Nación Mapuche. Caso Catrillanca y el factor Ubilla: No sólo ministro Chadwick supo toda verdad

Resumen Latinoamericano / 10 de enero de 2019 / Aukin

“La declaración judicial de Victtoriano no sólo contradice la versión de Chadwick, sino que también salpica al subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla y robustece la responsabilidad política de Interior en el crimen de Camilo Catrillanca”

El presidente Sebastián Piñera salió a respaldar al ministro del Interior, Andrés Chadwick, luego que el jefe de seguridad asegurara que no escuchó la  información que el ex general Mauro Victtoriano le entregó vía telefónica la tarde del 14 de noviembre tras el asesinato de Camilo Catrillanca.

Piñera sale a respaldar lo indefendible. No sólo por lo débil de la respuesta de Chadwich respecto de supuestas interferencias telefónicas en las comunicaciones con Victtoriano, donde el ex jefe del GOPE le informa que Camilo Catrillanca no iba armado y que no falleció en medio de fuego cruzado. Todo esto tras un presunto robo de vehículos.

La declaración judicial de Victtoriano no sólo contradice la versión de Chadwick, sino que también salpica al subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla y robustece la responsabilidad política de Interior en el crimen del comunero. En su testimonio, Victtoriano no sólo señala que le comunicó al ministro del Interior de que Catrillanca no estaba armado, sino que también reconoce haber informado telefónicamente de este hecho a su superior, el ex general director de Orden y Seguridad, Cristian Franzani. Lo hace a las 18.14 horas, según consta la  carpeta de investigación. Este dato vuelve a ratificar que el Ministerio del Interior supo desde un primer momento lo que había ocurrido en Temucuicui la tarde del 14 de noviembre. Así da cuenta la declaración del propio Franzani.

El ex general de Orden y Seguridad declara que consultó al mando operativo en el sitio del suceso (es decir el ex general Vicctoriano) “si se había encontrado armamento en el lugar, y que este le dice que no se encontró armamento”. De inmediato, Franzani toma contacto telefónico con el ex general director de Carabineros, Hermes Soto, y con el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla para transmitirle esta información. Lo hace a las 18.26 horas, según consta el tráfico telefónico.

Siguiendo una correspondencia lógica de los hechos, como Ubilla supo a las 18.26 horas que Catrillanca estaba fallecido y que no portaba armas cuando fue acribillado, por consecuencia lógica su superior, el ministro Chadwick, también debió saberlo.

Pero volvamos atrás y creamos, hipotéticamente, que Chadwick efectivamente no escuchó la información entregada por el ex general Victtoriano debido a las malas comunicaciones. ¿Y la información entregada por Victtoriano a Franzani que este último transmitió al subsecretario Ubilla tampoco la supo? ¿Ubilla no le informó lo que supo de boca del ex general Franzani? ¿Franzani ocultó información a Ubilla? ¿Y el ex general Soto, que tomó conocimiento de los hechos a la misma hora que Ubilla por boca del propio Franzani, tampoco le informó?

Todas estas preguntas se responden con los hechos venideros. Ubilla, en su declaración señala que ya estando informado de los hechos toma contacto con Hermes Soto a las 19.49 horas de esa misma tarde del 14 de noviembre para que comunique a la opinión pública los antecedentes recabados hasta el momento. Estos eran la existencia del robo de vehículos, de un enfrentamiento y de la muerte de Catrillanca. ¿Pero si Ubilla y Soto fueron comunicados por Franzani a las 18.26 horas que Catrillanca estaba muerto y que no se encontraron armas en el sitio del suceso, por qué se insistió en hablar de un enfrentamiento?

Todo apunta a que Chadwick miente. Y con todos estos antecedentes se entiende ahora la resistencia de Hermes Soto a presentar voluntariamente su renuncia y el “ruido de sables” generado con la salida de otros diez generales de Carabineros. Porque al parecer, tanto Soto, como Ubilla y Chadwick supieron desde la llamada de Franzani toda la verdad de los hechos que terminaron con la muerte de Catrillanca. Los videos filtrados con posterioridad, las supuestas interferencias telefónicas y ahora el “factor Ubilla” sólo vienen a desmentir al ministro Chadwick y a sepultar el montaje que Interior y Carabineros intentaron levantar para dañar la imagen de Camilo Catrillanca y la comunidad de Temucuicui.

Sin duda que al respaldar a Chadwick, el gobierno no hace más que ganar tiempo para evitar que la crisis se agudice, confiando en las maniobras de pasillo y acuerdos transversales con la supuesta oposición, en aras de mantener el statuo quo, intentar aislar al movimiento mapuche movilizado que hoy reivindica a Catrillanca en cada hectárea recuperada.

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