Argentina. Abuelas de Plaza de Mayo recupera al nieto 128: “Es la restitución de 42 años de amor no vivido”

Resumen Latinoamericano, 3 de agosto de 2018.-

Estela de Carlotto muestra una foto de Rosario del Carmen Ramos junto a sus dos hijos mayores, Ismael y Camilo, hermanos de Marcos.

Abuelas de Plaza de Mayo recupera al nieto 128: “Es la restitución de 42 años de amor no vivido”
Marcos, hijo de la militante desaparecida Rosario del Carmen Ramos, fue robado y apropiado por la dictadura, a días de cumplir cinco meses.

Entre 1976 y 1983, las Abuelas de Plaza de Mayo estiman que la dictadura robó cerca de 500 bebés y los entregó a hogares afines al régimen militar para que los criaran sin conocer a sus verdaderas familias. Con su búsqueda incansable y el respaldo de organismos estatales, judiciales y de la sociedad, Abuelas ha logrado restituir la identidad de 128 de esos nietos. El último se anunció este viernes en la sede de la organización de derechos humanos, en Buenos Aires. Se trata de Marcos Eduardo Ramos, hijo de la militante desaparecida Rosario del Carmen Ramos, quien fue secuestrado en noviembre de 1976, a punto de cumplir cinco meses, en San Miguel de Tucumán, capital de la provincia norteña de Tucumán.

Marcos nació el 9 de junio de 1976 y en noviembre de ese año su madre, él y su hermano Ismael fueron secuestrados durante un operativo ilegal de las fuerzas de seguridad. Los niños fueron llevados a una casa en la localidad de Tafi Viejo, de la que Ismael escapó mientras que el bebé quedó con sus captores. Desde entonces, no lo había vuelto a ver.

“Gracias a las Madres, a las Abuelas que hicieron algo tan impresionante. Disculpen, estoy muy emocionado”, dijo Ismael en rueda de prensa junto a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. El otro hermano de Marcos, Camilo, tomó entonces la palabra desde el otro extremo de la mesa. “Para mí es la restitución del amor no vivido hace 42 años”, expresó Camilo, quien contó que ya se reunieron con él y se abrazaron los tres, en un reencuentro que aún no es capaz de describir.

“Somos poquitas Abuelas”
La restitución “es saber que la vela de la esperanza todavía sigue encendida y que la lucha aún continúa”, agregó Camilo, en referencia a la búsqueda de los nietos que aún no han sido encontrados. “Como ven, somos poquitas Abuelas acá, somos cuatro. El resto ya no está, o está enfermita. Pero con nuestro equipo incansable de jóvenes que nos ayuda a seguir caminando, mientras tengamos vida seguiremos buscando a los centenares de nietos que aún faltan”, expresó De Carlotto rodeada de varios nietos recuperados.

Marcos fue localizado gracias a una denuncia realizada en 2013 en el Fondo permanente de recompensas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina, en la que se facilitó información sobre un hombre que podía ser hijo de desaparecidos y apropiado por una persona imputada por crímenes de lesa humanidad en la provincia de Tucumán. Los datos fueron entregados a la Unidad especializada en casos de apropación de niños durante el terrorismo de Estado y se dio intervención a un juzgado, que ordenó la realización de un examen de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, al que Marcos accedió voluntariamente. El resultado permitió conocer su verdadera identidad.

Marcos es el segundo nieto restituido en la provincia de Tucumán, donde fueron descubiertas fosas comunes en las que se identificó a más de un centenar de desaparecidos. “El caso de Marcos debería contribuir a acabar con el negacionismo, la justificación y el olvido que persisten en parte de la sociedad”, señaló Abuelas en el comunicado leído por De Carlotto. “Nuestros nietos y nietas pueden estar en cualquier rincón. Cualquier información, por insignificante que pueda parecer, quizá resulte la pieza faltante para dar con uno de ellos”, recordó.

El hermano del nieto 128 también fue apropiado y pudo escapar

Ismael Suleiman es el hijo mayor de Rosario del Carmen Ramos y fue quien en 1999 se acercó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para denunciar el secuestro de su hermano Marcos, que fue identificado hoy. Pero Ismael también fue secuestrado y apropiado. Vivió un año en la casa de la familia de un militar. Y se escapó. En realidad, huyó dos veces. La primera llegó hasta la estación de ómnibus donde trabajaba su tío. “Volvieron y me recapturaron. Me llevaron a la casa, sufrí todo tipo de desmanes.” La segunda llegó al hospital de niños. También lo agarraron y lo castigaron. Pero los trabajadores de la boletería de la estación, con quienes había hablado, pudieron avisarle a su tío, que junto con su padre logró rescatarlo.

Durante el anuncio de la restitución del nieto 128 | Atacaron la web de Abuelas de Plaza de Mayo

Por Victoria Ginzberg

“Marcos y yo estábamos en una casa del barrio San Cayetano. Mi mamá no volvía. Había sido secuestrada. Dos días después, nos levantan a nosotros y a tres personas más que estaban en esa casa. Nos llevan a Tafí Viejo. Nos tenían en una finca, una casa colonial, había palmeras, eso es lo que recuerdo. Y que una mujer me saca de los brazos a Marcos. Desde ese momento no lo veo más”. Así relata Ismael la separación de su hermano, cuando Marcos era un bebé de cinco meses y él un nene de seis años.

Al día siguiente de que se llevan a su hermano, Ismael vuelve a la ciudad de Tucumán. Lo dejan en una casa de la calle San Juan, con una familia de militares, donde pasa un año y medio.

–Me escapé dos veces. La primera llegué a la Terminal vieja. La conocía; a pesar de la corta edad que tenía, me quedaba todo grabado. Pude escapar. Llegué a la boletería. Tenía un pariente ahí, que era mi tío. Volvieron y me recapturaron. Me llevaron a la casa, sufrí todo tipo de desmanes.

–¿Lo castigaban?

–Tremendamente.

–¿Cómo fue la segunda huída?

–La segunda llegué a la maternidad y me agarraron. Pero en la boletería ya le habían dado toda la información a mi tío y él y mi papá organizaron para irme a buscar. Fueron por intermedio de un dirigente peronista, llevaron la documentación. Entre todo esto pasó un año y medio.

–¿Reconoció a su papá?

–De inmediato. Pero en esa época tenía que andar callado. Y así quedé.

–¿Supo algo más de las personas que lo habían apropiado?

–Sé que la señora falleció. Eran militares, de la fuerza. En la casa había otra chica, de 18 años, aparentemente no era hija de ellos.

Cuando Ismael y Marcos fueron secuestrados junto a su madre, su hermano Camilo estaba con su papá. Era un niño pequeño, de dos años. Un año después y medio después acompañó a su padre a buscar a Ismael. “Yo no tenía ninguna imagen de ellos en mi cabeza –reconstruye ante Página/12–. Pero entramos, había un pasillo largo, él me ve, viene corriendo desde la otra punta del zaguán y me abraza y eso es una cosa que nunca más me he olvidado. Ha sido una imagen que no me he sacado de la cabeza”.

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