Brasil. Recortes en la salud pública matan a la infancia

Resumen Latinoamericano / 20 de julio de 2018 / Cecilia Figueiredo, Brasil de Fato

Muerte de niñ@s con menos de un año de vida aumenta después de 26 años consecutivos de caída en el país.

La tasa de mortalidad infantil volvió a subir después de 26 años en caída continua en Brasil. En 2016, fueron 14 muertes por cada mil nacidos vivos, un aumento de 5% en relación al año anterior. Hasta entonces, el país registraba una reducción anual media de 4,9% desde comienzos de los años 1990.

Para comentar la inversión de la tendencia de la mortalidad infantil, Salud Popular entrevistó a Alexandre Padilha, ex ministro de Salud en el período en que Brasil se destacó como uno de los países que más redujo la mortalidad infantil.

A continuación la entrevista:

Salud Popular – ¿Cómo evalúa el escenario actual en comparación con 2013, cuando Brasil fue certificado por la ONU como uno de los países que más reduce la mortalidad infantil?

Alexandre Padilha – Es realmente muy triste ver acontecer esto en Brasil después de 26 años de reducción. Cuando era ministro de Salud, recuerdo como si fuera hoy, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entró en contacto con el Ministerio para felicitar el hecho de que Brasil alcanzó, en 2012, tres años antes de lo que la ONU esperaba, uno de los Objetivos del Milenio, el de la reducción de la mortalidad infantil.

Es muy triste este retroceso y apenas es la punta del gran iceberg de la destrucción del Sistema Único de Salud (SUS), de los equipos de Salud de la Familia, del [Programa]Más Médicos y también de la Red de protección social que cuida de nuestros niños.

¿Qué puede llevar a un país a tener un cambio grande de comportamiento [en esta área]? Porque la tasa de mortalidad infantil es un indicador importante para algunos parámetros que se tienen en un Estado, como el Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Exactamente eso. No por casualidad, la reducción de la mortalidad infantil fue establecida como una de las metas de los llamados Objetivos del Milenio, que la ONU construyó. La meta era para los años 2000 a 2015, exactamente por ser un indicador muy sensible para evaluar como un país está cuidando de sus niños. Un indicador extremadamente sensible para identificar mejoras o alteraciones negativas en el Sistema Único de Salud y en la condición social de las familias.

Por eso es que aumenta tan rápido de 2016 para acá, mostrando claramente los efectos directos del golpe. La mortalidad infantil es un indicador extremadamente afectado por la Atención Básica de Salud, realizada en las unidades básicas de salud, la preocupación por el [período] prenatal, el cuidado de la embarazada, del niño, la vacunación, la atención del niño en la primera semana de vida, el acompañamiento de ese niño.

Brasil, después de tanto tiempo sufre aumento de la mortalidad infantil y aumento de la mortalidad de la infancia [hasta cinco años], sobre todo por enfermedades diarréicas, lo que sólo refuerza la tesis de una relación directa con la destrucción de los equipos de Atención Básica y también con el empeoramiento de la condición económica de las familias.

¿Enfermedades como el zika y la chikungunya pueden tener responsabilidad en el aumento de la tasa?

Esa es una falsa polémica, inclusive diría que es una disculpa retorcida. Hablaron [gobierno] también de Facebook con relación a la reducción de la vacunación, eso es tener cara de palo, usar eso como argumento. Solamente sería un argumento si [el indicador] no estuviera directamente vinculado a la fuerte caída de la natalidad, al número de niños que habrían nacido en 2017 y a una interrelación con el aumento de la mortalidad exclusivo a una gran epidemia de zika, que sucedió en 2015.

El argumento es que, en 2016, habrían nacido menos niños en Brasil y que las madres, durante la epidemia de zika y chikungunya, abortaron -y ahí existe un riesgo de aumento de intentos de aborto y hasta aborto clandestino en ese período-, o que las mujeres habrían pospuesto la planificación de un embarazo en función de la chikungunya, por eso habrían nacido menos niños en 2016/2017.

Como la mortalidad infantil es una franja, o sea, el número de óbitos de menores de un año dividido por el número de niños que nacen, teóricamente si nacen menos niños habría una tasa de natalidad menor. Por cada pequeña alteración de las muertes, habría un aumento mayor en la tasa. Ciertamente no es ese el motivo, existen otros datos que refuerzan.

Primero, aumentó la tasa de mortalidad infantil en regiones donde no tuvimos un número importante de [casos de] zika. Aumentó la tasa de mortalidad infantil donde no tuvimos reducción importante de la natalidad y aumentó la tasa de mortalidad de la infancia, resultante de otros indicadores que demuestran el empeoramiento de la salud.

Ciertamente las muertes tienen dos grandes motivos. Primero, la interrupción de programas de Salud; tuvimos una fuerte reducción de médicos en el [Programa] Más Médicos. Cuando un médico salió su sustitución por el Ministerio de Salud demoró más tempo.

Hubo una decisión muy grave del Ministerio de Salud, de desvalorizar a los agentes comunitarios de salud, publicó una nueva Política de Atención Básica que prevé, inclusive, que los agentes comunitarios de salud (ACS) no son obligatorios. Entonces, esa protección para niños en alto riesgo ser perdió con esa desvalorización de los ACS. Y recortes, ya desde 2016, y más grave aún en 2017, de los recursos del programa Red Cigüeña, los servicios para intentar mejorar la asistencia al parto, prenatal y al niño inmediatamente después del nacimiento.

Una secuencia de medidas en el área de Salud, regulada por otros indicadores, como la reducción de la cobertura de vacunas. Se redujo la cobertura en Brasil, pero no se redujo en el resto del mundo.

Lo que es más grave aún, quería llamar atención para esto, es un estudio brasileño publicado en una de las principales revistas internacionales en el área de Salud, es una proyección de que si continúan las políticas actuales de recorte de recursos, con el congelamiento de la inversión pública por 20 años impuesto, el recorte del Bolsa Familia, la reducción en el Más Médicos, la previsión es que 20 mil niños podrían morir debido a esas políticas actuales de austeridad fiscal. Una previsión de 130 mil internaciones hospitalarias más de niños, que no deberían ser. Hay que revocar esa medida de congelamiento [Enmienda 95 a la Constitución] por 20 años.

Padilha, el dato consolidado [tasa 2018] sobre la mortalidad infantil aún no salió. ¿Acostumbra a ser divulgado entre agosto, septiembre?

Exactamente, pero es una tendencia muy clara ya de 2016 y una preocupación que 2017 aumente aún más.

Edición: Diego Sartorato | Traducción: Pilar Troya

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