Cuba. Aniversario 58 de la FMC: bendita vez

Óleo de una mujer con sombrero, la canción antológica del trovador Silvio Rodríguez, el cantor de las mujeres soles, rompió el silencio de la mañana de este 23 de agosto, cuando la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la revolucionaria organización que debería llegar a la madurez, cumple 58 años de fundada. En pleno Macizo de Guamuhaya, grupo montañoso de Cumanayagua, provincia de Cienfuegos, tuvo lugar el acto-homenaje.

Mujeres de todas las edades, mixtura de generaciones, lo que viene a ser como una cronología de la FMC, se reunieron allí donde quedan huellas de la Campaña de Alfabetización, las Brigadas Campesinas Agrícolas, Sanitarias, de las “Ana Betancourt”, campesinas que marcharon a la capital para aprender a coser y dejar atrás la secular dependencia en los hogares más humildes, entre otras muchas barreras que logró derribar la naciente organización que pretendía sortear las columnas de una sociedad patriarcal.

Y aunque hoy todo es distinto, incluso el latir de la FMC, la mujer cubana sigue a la vanguardia desde los oficios y responsabilidades que dignifican a la mujer mientras realza la obra nueva que se pretendía construir. Al hacer un paneo de las presentes en el acto, encontramos jóvenes de 14 años que arriban a miembros y que hoy recibieron su carné acreditativo; las que durante 20 años se han mantenido en primera fila; mujeres de la tercera edad que se entregaron al trabajo de la organización y hasta jovencitas que en el Servicio Militar Femenino, bajo el principio de la voluntariedad juraron defender a la Patria.

Rodrigo Rodríguez Sanabria, quien dirige la esfera Político-Ideológica en la provincia; y Mireya Molina Castellanos, secretaria general de la FMC en Cienfuegos, así como representantes de los municipios de Cumanayagua, Abreus y Lajas, los territorios destacados, presidieron la ceremonia, en la que se entregaron y recibieron agasajos a propósito de la efeméride.

En el público, las mujeres, de rostros curtidos o cuidados, jóvenes, de mediana o tercera edad, testigos todas y protagonistas de cuánto pueden transformar una sociedad, al crear y participar de la obra desde las mil maneras en que se puede; la Medicina, escuelas, fábricas, surcos, en la defensa de la Patria, el arte…, imprimiéndole la femineidad y delicadeza, porque es preciso continuar el camino para llegar a tener el derecho pleno y el orgullo de aquella organización primigenia. Para que la mujer sea toda las veces: ventana, fuente, cimiente y mañana, como aquella bendita vez.

Por 5 de Septiembre, Cienfuegos, Cuba.

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