Represión en la frontera: México pide a EEUU investigar uso de armas contra migrantes

Resumen Latinoamericano*, 26 de noviembre de 2018

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) pidió al gobierno de Estados Unidos que realice una investigación exhaustiva sobre el uso de armas no letales ayer, cuando autoridades estadunidenses lanzaron gases lacrimógenos desde su país a unos migrantes centroamericanos que protestaban en el lado mexicano de la frontera que separa San Diego y Tijuana.

La SRE plasmó esta petición en una nota diplomática que envió a la embajada de Estados Unidos en México, en la cual reiteró que “fueron utilizadas armas no letales de Estados Unidos hacia México”, según indicó en un boletín.

Ayer, fuerzas de estadunidenses dispararon gases lacrimógenos para dispersar una protesta que realizaba un grupo de alrededor de 500 integrantes del llamado éxodo centroamericano en las inmediaciones del puerto fronterizo de El Chaparral, en Tijuana; posteriormente, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) afirmó que sus agentes fueron “atacados” con piedras y botellas.

Algunos de los integrantes de la protesta trataron de cruzar la frontera, y fueron detenidos por las autoridades federales y estatales mexicanas. Según la Secretaría de Gobernación (Segob), 98 de ellos se encuentran en proceso de ser deportados, y el Instituto Nacional de Migración (INM) advirtió que se deportará “inmediatamente a las personas identificadas que participaron en estos hechos violentos”.

En reacción, el gobierno estadunidense cerró durante más de cinco horas la garita fronteriza, y el presidente Donald Trump advirtió, desde su cuenta de Twitter, que clausurarán la frontera “de manera definitiva” en el caso de considerarlo necesario.

En la madrugada de este lunes se encontraban 5 mil 738 personas en el campamento instalado en la Unidad Deportiva Benito Juárez de Tijuana, entre ellas mil 60 mujeres y mil 2 niños. A lo largo de la semana pasada, se fueron sumando más personas en el albergue, lo que provocó un colapso de su capacidad y empeoró las precarias condiciones de vida en el campamento.

Apro documentó cómo, poco a poco, la desesperación y la frustración se fueron agudizando en el albergue, pues muchos de los integrantes del éxodo se dieron cuenta que la situación tardará meses en resolverse, y que la enorme mayoría de ellos –sobre todo los varones–, no conseguirán asilo en Estados Unidos.

 

* Fuente: PROCESO

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