Chilenos entre la xenofobia y la aporofobia

Resumen Latinoamericano / 15 de enero de 2019 / Máximo Constanzo

Xenofobia…  “es el miedo al extranjero o inmigrante. Con manifestaciones que van desde el rechazo, el desprecio y las amenazas…” y Aporofobia es “la fobia a las personas pobres o desfavorecidas”.

Diversas encuestas nos muestran que en los estratos populares existe un rechazo a la migración porque les quitan derechos sociales en vivienda, en la salud, en el trabajo, etc.

En sectores medios dicen que los extranjeros traen delincuencia e inseguridad.

Muchas mujeres chilenas dicen que pierden sus maridos.

Los nacionalistas de derecha rechazan la presencia masiva de los extranjeros, porque hay que proteger la pureza de la “nación” a la cual llaman “chilenidad”.

El gobierno no quiso firmar un acuerdo mundial sobre migración, para estar en sintonía con las “encuestas”, que es la obsesión del presidente Sebastián Piñera.

Pero el gobierno, los nacionalistas de derecha, los sectores medios, los sectores populares que rechazan la migración masiva, son claros en decir que no rechazan la presencia de extranjeros, siempre y cuando, traigan dinero, tengan educación y respeten las leyes vigentes en el país.

Bueno si eso fuera así, estamos ante la presencia de aporofobia y no de xenofobia o una mezcla de xenofobia-aporofobia, un rechazo a los extranjeros pobres.

Para la filósofa española Adela Cortina, autora del libro “Aporofobia, el rechazo al pobre” señala que “la tesis de Aporofobia se centra en que existen muchas fobias, muchas prevenciones, recelos o miedos en las sociedades a los que ya se les ha puesto nombre: islamofobia, cristianofobia, homofobia, xenofobia… Siempre son el recelo o la sospecha frente a alguien. Pero yo pienso que no es tanto el recelo frente al extranjero, frente al diferente. Sólo hay que ver a Donald Trump bailando la danza del sable con los jeques árabes. No parece que le moleste tanto que sean árabes. Efectivamente existe ese miedo transversal, cuando el extranjero es el inmigrante pobre. O cuando es un homosexual pobre y no el gran productor de Hollywood al que todo el mundo alaba por salir del armario. “

También Adela dice “…… yo voy más allá y no solo digo que el cerebro es xenófobo sino aporófobo. No solo ponemos entre paréntesis o recelamos del que no es familiar, sino además del pobre porque es alguien que no nos va a dar ventajas ni nos va a dar nada a cambio. La buena noticia es que el cerebro es flexible, si fuera rígido no tendríamos solución. La pregunta que nos tenemos que hacer como sociedad es si podemos comportarnos de una manera no xenófoba y aporófoba. Queremos cambiar esa tendencia y cultivar otras como la simpatía, la empatía y ponerse en el lugar del que sufre o no? Podemos elegir, eso es el ser humano.”

El sistema capitalista chileno ha generado un individualismo extremo, brutal diríamos, esta cimentado sobre el miedo y por la sospecha al otro, al cual vemos como una competencia, un peligro o potencial peligro.

Como sociedad rechazamos al que no tiene éxito, al que no tiene un estatus social asociado a la tenencia de bienes materiales. A esta altura ya es un “estilo de vida” de los chilenos, el éxito material lo justifica todo, hay que ser “más vivaldi y menos pavarotti”, diría el dicho popular.

Esto cruza a todos los estratos sociales los cuales se comportan de manera distinta, pero tienen cosas comunes, como es la falta de empatía humana mínima.

Me tocó vivir la experiencia, la semana pasada, mientras solidarizaba con la huelga de los trabajadores del Call Center CGS, al lado de la Casa Colorada, cómo una “pequeña” empresaria, que vendía comida en un local chiquito, a la hora de almuerzo, le pedía a fuerzas especiales de carabineros que reprimieran a los huelguistas porque según ella le ahuyentaban sus clientes y no fue capaz de pedirle al administrador del edificio, donde funciona CGS, que buscara una solución para las trabajadoras (la mayoría son mujeres, igual que ella) que ganan el sueldo mínimo. La señora veía en el pobre el problema y les gritaba furiosa que buscaran un trabajo con mejor sueldo en otro lugar.

Estos ejemplos pasan en muchos lugares contra los pobres y peor aún con los migrantes pobres.

La élite política, especialmente la derecha política sabe esto, para eso pagan estudios y estudios sobre el tema y actúa sobre ello de manera muy mezquina, con medidas que son claramente “populistas”, palabra compleja y que tiene distintas significados en marcos teóricos diferentes.

La derecha busca votos y está dispuesta a abrir la “caja de pandora”, impulsando nacionalismos de derecha, pero que en la práctica son populismos de derecha, como los que representa Bolsonaro en Brasil o Trump en USA.

En esta mezquindad están dispuestos a azuzar la pelea entre  los chilenos pobres  rechazando a los pobres latinoamericanos.  Como asimismo,  azuzando a pobres contra pobres, como pasa muchas veces en los conflictos sociales.

El mundo popular, especialmente los trabajadores, van a tener elegir, creo que muy pronto, entre un populismo de derecha, una especie de nacionalismo xenófobo y aporófobo,  o ponerse del lado de los que quieren otro Chile, no capitalista, no individualista, amigable y hermano.

¿Desde dónde vendrá esa fuerza para otro Chile, a la luz de estos años? Evidentemente no vendrá de la política “correcta” de los niñitos bien, de los que solo quieren hacer modificaciones al capitalismo, sino, tendrá que venir del proletariado y parece que también del “pobretariado” o del “precariado”.

La patria es Chile, pero como dijo Bolívar, también la “Patria es América” y nuestra liberación esta de la mano de todo el pueblo latinoamericano. Son las oligarquías las que nos dividen, y como paradoja ellos están muy unidos.

Como señala Adela Cortina, hay que “educar el celebro”, pensamos nosotros que para un mundo distinto, para un mundo humano, solidario, colectivo, justo, donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y plenamente libres (Roxa Luxemburg).

Hay que levantar otra visión que no sea ni la neoliberal, ni la socialdemócrata, ni la del populismo de derecha. Hay que defender a la patria, defender nuestras tradiciones de hermandad como pueblos latinoamericanos.

El dilema será entonces  la PATRIA OLIGARCA de la mezquindad, o la PATRIA POPULAR de la solidaridad y lucha común contra los que nos oprimen.

Centro de Estudios Francisco Bilbao

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