Argentina. Estamos en una crisis griega

Resumen Latinoamericano / 30 de septiembre de 2018 / Carlos A. Larriera

Cuando estos préstamos se volvieron impagables, Grecia fue conminada por la Troika europea (Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el FMI) a tomar nuevos préstamos para pagar los anteriores, lo que aumentó su deuda, y ya va por la tercera vez que se repite el mismo mecanismo.

Llama la atención que teniendo la crisis griega muchos aspectos similares a la de nuestro país, se utilice poco para caracterizarla.

Grecia tomó préstamos en euros impagables, gran parte de los cuales fue para comprar armamento, principalmente a Alemania, y en parte a Francia. Grecia no tenía ninguna necesidad objetiva para hacer estas compras, pero sí la tenía, por ejemplo, Alemania, cuya economía se basa en la exportación.

Cuando estos préstamos se volvieron impagables, Grecia fue conminada por la Troika europea (Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional) a tomar nuevos préstamos para pagar los anteriores, lo que aumentó su deuda, y ya va por la tercera vez que se repite el mismo mecanismo. También ha comenzado a pagar la deuda en especie, entregando puertos e islas.

Es obvio que la Troika europea conoce perfectamente la consecuencia de las políticas que exige. Siempre supo que los créditos eran impagables. Y ha exigido, igual que en nuestro país, que las deudas se paguen bajando el gasto social del Estado griego, “flexibilizando” el trabajo, etc.

“Grecia ha salido del tercer rescate después de ocho años. En ese período, la crisis griega ha originado la pérdida del 25% del PIB del país, sus ciudadanos han perdido el 40% de su poder adquisitivo, su deuda casi dobla su PIB (180%), el paro continúa en cifras desorbitadas (20,2% y 42,3% entre los menores de 25 años) y los niveles de pobreza y exclusión social, que llegan al 35,6% de la población, son insostenibles.”

Las cifras son elocuentes, en particular la desocupación y los niveles de pobreza y exclusión social, que llegan ¡al 35,6 % de la población! Esto necesariamente tiene que estar provocando la desintegración del pueblo griego. Esto va en el mismo sentido que lo que sucede en nuestro país.

La segunda similitud es cobrar la deuda en especie (puertos e islas, por ahora).

La tercera similitud es el proyecto de dolarización en el país. De hecho, el euro es la dolarización a la europea, que allá podríamos llamarla eurozisación. Todos los países, menos Alemania, y posiblemente en parte Francia, han perdido la soberanía monetaria y cambiaria. Están atados a las decisiones de la Troika europea, lo que significa en realidad atados a Alemania, que es hegemónico en la Troika. Porque el euro en realidad, en lo sustancial, es el marco alemán disfrazado, una forma sui generis de eurozisar (dolarizar) a los países europeos.

Hay una dificultad política para oponerse a las exigencias de la Troika, porque no es un gobierno tradicional pero manda, es el que manda, con lo cual para los pueblos es un enemigo casi incorpóreo. No obstante hay movimientos en contra, como Pueblos Unidos contra la Troika.

Los planes (“soluciones”) que propone la Troika son típicos del neoliberalismo (la política del gran capital internacional), que hoy avanza a pasos de gigante en su saqueo mundial: mejorar el tipo de cambio, bajar impuestos, flexibilizar el trabajo, y subir tarifas para quién las cobra, reducir el gasto social como salud, educación, jubilaciones, etc., entre otras exigencias.

El FMI, que es nada más que un agente del gran capital mundial, hegemonizado por el de los EE.UU., no puede ignorar las consecuencias devastadoras de las políticas que exige a cambio de otorgar sus créditos impagables, por lo tanto la conclusión obligada es que en realidad ese ese su objetivo.

En última instancia vienen por el territorio del país, con toda su riqueza y recursos naturales, por eso mientras más crisis haya, más se ve favorecida la política del gran capital, más fácil es dolarizar, cobrar la deuda en especie, eliminar la resistencia de la población, etc.

Hay que tratar de no limitarse a la suposición que lo que hoy estamos padeciendo es solamente una repetición agravada de la crisis del 2001. Es mucho más que eso, es la ofensiva final, la apropiación directa de las riquezas naturales del país, que solamente pueden concretarse derrotando a todo el pueblo y sometiéndolo a la resignación.

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