Catalunya: A un año del encarcelamiento de “los Jordis”, referentes independentistas, habla uno de los hijos

Resumen Latinoamericano, 16 de octubre de 2018.-

“Durante este año, yo y mis hermanas sólo hemos visto a mi padre dos días enteros”

Cuando hace 365 días del encarcelamiento de los militantes independentistas Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, conversamos con Oriol Sánchez, hijo del ex presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que con tan sólo veinte años se ha convertido en una de las caras visibles de la familia

Por Gemma Garcia
Foto de Victor Sierre

Hace ya un año de la última imagen de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart en libertad. Sonreían y saludaban la gente solidaria que se agolpaba a la Audiencia Nacional española donde debían declarar por las protestas del 20 de septiembre de 2017 ante la Consejería de Economía. Ya no salieron. El heredero del Tribunal de Orden Público (TOP) franquista, decretó prisión incondicional para los presidentes de la ANC y de Òmnium Cultural, actualmente acusados ​​de un delito de rebelión, que fueron trasladados esa misma noche en Soto del Real. Múltiples y diversas voces han exigido la puesta en libertad de los Jordis. Desde juristas, pasando por diputados, artistas y organizaciones en defensa de los derechos humanos. Precisamente, cuando ya hace un año del primer encarcelamiento del proceso político catalán, Amnistía Internacional ha vuelto a pedir la libertad inmediata de Sánchez y Cuixart. Entrevistamos al hijo del ex presidente de la ANC y actualmente diputado electo, Oriol Sánchez que con tan sólo veinte años, y absoluta serenidad, explica la situación que vive su familia.

 

Tienes miedo de que con el paso del tiempo se normalice la situación?

Quizás es uno de los miedos que hemos tenido siempre, que una situación tan injusta acabe normalizando. Pero como mínimo, por los que lo estamos viviendo desde dentro, los familiares más directos, la normalización es necesaria hasta un punto, porque no puedes estar viviendo con una angustia constante. Quizá en parte, normalizamos la situación para poder sobrevivir. Debemos continuar denunciando la situación, pero existe un cierto mecanismo de adaptación para poder salir adelante.

¿Cómo te explicas la insistencia del Estado y determinados partidos políticos en que hubo violencia el 20 de septiembre?

“Creo que es la única manera que tienen para mantenerlos cerrados: seguir manteniendo este relato de violencia”

Creo que es la única manera que tienen para mantenerlos cerrados: seguir manteniendo este relato de violencia. El objetivo era descabezar el movimiento y atacar los líderes, y tanto el Jordi Cuixart como mi padre forman parte.

¿Cómo recuerdas aquel día?

Fue un día muy movido. Los registros comenzaron bien dora la mañana. Pero nunca imaginé que sería un día que tendría tanta trascendencia, básicamente se apoyan en ese día para mantenerlos cerrados. No pensé que ese día tendría tanta importancia.

¿Cómo viviste la preparación del referéndum y el hecho de que tu padre tuviera un peso tan específico como presidente del ANC?

En ningún momento tuve miedo, ni temí lo que podría acarrearle. Yo pensaba que en un estado de derecho, una votación nunca podría implicar el que estamos viviendo y viendo. Mi padre entonces hacía muchos actos y charlas y yo, como tanta otra gente, estaba preocupado esencialmente por si habría o no habría urnas.

¿Cómo veías la cárcel antes y cómo la ves ahora?

“Cuando ves la cárcel desde dentro, te das cuenta que el funcionamiento no es el adecuado y que en lugar de convertirse en un espacio para insertar el preso en la sociedad, están completamente destinadas a que la persona cumpla condena”

Cuando ves la cárcel desde dentro, te das cuenta que el funcionamiento no es el adecuado y que las cárceles en lugar de convertirse en un espacio para insertar el preso en la sociedad y reparar el mal hecho, están completamente destinadas a que la persona cumpla condena. Creo que esta en general es una situación que todos deberíamos intentado cambiar. Es un aspecto que está muy abandonado y hasta que no lo ves de cerca, no te das cuenta.

¿Cómo es una visita con tu padre y qué recuerdas de la primera vez?

La primera visita es uno de los momentos más impactantes. Conoces toda esta dimensión nueva de la que hablaba. Hasta después de meses, no nos hemos podido adaptar mínimamente. Hay mucha rigidez y hay formas muy militares que hacer dentro de las cárceles. Además del coste emocional que implica una visita, al principio se sumaba el cansancio físico de las ocho o nueve horas hasta Madrid, para, como máximo, hacer un vis-a vis de dos horas y si no, 40 minutos con un vidrio de por medio.

De qué manera te ha ayudado la amplia red de solidaridad y el hecho de haber conocido la hija de Jordi Turull y Joaquim Forn?

Siempre estaremos agradecidos de la solidaridad. Uno de los principales temores era que se cayera en el olvido y la gente dejara de luchar. Pero hace un año y la gente sigue en la calle. La relación con personas que están pasando lo mismo que yo, ha sido muy necesaria. Mis amigos me podían ayudar, pero no sabían muy bien qué decirme. Hablar con alguien que está pasando lo mismo que tú, ayuda mucho.

Incluso ha escrito un libro.

Lo propone el periodista Francisco Orteu a la Beta Horno. Al principio yo y Laura no vemos claro el hecho de abrirnos y explicar nuestras vivencias. Pero hemos visto que además de explicarlo a la gente, nos ha servido a nosotros para poder hablar con tranquilidad, decir todo lo que pensamos y poder expresarnos. Ha sido un poco terapéutico.

¿Pensaste en algún momento que la represión podría llegar hasta aquí?

Sinceramente, yo no pensaba que la gente entraría a prisión. Pero sí me di cuenta que con la violencia policial del 1-O las cosas no iban por buen camino y empezaba a intuir que estaban dispuestos a todo y más y que las cosas podían ir a peor. ¿Qué miedos tienes y qué esperanzas? Creo que todo estará muy enfocado en lo que haga Europa, cuando el caso llegue a los tribunales europeos. Mi esperanza es Europa, pero mi miedo es que llegue demasiado tarde.

¿Cómo afrontas la nueva etapa de juicio?

Espero que en el juicio se haga justicia, pero no hay garantías. Todas las familias en general y los propios presos y exiliados estamos mentalizados que no habrá las garantías suficientes. Espero que la gente siga saliendo a la calle y manifestándose ante las situaciones injustas, que a pesar de la represión del Estado, no tengan miedo y reivindiquen las causas justas.

¿En qué aspectos ha cambiado el encarcelamiento de tu padre tu vida cotidiana?

“Hay dos aspectos importantes: hemos tenido que asumir un carácter público por el que no estábamos preparados ni mentalizados, y por otra parte, hemos tenido que gestionar la ausencia” Desde nuestro punto de visa, hay dos aspectos importantes: hemos tenido que asumir un carácter público por el que no estábamos preparados ni mentalizados, y por otro lado, hemos tenido que gestionar la ausencia. Hoy calculábamos que durante un año, yo y mis hermanas sólo hemos visto a mi padre dos días enteros.

¿Qué les dirías a los responsables políticos que defienden los encarcelamientos?

Me gustaría saber si opinan lo que piensan o lo dicen para acoger a una parte de la población. No hace falta ser muy listo para ver que no hubo violencia el 20 de septiembre. Creo que son opiniones con caracteres electoral, no creo que realmente piensen lo que dicen.  El 95% de las personas a las que pedimos que participaran nos decían que era una buena idea, nos animaban a hacerlo, coincidían con que era un injusticia, pero declinaban su participación para no poner en peligro su trabajo. Eran actores de primer nivel, presentadores de programas, gente famosa que no nos podíamos llegar a imaginar que la tuvieran tan cogida. Queríamos que la gente se mojara por la justicia, salir del ámbito propiamente independentista y romper los tópicos que hay sobre las dos posiciones. Romper con la idea de que todo estaba separado por tu ideología, pero la represión es tan grande, que no salimos.

 

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