Chile. Aporofobia, racismo, xenofobia, tres pilares del populismo de derecha. Tres actitudes de la patria oligarca

Máximo Constanzo / Resumen Latinoamericano / 17 de marzo de 2019

¿Hay racismo en Chile? Todo indica que sí, esta actitud está en una parte de nuestro pueblo. Mi hija me contaba hace poco que con un amigo fue a comer a la Vega Central a la entrada de la comuna de Recoleta. Allí en un local, en una mesa había tres chilenos en un estado etílico efusivo que se volvía molesto para los otros clientes. La mujer que atendía las mesas de origen peruano se les acercó a pedirles una conducta más moderada. Según mi hija fue muy amable, pero la respuesta de estos chilenos “patriotas” fue muy grosera y agresiva, golpeando reiteradamente la mesa, gritaban “estoy en mi país y no puedes decirme nada….”, “ustedes vienen a puro molestar…”, “están sobrando….”. Como es lógico tuvieron que sacarlos los guardias del lugar en medio de un escándalo. Nadie de los que observaban la escena, salvo mi hija y su amigo, hizo nada y dijo nada. La mesera fue abordada por mi hija para tratar de pedirle disculpa a nombre de “Chile”, su respuesta fue simple y directa “no se preocupe esto pasa siempre”.

Creo que todos los que caminamos en lugares populares o viajamos en locomoción colectiva hemos visto escenas con algún grado de similitud. Esto pasa en las comunas populares o céntricas, en lugares más pudientes puede ser peor, seguramente con un lenguaje y modales “más civilizados”.

A nivel social están presentes muchos males, racismo, xenofobia, aporofobia y muchas fobias más.

¿Pero que pasa a nivel del Estado, existen estas fobias?

Nos referimos a las “políticas” institucionales. Sí, sin duda alguna, es demostrable cómo el Estado chileno ha actuado frente a nuestros pueblos originarios, incluyendo guerras de pacificación o políticas burocráticas para borrar las culturas autóctonas, donde recién en los últimos años se ha respetado los nombres en el registro civil o vestir atuendos típicos para recibir un título universitario por ejemplo.

Uno de los últimos casos en que el Estado chileno actúa con sus fobias, es la migración de los hermanos y hermanas haitianas.

Mientras que en 2017 fueron casi 112 mil los haitianos que entraron al país con visa de turista, esperando encontrar un trabajo dentro de los 90 días permitidos y así regularizar su situación con una visa de trabajo, en 2018 y con la implementación de la nueva visa de turista para ciudadanos haitianos, este número cayó drásticamente, siendo un poco más de 100 las visas de turista que se entregaron entre abril y diciembre del año pasado.

Una situación que contrasta con la de las Visas de Responsabilidad Democrática que se implementaron al mismo tiempo y que, solo en 2018, le permitió el ingreso a Chile a casi 20.000 venezolanos.

El gobierno prometió poner orden en el tema migratorio, fue parte de sus promesas electorales, focalizó la mirada sobre la población haitiana como el problema principal, generó planes para que no ingresaran a Chile o para repatriarlos a su país. Todo lo contrario a lo que hizo con los venezolanos, es decir el problema no era la migración, el problema eran los haitianos.

¿Por qué  unos sí y  otros no?

¿El tema humanitario? Parece que no, porque los haitianos necesitan más ayuda humanitaria que los venezolanos.

Causas posibles de esta diferencia sería por un lado el tema político, la orientación ideológica del gobierno actual y su decisión de seguir las políticas del imperio gringo, pero por otro lado está el tema racial, el rechazo a un tipo de extranjero y la aporofobia.

La socióloga María Emilia Tijoux, académica de la U. de Chile plantea que hay un “racismo de Estado” porque la discriminación es demasiado evidente y no se entregan argumentos para justificar las acciones institucionales o ellas son muy incongruentes con respecto a los haitianos.

Por otro lado , en palabras de la Plataforma Nacional de Organizaciones Haitianas en Chile (PlaNOHCh): “las razones de supuesto carácter humanitario que motivarían el ‘Plan de Retorno’ se desvanecen cuando contradictoriamente se niega a los inmigrantes el derecho a procurarse su subsistencia, cuando se nos prohíbe trabajar, cuando se exigen documentos innecesarios para realizar los trámites, cuando se prolonga indefinidamente y de manera absurda los trámites para mantenernos en una situación de eterna semi-regularidad migratoria, lo que nos hace carecer de una cédula de identidad que es fundamental para conseguir un trabajo formal. Una auténtica preocupación por nuestras condiciones de vida e integración sería permitir un proceso de regularización que en forma realista nos permita acceder a tener una residencia en el país“.

Es decir el Estado chileno, el actual gobierno, también los anteriores, tienen una discriminación pura y dura.

Los haitianos son pobres (aporofobia), son de una negritud extrema (racismo), son extranjeros (xenofobia) por tanto no son bienvenidos.

Aporofobia, racismo, xenofobia, tres pilares del populismo de derecha. Tres actitudes de la patria oligarca.

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