Escenario 2020: La crisis económica global y su impacto en Chile y en el mundo

Resumen Latinoamericano / 8 de octubre de 2018 / Fernando Duque, Politika

Estamos en el año 2020. Por distintos factores explicados en este artículo, una recesión se ha desatado por todo el planeta impactando de forma intensa en los países emergentes que viven de la explotación y venta de materias primas. El cientista político Fernando Duque, que ha acertado con los escenarios de Trump y Piñera, prevé como efecto de la recesión una convulsión social con importantes cambios políticos.

Estamos a fines del año 2020 y la población chilena revive las catastróficas experiencias sufridas por Chile en la gran crisis económica del año 1929. Los precios de los productos de exportación chilenos se han derrumbado. El planeta ya no compra cobre, hierro, litio, salitre, salmones, maderas, vinos, frutas y tantos otros productos de exportación chilenos que en las últimas décadas del siglo 20 y en las primeras dos décadas del siglo XXI habían logrado transformar a Chile en un país con un ingreso per cápita promedio de 25 mil dólares por año. Gracias a sus exportaciones, Chile había dejado de ser un país pobre y había entrado en el selecto grupo de países con un sólido desarrollo económico y social.

Ahora, todo esto se había perdido. La paralización de las actividades productivas se hizo generalizada a todas las regiones del país y así el desempleo y la miseria se extendieron como un tsunami catastrófico e imparable por todo el territorio nacional. El país volvió a ser un país pobre y subdesarrollado.  Las manifestaciones de descontento popular se hicieron masivas. El gobierno del presidente Sebastián Piñera dejó de funcionar.

Para las elecciones del año 2024, el poder político, después de muchos meses de anarquía, cayó en manos de la izquierda revolucionaria. Esta fue la nueva élite que inició el largo y dificultoso periodo de reconstrucción nacional. En todo esto, Chile también siguió el ejemplo que se había hecho generalizado en toda América Latina. Las fuerzas derechistas y élites gobernantes de Argentina, Paraguay, Perú, Colombia y algunos países centroamericanos y del Caribe, no pudieron dar respuesta al desafío de la enorme crisis global y así todos ellos escaparon hacia el coloso del norte.

Los Estados Unidos, Canadá, Australia Nueva Zelanda, el norte de Europa, Rusia, Japón, Corea, Singapur, Vietnam y particularmente China habían sido las únicas sociedades capaces de organizar y adaptar adecuadamente sus respectivas economías y así ellos fueron los únicos Estados que sobrevivieron sin cambios trascendentales las devastadoras consecuencias de la crisis económica iniciada el año 2020.

Los factores, causas o antecedentes que desencadenaron la crisis iniciada el año 2020, pueden delinearse en forma muy resumida de la siguiente manera:

Las drásticas medidas proteccionistas y anti globalizantes  impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el año 2018 fueron un factor clave e importantísimo que promovió la nueva tragedia económica a nivel mundial. Entre los años 2019 y 2020 el desarrollo económico y el comercio mundial declinaron significativamente. Desafortunadamente, los países más afectados por estas medidas proteccionistas fueron los países emergentes, particularmente países tales como Turquía, Irán, Pakistán, Indonesia, India, Brasil y Sudáfrica. También resultaron afectados negativamente países tales como Egipto y Nigeria.  La crisis también derribó las economías de los países del sur de Europa, tales como Italia, Grecia, España, Portugal y también Irlanda. Finalmente, víctimas de este tsunami global, fueron los países del Este de Europa, particularmente, Polonia y Ucrania.

Es preciso señalar que todos los países emergentes víctimas de esta crisis, habían previamente acumulado enormes deudas externas en dólares y euros. Todo esto ocurrió después de la gran crisis subprime, de los años 2007 – 2008. Tanto gobiernos como empresas privadas estaban hundidos hasta el cuello por una aplastante deuda externa. La política de los Estados Unidos, de gradualmente subir las tasas de interés, iniciada en el año 2017, atrajo hacia ese país enormes capitales previamente invertidos en el  mundo emergente. La reserva federal subió las tasas de interés al 3% en el año 2019 y luego al 4% a comienzos del año 2020. Una política monetaria similar también se produjo en la Europa Occidental. Debido a esta elevada tasa de interés en los países ricos de occidente, los capitales previamente prestados al mundo emergente retornaron con extrema velocidad a los Estados Unidos y a los países del Norte de la Europa Occidental. De esta manera, el mundo emergente se quedó sin el capital necesario para mantener sus tasas de crecimiento y por lo tanto cayó en una aguda depresión económica.

A esta gran tragedia financiera se agregó un crucial hecho. Estados Unidos atacó militarmente a Irán en el año 2019. Esta intervención militar del coloso del norte, inmediatamente produjo una drástica subida del precio del petróleo.  Esta vital materia prima, que en el año 2018 tenía un precio de alrededor de 80 dólares subió a 100 dólares el barril en el año 2019, y a más de 120 dólares el barril a comienzos del año 2020. A causa de esta guerra entre Estados Unidos e Irán, automáticamente se retiraron del mercado, más de dos millones de barriles diarios, y esta fue la principal causa de que el precio del petróleo se disparó.

Los países emergentes ya críticamente debilitados en el año 2018 y además, aplastados con el enorme peso de la deuda externa, tuvieron ahora que pagar un altísimo precio por el petróleo consumido. Sin créditos externos y con productos de exportación conformados por materias primas de escaso valor; los países emergentes cayeron en la banca rota total.

La profunda crisis de los países emergentes a su vez determinó que todo el planeta cayera en un largo periodo de depresión. Se repitió  así la catastrófica crisis del año 1929. Una vez más, así como cien años antes, Chile fue uno de los países más afectados por el desastre económico que envolvió al mundo en el año 2020 (i).

Para fines del año 2024, después de varios años de sufrimiento, la mayoría de los países emergentes, incluyendo toda Latinoamérica, iniciaron toda su larga marcha hacia la reconstrucción económica.  En esta crucial tarea, el ejemplo chino fue de vital importancia. Esta vez, el neoliberalismo fue totalmente desarticulado y enterrado en el polvo de la historia. El modelo elegido por los países emergentes fue un desarrollo dirigido y estrictamente controlado por el Estado e implementado tanto por instituciones públicas como por un sector privado estrictamente dirigido y controlado por el Estado. En este proceso de reconstrucción socioeconómica y política del planeta, China asumió un rol predominante y gracias a sus esfuerzos y liderazgo se transformó en el hegemón mundial.  Este crucial cambio en la estructura de poder planetario se consolidó a partir de la cuarta década del siglo XXI.

Finalmente, es preciso señalar que la civilización occidental, conformada por Estados Unidos, Europa Occidental, Canadá, Australia y Nueva Zelanda entró en profundo proceso de crisis política. Después del año 2022, las cruentas luchas entre las fuerzas globalizantes y neoliberales y las fuerzas  populistas y proteccionistas;   paralizaron la civilización occidental en gran parte de la tercera y cuarta década del siglo XXI. Este fenómeno fue responsable por la final caída de la hegemonía occidental y la subida de la hegemonía china.

(1) Para recientes artículos de prensa, que discuten con claridad los peligros que asechan a la actual economía mundial, sírvase ver,  “El Fondo Monetario Internacional alerta de un nuevo record histórico en la deuda mundial: más de 150 veces del PIP español”;  ver El País, oct. 2 de 2018; ver también “Rising oil prices catch emerging economies at a vulnerable moment. A Crude awakening”  Ver The Economist Sept. 29; 2018

  1. Duque Ph. D

Cientista Político

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