Brasil: (Opinión) El costo de los equívocos de la izquierda

Por Jandir Santin * , Resumen Latinoamericano, 13 septiembre 2018

Brasil vive hoy, en la política electoral, una metáfora de la lucha de clases posterior a la caída de la URSS: el candidato del Pueblo en la prisión y sin poder presentarse a los comicios, mientras el representante de la derecha extrema/fascista se encuentra en un lecho de hospital a causa de una cuchillada mediática para sacarle de los debates en los medios de comunicación donde perdía adeptos después de cada rueda de prensa. Consecuencia: la ‘cuchillada’ le ha añadido algunos puntos en las encuestas electorales.

Al tiempo, el sustituto de Lula en la disputa electoral para la presidencia tiene que hacer lo posible y lo imposible para recuperar el tiempo perdido y buscar la adhesión de los ‘hinchas’ del ex-presidente… Los resultados de los comicios todavía no pueden ser predichos…

Pienso que lo más importante es intentar hacer un análisis del proceso que ha conducido a Brasil y otros países de Latinoamérica a la situación actual: un camino de retroceso, de vuelta a las condiciones económicas y políticas propias de la primera mitad del siglo XX. Somos más ‘colonia’ del capitalismo central hoy que en la segunda mitad del siglo pasado. Los obreros perdieron derechos conquistados hace ochenta años. Volvimos a ser preponderantemente exportadores de commodities. Las riquezas de nuestro suelo están siendo entregadas a manos de empresas trasnacionales. Nuestros gobiernos son cada día más representantes del capital financiero y de los planes del Imperio. Los tres poderes de la República se encuentran manconmunados para impedir cualquier proyecto que no facilite el camino de ascenso del capital.

El análisis tiene que llevarnos a una pregunta: ¿Qué ha generado tan grande retroceso? Qué parte de culpa debe ser puesta en la cuenta de las izquierdas o de los gobiernos populares que estuvieran a cargo de los Estados Nacionales a comienzos de este siglo?

Tenemos que hacerle frente a esa cuestión con toda la profundidad que amerita, o continuaremos condenados a caer en las mismas trampas de siempre! Marx y Engels ya nos advirtieron en el Manifiesto Comunista: No se puede hacer alianzas con la Burguesia! Ella siempre traicionará a los trabajadores y sus representantes! Por si acaso tuviéramos alguna duda, es suficiente con que miremos los incontables ejemplos del siglo XXI, empezando con el gobierno de Zelaya en Honduras, con Lugo en Paraguay, con Dilma en Brasil, con Ortega, en Nicaragua, con Maduro en Venezuela…

Pienso que, antes de las alianzas entre clases, hay otra trampa peligrosa en la cual la casi totalidad de las izquierdas suelen caer como patito en la laguna: la aceptación del juego de la DEMOCRACIA BURGUESA! El solo hecho de aceptar este juego significa aceptar como campo de lucha la arena del enemigo. El juego de la democracia burguesa no existe para que haya cambios profundos en la sociedad, aún menos, que se piense en revolución. Para competir en elecciones burguesas hay que tener mucha plata o arrimarse a los que la tienen y someterse a sus intenciones, o sea: utilizar el Estado para sus capitales, sus empresas, sus intereses. Hay que hacer alianzas enviciadas. Hay que someterse a la fuerza del Capital. Hay que engañar a las clases trabajadoras con discursos populistas. No es obligatorio que si alguien de izquierda llega a gobernar vaya a orientar el Estado burgués hacia la izquierda o hacia el Pueblo. El Estado burgués es un instrumento de la Burguesía y esta no tiene Patria. Pensar que ganando las elecciones y estar en el gobierno es igual a tener el Poder de cambiar o revolucionar la sociedad es pura ilusión, es un sueño. Conquistar el poder del Estado burgués por la vía de las elecciones no significa tener el Poder. Este lo tiene el Capital Financiero Internacional. El poder del Estado burgués tiene dimensiones más anchas que el aparato burocrático aparente. Además de las negociaciones  con el poder legislativo conformado por latifundistas, grandes empresarios y representantes de grupos oligárquicos, existe el peso burocrático y elitista del Poder Judicial. Peor aún: el poderío económico internacional que impide cualquier intento de cambio hacia el Pueblo, hacia las clases explotadas/trabajadoras. Cuando se da cualquier intento en ese sentido, el poder económico (internacional y nacional) suprime la democracia burguesa. Para eso tiene todas las armas a su disposición: golpes militares, golpes civiles, golpes jurídicos, sanciones económicas, bloqueo económico o militar, boicot. Ya lo hicieron con Allende en Chile, con los sandinistas en Nicaragua y se lo están haciendo al gobierno bolivariano de Venezuela. ¿Todavía hay dudas acerca de los reales objetivos de la democracia burguesa?

Entonces, la pregunta es: ¿Por qué las izquierdas no aprendieron las lecciones de la historia con las experiencias de democracia burguesa en Latinoamérica? ¿Seria ‘falta de marxismo’ de los dirigentes? ¿O debilidad de conocimientos históricos y políticos?

¿Que tal si continuáramos esta reflexión en el próximo Resumen Latinoamericano? Creo que el tema da para mucho más! Saludos revolucionarios a quien tuvo paciencia de acompañarme hasta acá.

 

* Filósofo y Sociólogo. Maestro Jubilado. Militante de movimientos populares, gremios y partidos políticos desde izquierda hace 58 años. Vivió la experiencia revolucionaria sandinista en Nicaragua. Miembro fundante de la Liga Latinoamericana de Irredentos, sigue involucrado en las luchas por un sistema justo, socialista, latinoamericano.

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