México. Nuevo Aeropuerto: un recorrido por las entrañas del “monstruo” / Pueblos originarios rechazan proyecto

Resumen Latinoamericano*, 21 de octubre de 2018

Por Gloria Leticia Díaz

Para los pobladores de la zona donde se empezó a construir el nuevo aeropuerto no están en riesgo grandes ganancias, sino sus casas, la salud de sus hijos, sitios arqueológicos y el entorno natural. En un recorrido por las inmediaciones del megaproyecto del gobierno de Peña Nieto se recogieron las voces de los afectados. Ellos sufren agresiones de grupos de choque, presiones de empresas y demandas amañadas de abogados para que cedan esas partes de su vida al “progreso”, representado por la devastación de cerros y terrenos.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A pocos días de que se lleve a cabo la consulta ciudadana convocada por Andrés Manuel López Obrador para elegir la sede del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), entre Texcoco y Santa Lucía, un recorrido por algunos de los municipios afectados por la construcción del megaproyecto saca a la luz historias de resistencia en defensa de la tierra, el territorio y la propiedad, así como de despojo, desacatos judiciales y corrupción.

Reporteros de este semanario recabaron denuncias de afectados en algunos municipios del oriente del Estado de México por la edificación, que según el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) en su primera fase costaría 285 mil millones de pesos, lo que representa un incremento de 69% sobre lo calculado en septiembre de 2014 por la empresa encargada de supervisar la construcción.

Es recurrente la frustración por el desgaste de años de lucha. Las personas entrevistadas se apegaron a las reglas del juego del Estado mexicano: todos han recurrido a instancias judiciales a fin de revertir los daños que les ha causado el megaproyecto, pero los tribunales no les han dado nada.

Los peligros de defender su casa

Apoyada en una muleta, Nieves Rodríguez Hernández sale de su hogar al encuentro de los reporteros. Por negarse a dejar su propiedad para dar paso al “progreso”, Nieves se ha convertido en un símbolo de la resistencia.

Su casa de 90 metros cuadrados, construida en medio de un terreno de mil 125 metros en San Salvador Atenco, quedó atrapada entre un camino vecinal y la construcción de la autopista Pirámides-Texcoco. No tiene agua ni luz; los servicios le fueron cortados por su oposición a ceder su propiedad.

Rodeada de perros que le avisan de la presencia de extraños, Nieves se queja de intensos dolores en la pierna izquierda. En febrero se la fracturó al caer en una zanja cuando circulaba en su motocicleta y fue rebasada por camiones con piedra para la megaconstrucción.

“Una zanja la pude esquivar, pero otra ya no. La constructora no se quiso hacer responsable porque dice que no traía casco, y ahora no puedo trabajar porque no puedo doblar la pierna”, lamenta la mujer, que ha resistido a los personeros de la empresa Pinfra, a la que en 2015 se le concesionó la construcción de la autopista (Proceso 2131)

En lo que va del año Nieves y su familia han sido más acosados que cuando empezaron su lucha. “Una noche iba llegando a mi casa en la moto, cuando de repente me salió un hombre de entre los árboles y me gritó: ‘¿Tú eres la pinche vieja que no quiere vender?’ En otra ocasión amaneció un muerto en el camino vecinal, frente a la casa, y otra noche que yo ya venía en camino del Distrito (Ciudad de México), de compras, me habló mi hija (para decirme) que un hombre se había metido al terreno, que los perros le ladraban y no se iba. Cuando llegué vi a ese hombre, estaba drogado y tuve que llamar a la policía para que se lo llevara.

“Nunca habíamos tenido problemas, todo estaba tranquilo por aquí hasta que empezaron a presionarnos. Nos dicen los de la empresa: ‘Arrime su casa para allá o quítese’, pero no tenemos a dónde irnos, nos venimos al campo porque queríamos tranquilidad. Todo lo que ha pasado este año es para asustarnos, pero no nos vamos a salir, no es justo”, dice Nieves.

La violencia hacia los opositores a las obras es una de los impactos más sensibles que ha registrado el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero (CDHZL): 253 personas de la zona oriente del Estado de México han sido agredidas a consecuencia de su oposición al NAIM únicamente en el sexenio de Enrique Peña Nieto, sin contar con la represión de 2006, asegura José Antonio Lara Duque, coordinador general de la organización.

Las agresiones van desde “amenazas telefónicas o personales, campañas de desprestigio por su labor como defensoras, agresiones físicas, detenciones arbitrarias y homicidios”, detalla.

La víctima mortal más reciente se registró el 30 de septiembre: a balazos murió Javier Ramos Arreola, habitante del municipio de Tlalmanalco y defensor del cerro del Tenayo, devastado por la extracción de material pétreo para tapar el lago de Texcoco en la construcción del NAIM.

De acuerdo con los registros del CDHZL, “las cifras se dispararon a partir del 1 de julio, cuando ya suman 50 personas agredidas”, entre ellas seis habitantes de Tezoyuca cuyas viviendas están dañadas por las minas para la extracción de material pétreo y quedaron “al borde de un precipicio”.

 

* Fuente: PROCESO


 

Pueblos originarios rechazan proyecto

Raúl Martínez, integrante de la Plataforma Organizativa contra el Nuevo Aeropuerto y Aerotrópolis, aseguró que los pueblos originarios no tuvieron nada que ver en la forma en cómo se planificó la consulta ciudadana sobre la construcción del NAIM —la cual se realizará del 25 al 28 de octubre—, por lo que no la promueven ni la apoyan públicamente.

“Nos queda claro que no es nuestra consulta, que se está imponiendo y que se realizaría estuviéramos o no de acuerdo. La vemos como un medio para difundir las afectaciones que significan este proyecto. Pero nosotros no promovemos la construcción de aeropuertos, por eso no podemos decidir en dónde construirlo porque defendemos la cuenca”, expresó Martínez durante el evento ‘El Nuevo Aeropuerto Internacional de México. Diálogo con las voces de resistencia’ que se realizó en la IBERO.

En ese sentido, uno de los líderes de los pueblos originarios hizo un llamado para que quienes participen en la consulta digan ‘no’ al NAIM, no porque apoyen este ejercicio participativo, sino porque quieren evitar la construcción de aeropuertos en la cuenca del Valle de México.

 

De acuerdo con Martínez, a la hora de realizar las dos preguntas que serán parte de la consulta se olvidó decir que la pista aérea de Santa Lucía también está asentada en un lago. Por esta razón, comentó, cuando se hace un proyecto se tiene que manejar la prevención de riesgo, el diagnóstico preciso para restitución de daños y la protección de los derechos humanos.

“No es viable la realización de ningún proyecto aeroportuario en la cuenca del Valle de México por la gravedad y los riesgos que esto implica; por eso, en la campaña ‘Yo prefiero el lago’ se tendrá que agregar ‘rescatemos la cuenca’ porque si no tenemos esa visión dejamos la oportunidad de defender el futuro inmediato”. Recordó que la crisis hídrica —vaticinada para 2025— se adelantará a 2020.

Agregó que el proyecto del NAIM está rodeado de la más absoluta opacidad, por eso exigió al gobierno electo que si se decide la construcción se tiene que transparentar y se tienen que fincar las responsabilidades administrativas porque no se puede aceptar que se solape la ilegalidad que rodea a la magna obra.

Por su parte, Fernando Córdova, coordinador del Grupo de Análisis de Manifestaciones de Impacto ambiental del Programa Observatorio Socioambiental, Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), señaló que las preguntas están bien en términos de lo que se está eligiendo: un proyecto central que concentre todo o un sistema aeroportuario.

“Están bien desarrolladas, no las siento sesgadas en términos de lo que se está planteando. Revisamos el proyecto desde 2014 con una perspectiva académica y científica; hemos dado mucho acompañamiento a los pueblos en defensa de los recursos justamente porque veíamos esta gran afectación. Somos parte de los juicios que se han hecho en contra del NAIM desde los peritajes del impacto ambiental, juicios que no se han resuelto y que son importantes en el corto plazo”, añadió Córdova.

El especialista consideró que el proyecto fracasará porque se han menospreciado los conflictos ambientales, constructivos, sociales y económicos. “Pudimos darnos cuenta de eso hace 18 años o hace cuatros años, incluso antes de empezar las obras, pero podemos hacer algo ahorita que lleva 20% el proyecto. El problema es que las implicaciones del fracaso son mucho más grandes conforme pasa el tiempo”, dijo.

De acuerdo con Córdova, todo el proyecto de la zona federal son 10 mil hectáreas. El aeropuerto requiere 5 mil y el único cambio irreversible es la plancha de la terminal aérea pues ya está cimentada, pero son 100 hectáreas que representan el 1% de la superficie. De tal manera que si se detiene el proyecto se tiene 99% para la recuperación. Pero si avanza más, fracasará porque habrá conflictos a nivel social y legal.

“Pero estamos jugando con una irreversibilidad en los cambios que hay en ese terreno y es momento de pararlo. Es momento de resolver este problema en paz, si los mexicanos salimos y decimos que no queremos un aeropuerto en Texcoco”.

A su vez, María Julieta Lamberti, coordinadora de investigación de Project on Organizing, Development, Education, and Research, señaló que en la construcción del NAICM sólo se benefician los intereses corporativos, pues la mayoría de los contratos para la su construcción fueron por adjudicación directa y no cumplieron con los estándares internacionales en términos de compras públicas, transparencia y contrataciones abiertas, dificultando conocer a los beneficiarios reales de la obra.

“Se realizaron contratos a personas no expertas que tenían relaciones con directivos del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM). No se realizó un correcto seguimiento de los entregables de contratos cruciales para la comunidad”, expresó.

Trinidad Ramírez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) Atenco, hizo un llamado a los estudiantes para que levanten la voz y no se dejen llevar por la manipulación, pues hay una línea planteada por los “señores del dinero”.

“Vean la parte humana, no somos objetos, ni mercancías, nosotros sentimos y nos indignamos con la imposición. Pedimos a que unan su voz y se informen sobre quiénes protestan y cómo viven. Sí queremos el desarrollo, pero que no esté basado en el despojo porque eso ha modificado leyes para hacer legítimo lo ilegítimo y eso debe cambiar. No somos los pobrecitos de Atenco, somos los que estamos resistiendo y luchando y hacemos un llamado urgente a unirnos, los universitarios y el pueblo. Necesitamos poner candado a las tierras”, expresó.

Valentina González/ICM 

* Fuente: IBERO

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