Venezuela. Oposición arma grupos de choque

Resumen latinoamericano / 15 de marzo de 2019

1.500 dólares pagan a jóvenes por sumarse a bandas irregulares

Equipo de investigación.- Grupos paramilitares que hacen vida en ambos lados de la línea fronteriza colombo venezolana estarían pagando hasta 1.500 dólares a jóvenes de ambos países para que pasen a formar parte de sus filas, con miras a una incursión armada en Venezuela.

Así lo revelaron fuentes ligadas al Capitolio de Estados Unidos y al Ejecutivo colombiano, quienes aseguraron que  en virtud de que la comunidad internacional se niega a aprobar una acción militar en Venezuela, el Gobierno de Estados Unidos apelaría al modelo utilizado en Siria: preparar y armar fuerzas paramilitares de choque para generar un conflicto civil.

Y es que hasta  la mayoría de los gobiernos del Grupo de Lima se ha decantado por una salida pacífica a la crisis y  en “las cancillerías europeas campea la desconfianza a la política de la Casa Blanca hacia Venezuela”, tal como lo reseñó recientemente el medio estadounidense Bloomberg.

Los grupos irregulares tienen en la mira a jóvenes, cuyas edades oscilen entre 18 y 25 años, desempleados y desafectos del Gobierno de Maduro.

“En Colombia se habla de un pago cercano a los 1.500 dólares y en Venezuela entre 200 y 250 dólares, donde se incluye comida y transporte más allá de la frontera colombo venezolana”, precisaron los informantes.

Una vez captados, los jóvenes son enviados a un entrenamiento previo para el uso de armas de fuego, tácticas de combate y de lucha urbana, así como   preparación de medios rústicos para efectuar protestas violentas.

Ya capacitados se incorporan a grupos paramilitares como “Resistencia Radical Venezolana” y “Resistencia los Jesuitas”,  cuyos integrantes, señalan las fuentes, tuvieron enfrentamientos con efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana previo al 23 de febrero, fecha en que la oposición venezolana con apoyo visible de los gobiernos de Colombia y EEUU intentó sin éxito ingresar al país, vía Ureña, la  “ayuda humanitaria”.

Contratistas. Los centros de entrenamientos de los jóvenes funcionan en territorio colombiano, cuyo Gobierno ha demostrado públicamente su interés por un cambio de gobierno en Venezuela.

Ya varias empresas contratistas están pugnando por quedarse con el negocio de entrenar fuerzas en el país neogranadino para entrar en Venezuela. El  centro de adiestramiento, uno de los dos que funcionan en Colombia, ubicado en  zonas aledañas a Cúcuta, sería el más apetecido por tales compañías.

Las fuentes destacaron que una de esas empresas contratistas, con sede en Miami, está captando  jóvenes y efectivos militares venezolanos desmovilizados de los estados Zulia, Táchira y Portuguesa, con el apoyo de partidos políticos como Vente Venezuela y Voluntad Popular, conocidos por emplear acciones radicales para salir del poder de Maduro.

Los cursos, por cada grupo, duran cinco semanas y al parecer estas agrupaciones irregulares actuarían en subordinación a contratistas privados y a grupos paramilitares, sobre todo en estados fronterizos.

En Colombia los puntos fundamentales para el apoyo de este plan han sido Medellín y Bogotá. “Aunque el departamento de La Guajira está siendo igualmente explotado, sobre todo por ser base logística fundamental del apoyo extranjero”, acotaron.

Financiamiento. “Quiero denunciar ante la comunidad internacional (…) que se prepara una modalidad de guerra contra Venezuela, que no es una guerra abierta de Ejército de un Estado contra otro Estado, tampoco la incursión directa de tropas norteamericanas al estilo que estábamos acostumbrados, sino una modalidad de causar el caos interno mediante la incursión de paramilitares, mercenarios y (…) algunos traidores que han encontrado precio en Colombia”.

La declaración corresponde a Freddy Bernal, protector del estado Táchira,  quien en una entrevista a Telesur aseguró que EEUU está financiando a mercenarios para incursionar en Venezuela.

Ya aproximadamente 200 militares venezolanos desertores que se encuentran en territorio colombiano intentaron el pasado 23 de febrero, bajo el liderazgo del general retirado Cliver Alcalá,  abrir paso con “armamento” a las gandolas que transportaban la “ayuda humanitaria”, reveló Bloomberg.

Ese día fue quemada una gandola que transportaba la  “ayuda”, por personas que generaron violencia del lado de la frontera colombiana.

El medio destacó que  fue una derrota para Juan Guaidó, diputado de la Asamblea Nacional, y sus patrocinadores (Colombia y EEUU) lo ocurrido en la frontera ese día y resaltó que a medida que la pugna política en Venezuela se prolonga “la necesidad de buscar algún tipo de solución militar solo aumentará”.

“Todas las opciones están sobre la mesa”, ha sido una  frase recurrente en los discursos de los halcones de la Casa Blanca, así como de sus cómplices en Venezuela, que insisten en la vía violenta para solucionar la situación del país; aunque eso signifique ir contra la postura mayoritaria de la comunidad internacional que pide una solución pacífica. Irak y Siria son los ejemplos más reciente del belicismo gringo.

Asistencia gringa

A finales del pasado mes de enero circuló por Youtube un pronunciamiento de militares desertores del ejército de Venezuela, en el que pidieron al gobierno de Estados Unidos armas y ayuda militar. Josue Hidalgo Azuaje y Carlos Guillén Martínez,  exsoldados que viven fuera de Venezuela, expresaron  a CNN que quieren asistencia militar del gobierno de Donald Trump para equipar a otros dentro del país. Dijeron estar en contacto con cientos de desertores dispuestos a unirse a la causa. “Como soldados venezolanos, estamos solicitando a Estados Unidos que nos apoye, en términos logísticos, con comunicación, con armas, para que podamos alcanzar la libertad venezolana”, dijo Guillén Martínez. Un mes más tarde, específicamente el 22 de febrero, el Gobierno de Rusia denunciaba al mundo que EEUU y sus aliados de la Otan planeaban  entregar armas a la oposición venezolana.

Fuente: ÚN

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