El ISIS golpea a la coalición tras el anuncio de su retirada de Siria

Resumen Medio Oriente,17 enero 2019

La coalición internacional liderada por EEUU fue blanco ayer de un ataque suicida reivindicado por el Estado Islámico en la ciudad de Minbej, en el norte de Siria, que causó la muerte de varios soldados estadounidenses, semanas después del anuncio de la retirada de sus tropas del país árabe y unos días después de que Washington dijera que el proceso de repliegue había comenzado. Mike Pence aseguró que la decisión se mantendrá pese al ataque.

Dieciséis personas, entre ellas varios soldados estadounidenses, murieron este miércoles en un atentado suicida del Estado Islámico (ISIS) en Minbej, en el ataque más letal desde 2014 contra las fuerzas estadounidenses de la coalición internacional.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de que fallecieron cuatro miembros de la alianza, dos en el lugar del atentado y otros dos mientras estaban siendo trasladados al hospital.

La coalición confirmó en su cuenta de Twitter que soldados estadounidenses perecieron a causa de «una explosión cuando realizaban una operación rutinaria de patrulla», pero no ofreció el número de víctimas ni más detalles sobre lo ocurrido.

Además de los efectivos extranjeros, el OSDH señaló que cinco combatientes sirios de las fuerzas aliadas a la coalición que controlan la zona perdieron la vida, además de diez civiles.

El atentado fue perpetrado por un kamikaze que se inmoló en el restaurante Qasr al-Umara, en el centro de Minbej, según el OSDH, versión que corroboró el ISIS en un comunicado difundido horas después y cuya autenticidad no se pudo comprobar.

El grupo yihadista aseguró que uno de sus hombres hizo estallar su chaleco de explosivos contra una patrulla de la coalición y de las milicias kurdas cerca de ese restaurante, y causó la muerte y heridas a nueve «cruzados» de la coalición y a un número indeterminado de sus asesores de las Unidades kurdas de Protección Popular (YPG), calificados de «apóstatas».

El ataque del miércoles es el primero desde que EEUU anunciara el 19 de diciembre la retirada de 2.000 de sus efectivos, argumentando que el ISIS había sido derrotado, y después de que el 11 de enero comenzara, según la Casa Blanca, el repliegue del norte de Siria, donde han apoyado a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). El ISIS está atrincherado en un reducto en la ciudad de Deir Ezzor, donde es blanco de una ofensiva de las FDS.

Minbej estaba bajo el control de un Consejo Militar integrado por unidades de las FDS, aunque sus combatientes comenzaron a retirarse de la zona occidental de la región tras un acuerdo con el Ejército sirio para que les protegiera ante la salida de EEUU.

Hoy día, tropas gubernamentales y efectivos de la Policía militar rusa tienen presencia en la zona, aunque según el OSDH la urbe sigue controlada por el Consejo Militar de Minbej.

Turquía ha amenazado reiteradamente con lanzar una ofensiva contra esa ciudad si los kurdos no se retiran de ella, razón por la cual las milicias pidieron la protección de las fuerzas leales a Damasco.

«Victoria para el ISIS»

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que si el atentado frena la retirada de las tropas de EEUU, sería «una victoria» para el ISIS. «Podría ocurrir que afecte a la decisión de la retirada», dijo Erdogan quien señaló que 20 personas murieron en el ataque, incluidos cinco estadounidenses. «Pero no creo que vaya a echarse atrás. Si se echa atrás, sería una victoria para el ISIS», agregó.

El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, insistió pocas horas después del ataque en que Washington ha decidido retirar a sus tropas de Siria porque «el califato se ha desmoronado y hemos derrotado al ISIS». Más tarde, subrayó que «a medida que nuestras tropas vuelven a casa, los estadounidenses pueden estar seguros (…) de que nunca permitiremos que los restos del ISIS reconstruyan su malvado y asesino califato, ni ahora ni nunca».

 

Los kurdos rechazan una «zona de seguridad» bajo control turco

Los kurdos de Siria rechazaron ayer la creación de una «zona de seguridad» bajo control de Turquía en el norte del país, una propuesta de Ankara y Washington, que busca reducir las consecuencias de la retirada de EEUU.

Desde mediados de diciembre, Turquía vuelve a cargar contra las YPG y amenazó con una nueva ofensiva en Rojava para expulsar de su frontera a los combatientes kurdos. EEUU, aliado de Turquía en la OTAN, pero también de las YPG en la lucha contra el ISIS, intentó hallar una solución que convenga a todos. Donald Trump propuso crear una «zona de seguridad» de 30 km. en Siria y Recep Tayyip Erdogan aseguró que la idea es que Turquía se encargue de ella.

Las FDS, milicias kurdo-árabes que combaten al ISIS con apoyo de EEUU y cuyo principal integrante son las YPG, dijeron estar preparadas para apoyar la creación de una zona segura y dar «el apoyo y asistencia necesarias, garantizando la protección de todos los grupos étnicos e interétnicos ante el peligro de un genocidio y sin intervención extranjera». Y se mostraron dispuestas a «lograr entendimientos y soluciones para garantizar la estabilidad y la seguridad continuada en las zonas fronterizas».

Moscú, aliado de Bashar al-Assad, parece rechazar la idea y ayer estimó que Damasco, que calificó de «agresión» turca el plan, debe retomar el control del norte del país tras la retirada de las tropas de EEUU.

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