Voces argentinas por Venezuela: Lito Borello, Secretario de Derechos Humanos de la CTEP

Resumen Latinoamericano, 20 febrero 2019

Lito Borello, es Secretario de DDHO de la CTEP y referente de la Organización Social y Política Los Pibes, de Argentina.

-¿Cómo ves lo de Venezuela desde Argentina? ¿Qué debería hacer el movimiento popular frente a tanta amenaza de los Estados Unidos?

-Venezuela es el continente porque cada vez más la mirada es continental y la agresión que pretende el imperio es sobre toda la región. Al igual que hace docientos años la mirada colonialista nos sigue viendo como un solo cuerpo, como América Latina, su “patio trasero” es toda América Latina. Por lo tanto,  sensibilizarse, preocuparse, tratar de entender la problemática de Venezuela es tratar de entender el interés que tienen por una recolonización en toda la región nuestroamericana el imperialismo yanqui.

-Un desconocido Juan Guaidó se autoproclama “presidente” de la mano de Trump ¿Cómo queda el tablero político venezolano en función de un presidente constitucional, que ese el caso de Nicolás Maduro, y uno  que es un títere del imperio, cómo se resuelve esa disputa?

-El imperialismo está trabajando en función de un nuevo modelo de dominación que tiene una doctrina clara que es volatilizar las verdaderas institucionalidades democráticas. Venezuela es el país de América Latina que más elecciones ha tenido y su gobierno, desde Chávez en adelante, han sido los más democráticos, los que más han generado condiciones de una democracia participativa y protagónica, por lo tanto, no hay ningún sustento para plantear que no tiene institucionalidad el gobierno de Maduro. Esta intentona de poner un gobierno paralelo es parte de una doctrina de estas nuevas guerras, de guerras híbridas, de “revolución de colores”, de volatilizar y crear una nueva manera de golpe con nuevos estilos, con nuevas formas. Pero bajo ese paraguas no hay más ni menos que la intención intervencionista, injerencista y de querer volver a colonizar toda América Latina.

-En caso de intervención militar directa de Estados Unidos ¿qué hacer en América Latina?

-Creo que los movimientos populares estamos llamados a jugar un papel protagónico, ser arquitectos de nuestro propio destino. Hoy las institucionalidades de esas democracias que han sabido construir al servicio de que nada cambie, democracias rengas, democracias aparentes, democracias que solamente le son funcionales a los que tiene el poder, han generado las asimetrías, las desigualdades y las injusticias más profundas de estos últimos años y están absolutamente perimidas y agotadas.
Los movimientos y agrupaciones populares son los actores que tienen que jugar en la construcción de otro mundo posible, de otra sociedad, una sociedad anticapitalista donde el hombre no sea lobo del hombre, donde realmente podamos vivir un mundo donde quepan todos mundos. Ese es el desafío, no son las democracias encorsetadas como las que hoy nos quieren presentar donde nos dejan solamente la oportunidad de votar cada dos años en una caja de cartón, donde cada vez decidimos menos.
Hoy en la política tradicional no hay nadie que exprese los intereses del campo popular que pueda participar en esos eventos. La política está hecha como ellos la entienden, para ellos y nada más que para ellos. Por lo tanto, tenemos que avanzar en construir la correlación de fuerzas necesaria para poder resistir pero para también poder construir otro mundo posible, y para eso hay que construir y acumular en el poder popular.

-¿Poder popular, pensándolo a corto, mediano o largo plazo?

-No son los tiempos cronológicos los que nos tienen que desesperar, es la claridad de una estrategia que nos permita ir construyendo otra manera, otro modo, una contra hegemonía adentro de una hegemonía falleciente, como alguna vez dijo Chávez que juraba bajo una Constitución moribunda. Estas democracias están moribundas, este sistema capitalista nos está llevando a un modo de capitalismo depredador, extractivista, financiero, donde solamente ofrece para las grandes mayorías populares guerras, hambre, miseria y muerte. Nosotros estamos obligados y necesitando, cada vez más urgente, la construcción de otras sociedades.