México (Opinión) Contrapesos

 

Por Gerardo Fernández Casanova, Resumen Latinoamericano, 10 marzo 2019

Concuerdo con los comentaristas estelares que pregonan que es necesario establecer contrapesos al poder; es prerrequisito indispensable para la democracia, la justicia y la libertad; siempre lo he pensado así. Lo único en que registro una muy simple diferencia es en la identificación de dónde y en quiénes está concentrado el poder. La mayoría de los opinadores a sueldo quieren ubicar el poder en la Presidencia y en la persona de Andrés Manuel López Obrador, cuando en realidad ese poder excesivo a contrapesar está en el gran capital y la oligarquía criolla a su servicio que, además es quien paga sus jugosos emolumentos. En realidad López Obrador apenas balbucea en su función de contrapesar el gran dominio del capital oligopólico, concentrador de la riqueza, destructor de la naturaleza y corruptor de la sociedad. Ya lo hemos advertido en estas líneas, los candados legales impuestos por el neoliberalismo son muchos y muy fuertes; hay contratos, acuerdos internacionales, compromisos de deuda, calificadoras, legislaciones amañadas (“reformas estructurales) e inversiones protegidas que pesan más, en términos reales, que los treinta millones de votos los que, junto con su honorabilidad, son el único y real activo del poder del Presidente, que por cierto son fácilmente volubles ante el embate de los medios de comunicación tradicionales al servicio del estatus quo; por tal motivo el mayor esfuerzo gubernamental está dirigido a consolidar su base social para hacer ese contrapeso que tanto preocupa a los expertos tecnocráticos y a sus organizaciones de la llamada sociedad civil.

No son de gratis las matadas que se impone el Presidente para estar en contacto físico y visual con el pueblo; sus conferencias mañaneras y sus programas sociales; el Presidente busca ampliar y consolidar su base social y sabe cómo hacerlo. He ahí la verdadera busca de ofrecer contrapeso al real poder del capital. Mientras tanto mima y busca empatía con el gran empresariado, en aras de mantener calmado su gran poder. Muchos criticamos, por ejemplo, la presencia de Alfonso Romo en La Jefatura de la Oficina Presidencial o el acercamiento a los magnates, pero lo hacemos sin estar en los zapatos de quien debe conducir a buen término el Proyecto transformador; es necesario entenderlo, y darle tiempo para empoderarse realmente. Por ejemplo, la indispensable reforma fiscal no tendría, en estos momentos, más efecto que el de patear un avispero de manera inútil.

Por parte de AMLO los pasos parecieran lentos pero son seguros. Avanza exitosamente en la lucha contra la corrupción pero apegado a derecho y sin vendettas. Queremos que caigan cabezas y corra la sangre de tanto malandrín corrupto, pero no a lo tonto improvisando procesos insuficientemente sustentados cuyo resultado es su pronta exoneración. Recuerde, amable lector que son corruptos pero no pendejos; lo determinante no es el simple deseo de castigar, el estado de derecho es un arma de enorme valor en manos del Presidente, no lo quiere desgastar.

Hay otros avances significativos, particularmente en las iniciativas de legislación laboral que garanticen la democracia sindical y elimine los elementos de control patronal sobre los contratos de protección y la tercerización. Las huelgas de maquiladoras en la frontera norte son una avanzada en la recuperación del trabajo decente. La acción de Napoleón Gómez Urrutia, tanto en el impulso a la legislación como en la organización democrática de los trabajadores (contra las dirigencias sindicales corruptas), con alcance internacional para, por lo menos, conectar las luchas en USA y Canadá, van dando muestra de que el contrapeso al gran capital va tomando cuerpo. Y lo hace al unísono con el llamado del Presidente para conciliar el afán reivindicativo de los trabajadores con la salud económica de las empresas, incluso siendo contribuyentes eficaces a este último asunto. Gómez Urrutia juega un rol de singular importancia y está obligado a tener éxito, lo que lo hace merecedor del apoyo decidido de las fuerzas populares que se manifestaron el 1 de julio, no para corporativizar el sindicalismo a MORENA sino con plena independencia creativa.

Por último, saludo con beneplácito la convocatoria a la conformación de la Internacional Progresista, concretada por Bernie Sanders y Yanis Verofaukis, el exministro de finanzas de Grecia que enfrentó a la troika de la Unión Europea. A la convocatoria ya se han sumado movimientos emancipadores de todo el mundo, para contrarrestar a la Internacional Nacionalista de la extrema derecha. Sanders, ya lanzado a la candidatura del Partido Demócrata, aparece como el único que puede derribar al blondo troglodita de la Casa Blanca, el mundo se lo agradecerá; su éxito sería en beneficio del contrapeso buscado en México. Enhorabuena.

Correo electrónico:gerdez777@gmail.com

 

 

 

 

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