La Argentina de remate: Un Presidente destruyendo la Nación frente a un Pueblo en plena rebelión

Por Jorge Falcone*, 1 octubre 2018

Un inolvidable vinilo de Roque Narvaja, rockero allegado al PRT, se titulaba “Octubre, mes de cambios”. Si como reza el refrán (“para muestra basta un botón”) tomáramos en cuenta apenas la convocatoria de la CTA – A a acampar frente al Congreso Nacional contra la aprobación del Presupuesto 2019 propuesto por el oficialismo y la muy probablemente masiva movilización a Luján prevista para el día 20 del corriente por el Frente Sindical para el Modelo Nacional, deberemos aceptar que desde Octubre del 17 al 17 de Octubre, la Historia no desmiente aquel título del legendario compositor e intérprete.

Corina De Bonis y la reaparición de “los desconocidos de siempre”

En un reciente artículo de lectura imprescindible (Tres metas del Nuevo Orden Mundial en el colapso económico argentino), el compañero Claudio Fabián Guevara escribe “La debacle no es consecuencia de una política errada, sino de un diseño para poner al país de rodillas. Los objetivos del colapso sobrepasan los imaginarios de la izquierda tradicional”.

En tal entendimiento, un “detalle” que no debieran pasar por alto los sectores que hoy luchan en todos los frentes por defender sus derechos arrebatados – acaso esperando que toda respuesta represiva se produzca en la Avenida 9 de Julio y a la luz del día – es la reciente reaparición, ensañada contra una maestra de Moreno, de una violencia paraestatal muy poco probablemente perpetrada por grupos narcos, pese a las versiones en tal sentido de la gobernadora Vidal. A tan grave incidente se suman las amenazas anónimas de carácter filo procesistas dirigidas contra numeros@s dirigentes polític@s y sociales en lucha. Haciendo memoria, el embate más grave de esas características producido durante esta democracia de baja intensidad indudablemente fue la segunda desaparición del albañil de Los Hornos Jorge Julio López poco antes de que volviera a testificar en los Juicios de la Verdad. Tenemos derecho a sospechar que aquella circunstancia fue al menos incitada desde el Penal de Marcos Paz. Pero ahora lo siniestro estriba en que los últimos apremios parecerían más bien inspirados por un Estado que ha decidido alivianar la condena a los genocidas y premiar públicamente a los asesinos de gatillo fácil.

En lo sucesivo habrá que tener muy en cuenta tales antecedentes, ya que – como sostiene la Sicología – “la violencia es impotencia de la palabra”. Y este gobierno carece a todas luces de argumentos. Porque fracasó rotundamente, al punto de que el poder – con el Grupo Clarín a la cabeza – hoy procura volcar su apoyo hacia los hipotéticos garantes de una gobernabilidad propicia a la continuidad de la expoliación de las mayorías, rol que vienen encarnando Miguel Ángel Pichetto y sus socios, enfrentados (en cuanto a proponer lo que según Massa constituiría la “ancha avenida del medio”) al dilema de no hacer un papel lastimoso en el debate por el presupuesto venidero, que al Ejecutivo le urge aprobar para cumplir con los impiadosos requerimientos de Madame Lagarde, objetivo que a esta altura ni siquiera permite descartar que se intente cumplirlo entregando territorio nacional. Acaso esta maniobra en curso explique en parte que el escenario electoral de tres tercios – en constante movilidad – que se baraja con miras a los comicios del año entrante continúe exhibiendo la caída en picada del oficialismo, y un feroz embate mediático-judicial (nueva corte afín mediante) contra funcionari@s del gobierno anterior, con el propósito de desarticular la posible conformación de hasta la más inofensiva coalición de centro-izquierda, facilitando en consecuencia que nos siga gobernando “el mismo perro con distinto collar”.

Elecciones y posibles exabruptos del hambre

Otra tentación que amerita ser revisada es la que conduce a efectuar análisis exclusivamente lineales respecto a la evolución del panorama electoral, descontando – ante un escenario socioeconómico desesperante y en un país acostumbrado a sufrir imprevistos clivajes – que arribaremos al remoto octubre de 2019 sin sobresaltos. Algunos consideramos, sin pretensión de alarmar a nadie sino más bien apelando al sentido común, que todos los indicadores a la vista auguran un fin de año recalentado, contexto que complicará seriamente las pretensiones de Cambiemos en cuanto a llegar a los próximos comicios nacionales en condiciones de disputar otro turno electoral. Alimenta dicha perspectiva otra renuncia de un titular del BCRA – en plena gira del primer mandatario buscando avales en el Imperio y durante el desarrollo de una importante medida de fuerza gremial -, lo que bien podría traducirse, dada la condición de líbero de Caputo y sus conocidas diferencias con Dujovne, como un nuevo y más genuflexo alineamiento financiero impuesto por el FMI. En resumen, imaginamos una preocupante intemperie en torno al ingeniero Macri a partir de que el último invitado a la reunión del G-20 abandone la República Argentina. Pero la taba está en el aire, ya que EEUU no está dispuesto a perder el control de este importante enclave del Cono Sur, y hará cuanto pueda – sin escatimar medidas intervecionistas al estilo Braden – por garantizar la continuidad del modelo, mientras la Ministra de Desarrollo Social se afana por frenar un estallido a fuerza de insuflar fondos millonarios en los sectores más castigados por la crisis.

Ofensiva táctica de la clase trabajadora

Como cuando un dedo se hunde en el colchón propiciando que las bolitas dispersas vayan al hoyo, la conformación de un frente opositor vertebrado en torno a lo que oportunamente se identificó como Colectivo 21 F – cuya afinidad con la senadora Kirchner bien podría deparar algún imprevisto electoral – ha comenzado a traccionar a todas las CTAs y a l@s trabajadores/as de la economía popular configurando un panorama relativamente esperanzador para el campo popular, fenómeno que se puso de manifiesto nítidamente durante el último Paro Nacional (concebido por la CGT como dominguero y transformado en activo por presión de las bases) Envalentonado al calor de sus últimas incursiones públicas, comienza a despuntar en este flamante espacio la voluntad de disputar – más que abandonar – la conducción de una central obrera cuya crisis acaba de sincerar la renuncia del triunviro Schmid. Quien haya reparado en el reciente acto del Frente Sindical para el Proyecto Nacional celebrado en el Estadio de Ferro probablemente coincida acerca de que tendrían con qué. En todo caso, siempre atendiendo más al bosque que a los árboles que circunstancialmente lo ocultan, recordemos que los procesos de unidad de la clase trabajadora suelen sumar a vastos sectores de la Nación, transformando las ofensivas tácticas en estratégicas. En caso de que ello ocurra, se tornará imperioso atender al debate que dejó pendiente el Argentinazo de 2001 en torno al agotamiento de la democracia formal (disyuntiva que mucho ilumina la reciente publicación del libro Prisioneros de esta democracia, del compañero Roberto Cirilo Perdía). Por lo pronto, está a la vista que l@s más apalead@s merecen sobradamente dicho vuelco en la correlación de fuerzas, para poner inmediato coto a este proceso de destrucción nacional.-

* Integrante de la Coordinadora Resistir y Luchar

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