional las dé por hundidas. Entonces tendremos la tormenta perfecta y así queda servido el plato para venderle al país, que es lo que intentarán de aquí en adelante, la idea de la necesidad de una gran reforma a la administración de justicia.

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SEMANA: Es decir, ¿Usted cree que esto fue una crisis calculada para llevar al país a una constituyente?

Y.R.A.: No me cabe la menor duda de que todo esto era solo un camino para llegar a donde estamos hoy. Como le digo, yo no creo que el propósito final del Gobierno fuera que las objeciones pasaran. 

SEMANA: ¿Qué opinión le merece la renuncia del fiscal general?

Y.R.A.: El fiscal general es muy bueno con el tema de las renuncias. Él renunció justamente un día antes de que en el gobierno de Pastrana le hicieran una moción de censura en el Congreso. Así logró no pasar a la historia como el primer y probablemente el único ministro que fue objeto de una moción de censura, sino como un funcionario que renunció protocolariamente como tanto ministro en Colombia. En la Reforma de Equilibrio de Poderes Martínez intentó introducir en el proyecto de acto legislativo unos artículos que él defendía. Como hubo un choque en ese momento con el ministro del Interior, que era Cristo, y con del ministro de Justicia, que era yo, en el cual no tuvo el respaldo del Gobierno, optó por una renuncia. Esa vez también lo hizo para evitar reconocer que había sido derrotado, diciendo además que su intención no era llegar a la Fiscalía General de la Nación. Cuando le preguntaron si aspiraba al cargo dijo que no estaba en sus planes porque además no era un abogado formado en derecho penal, lo cual es absolutamente cierto.

SEMANA: ¿Pero en este caso la renuncia del fiscal obedece a una derrota?

 Y.R.A.: Pues se da en un momento coyuntural muy complicado para el fiscal porque acaba de ser derrotado en las objeciones que viene planteando desde 2016. Además es una persona muy fuertemente cuestionada por el caso de Odebrecht. En diciembre estuvo muy cerca de haber tenido que renunciar por el escándalo de la firma brasileña. Es también una persona que tiene pendiente en la Corte Suprema de Justicia una decisión sobre un impedimento muy curioso que presentó en abstracto. Y digo muy curioso porque los impedimentos, como lo ha dicho la corte durante muchísimos años, no se pueden presentar en abstracto. Entonces era muy probable que la Corte terminara rechazando ese impedimento. Como si eso fuera poco, también perdió toda la pelea del glifosato. Le fue mal en objeciones, le fue mal el glifosato, le fue mal en el impedimento, y le fue mal con Odebrecht. ¿Y entonces cómo cambiar un mal final por un buen final? Pues como lo ha hecho otras veces: Con una buena renuncia.

SEMANA: También renunció la vicefiscal. ¿En manos de quién quedará el tema de Santrich?

 Y.R.A.: Asumo que va a quedar encargado el doctor Fabio Espitia que es un gran técnico. Pero el gobierno va a querer una persona que comparta su concepción de la Fiscalía. Así que me imagino que muy rápidamente van a tener que integrar una terna y someterla a consideración de la corte para elegir fiscal en propiedad.

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SEMANA: ¿Y mientras tanto qué pasa con Santrich?

Y.R.A.: La persona que quede hoy encargada de la Fiscalía tiene que cumplir una orden que le dio la JEP. No tiene ninguna otra salida. Es una decisión que es por supuesto apelable, pero la apelación no demora el cumplimiento de la Orden de la libertad.

SEMANA: ¿Mientras se tramita la apelación de la Procuraduría Santrich puede posesionarse?

 Y.R.A.: Digamos que su único problema para posesionarse era estar privado de la libertad. Apenas cambie esa condición Santrich podría posesionarse. Es más, yo incluso creo que debería.

SEMANA: ¿Cambiaría entonces su situación jurídica al tener fuero de congresista?

 Y.R.A.: Claro. Por eso en la decisión la JEP ordena enviar el proceso a  la Corte Suprema de Justicia. Porque el Consejo de Estado ya decidió que Santrich tiene la condición de congresista. Entonces tiene fuero y va a ser investigado por la Sala Especial de la Corte Suprema.

SEMANA: ¿Usted comparte la decisión de la JEP en el caso Santrich?

Y.R.A.: Bueno yo ahí tengo dos comentarios que hacer. Primero, la JEP hace un buen recuento de lo que había probatoriamente en la solicitud de extradición. La conclusión de la jurisdicción es que no obtuvo pruebas suficientes para determinar la fecha de comisión del delito y, por consiguiente, le aplicó la garantía de no extradición. Yo hasta ahí digamos estoy de acuerdo. Lo que me llama la atención es que después de eso la JEP decide enviar el proceso no solo a sus magistrados sino a la Corte Suprema de Justicia. Eso va a generar un conflicto de competencias. ¿Entonces a dónde nos va a llevar esto? Si la justicia ordinaria dice que el delito se cometió después del 1 de diciembre de 2016, Estados Unidos podría hacer una nueva solicitud de extradición. Entonces en definitiva lo que hizo la JEP fue posponer una decisión que tenía que haberse tomado hoy. En esta segunda parte es dónde creo que la JEP se equivocó porque deja el caso igual de abierto que hace un año. Si la Corte llega a decir que el delito fue después del 1 de diciembre y la JEP que fue antes, ¿Sabe quién va a decidir el conflicto? La Corte Constitucional.

SEMANA: ¿La apelación de la Procuraduría podría prosperar?

 Y.R.A.: No creo que prospere en lo esencial, porque no parece haber pruebas sobre la fecha de comisión del supuesto delito por parte de Santrich; aunque puede ser que cambie algunas consideraciones de la decisión. De todas formas, debe quedar claro que esa segunda instancia se tramita ante una sala de la misma Jurisdicción Especial para la Paz.

SEMANA: ¿Ve posible que retiren las visas americanas a los magistrados de la JEP?

Y.R.A.: Pero claro. Con lo que hemos visto últimamente uno no descartaría necesariamente que hubiera alguna clase de decisión en torno a las visas de los magistrados.

SEMANA: Tras la decisión sobre Santrich varios congresistas del Centro Democrático han dicho que se debe insistir en impulsar cambios a la JEP y han advertido que las objeciones eran necesarias. ¿Una vez hundidas qué caminos jurídicos quedan para ese buscar ese propósito?

Y.R.A.: Como le digo yo no creo que el propósito final fuera que las objeciones pasaran. Yo creo que el propósito final era generar esta controversia con la rama judicial para plantear el escenario de la constituyente. Si uno revisa las objeciones, de haber pasado se convertían, en su mayoría, en un pésimo negocio para el Gobierno. Por ejemplo, uno de los artículos que no gustaba era el que decía que se autorizaba a la Fiscalía para practicar pruebas en procesos que eran de competencia de la JEP. ¿Qué hizo la Corte Constitucional? Estableció unas excepciones a esa facultad. Como el Gobierno objetó el artículo, si la objeción pasaba lo que hubiera desaparecido era la facultad del fiscal de practicar pruebas, que era justamente lo que el Gobierno no quería. Entonces, la objeción está tan mal planteada que yo tengo la sensación de que no había un interés real de aprobarlas. Y así ocurre con otras dos o tres objeciones.

SEMANA: ¿Qué tendría que pasar para que lleguemos a una constituyente?

Y.R.A.:  Yo creo que lo que viene ahora es ambientarla. Las disculpas que no existían antes ahora sí están.  Dirán que por culpa de la JEP renunció el fiscal, que la Corte Constitucional se opuso al glifosato, que la Corte Suprema es corrupta, y que la justicia derivada de los acuerdos de paz es un banco de impunidad. Ahora seguramente propondrán la Constituyente como la única salida a la situación que está viviendo el país.

SEMANA: ¿Pero cuál sería el interés del Gobierno en convocar una constituyente?

Y.R.A.:  Pues pueden ser dos cosas. Una que se presentaría como la forma para rediseñar la rama judicial. Acuérdese que en campaña se planteó incluso la posibilidad de una corte única que es mucho más manejable. Pero claro, ya sabemos por experiencia propia que abrir la puerta de la Constituyente es abrir la puerta para que pase cualquier cosa. Una vez que esa puerta se abre no hay como cerrarla. Entonces ahí puede venir lo que quieran, incluso la refundación del Estado.

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SEMANA: Algunos miembros de la oposición han dicho que, entre otras cosas, detrás de la constituyente podría estar la intención de permitir la reelección indefinida para favorecer a Álvaro Uribe. ¿Usted cree en esa tesis o le parece exagerada?

Y.R.A.:  Claro eso es una de las cosas que podría llegar a pasar. Pero también un borrón y cuenta nueva en la Constitución afectaría los actos legislativos que soportan el proceso de paz. Entonces quedaríamos simplemente dependientes del apoyo del la comunidad internacional al proceso de paz y perderíamos los soportes constitucionales que hoy tiene, con implicaciones graves de orden público que ya se están viendo.

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