Nación Mapuche /“Comando Jungla”, la última pieza de la militarización de la Araucanía

julio 18, 2018

Durante todo el período de la campaña presidencial 2017 en Chile, el actual mandatario Sebastián Piñera insistía que de su mano, y con la derecha en todas sus versiones a su espalda, vendrían los “tiempos mejores”. Propuestas neoliberales para impulsar el crecimiento y la lucha contra la delincuencia eran los principales ejes programáticos que el empresario ofrecía a los chilenos.

A cuatro meses de su gobierno ha concentrado su accionar en el desarrollo de políticas en materias de seguridad a través de una serie de proyectos de ley donde se sancionaría con cárcel a graffiteros, a quienes sean sorprendidos consumiendo alcohol en la calle y a los estudiantes que provoquen “desmanes” en los centros estudiantiles que sean tomados como forma de protesta.

Pero una de las medidas más polémicas tiene relación con su propuesta de resolución del conflicto que mantiene el Estado chileno con el pueblo mapuche a través del denominado “Plan Araucanía”. Este consiste en acrecentar la militarización que ya afecta a le región de la Araucanía y la presentación del “Comando Jungla”, sección de élite del Grupo de Operaciones Espaciales de Carabineros (suerte de policía militar chilena) preparado en EE.UU. y Colombia, a través de una capacitación enfocada a especializar a los efectivos en “técnicas de persecución terrestre”.

La propuesta de Gobierno ha sido catalogada como una especie de “Pacificación de la Araucanía 2.0”, en recuerdo de las masacres llevadas a cabo hacia finales del siglo XIX por el Ejército de Chile en ese territorio que tuvieron como consecuencia la muerte de casi la mitad de la población mapuche y la instalación de colonos en la zona.

La presentación de este equipo policiaco-militar viene a cumplir con lo planteado por Piñera en su programa de gobierno, donde señalaba que “es imperioso enfrentar en todas sus facetas la situación tanto de los pueblos indígenas en general, como del pueblo mapuche y la Araucanía en particular, buscando soluciones basadas en el diálogo, la reparación, el reconocimiento y el progreso. Ello no obsta a exigir que todo proceso de diálogo, que iniciaremos formalmente tan pronto asuma el nuevo Gobierno, tenga como prerrequisito una renuncia explícita a la violencia”.

Al mismo tiempo, este documento agrega en su apartado de “Políticas contra el terrorismo interno y reforma a la ley antiterrorista” la necesidad de “implementar nuevos protocolos de acción de las policías ante episodios de carácter terrorista”.

Y para ello se les dotó de tecnología y equipamiento especial a los 40 efectivos que integran esta primera camada que se adentrará en territorio mapuche. Dos camionetas Tundra, dos carros Mowag, drones y uniforme especial para desplazarse por caminos boscosos, visores nocturnos termográficos, y “Spot GPS” -dispositivo de posicionamiento- son parte de la logística con la que cuentan los uniformados. El costo de este plan se encuentra reservado bajo la ley de Seguridad Nacional, estimándose el gasto en varios millones de dólares.

Plan Araucania 2

“Hemos dado el inicio a un grupo especial de Carabineros, que ha sido preparado y formado para combatir con eficacia el terrorismo”, señaló Piñera al presentar a este equipo policial. Mientras que su ministro del Interior, Andrés Chadwick, buscaba adelantarse a las críticas expresando que “aquí no hay tanques, aquí hay carabineros con sus Fuerzas Especiales, preparadas para combatir a un adversario que es muy cruel, como los grupos terroristas. Son grupos pequeños, no confundirlos con el pueblo mapuche”.

Colombianización de la Araucanía

El plan presentado por Piñera viene a ser una profundización del proceso de militarizar la zona de la Araucanía, el que ha tenido su mayor expresión en los últimos 17 años, que corresponde al final del período presidencial de Ricardo Lagos, junto los dos gobiernos de Michelle Bachelet y el anterior mandato del actual presidente.

En este tiempo se ha calificado como acciones terroristas a los hechos de violencia en los que han sido vinculadas comunidades y organizaciones mapuche, donde el caso más expresivo ha sido la muerte del matrimonio de terratenientes Lushsinger Mackay, quienes fallecieron en el incendio de su hogar en enero de 2013.

Mientras, la expresión de violencia del Estado chileno, que ha sido defendida por la institucionalidad como una herramienta para resolver el denominado “conflicto mapuche”, se ha traducido en 16 comuneros indígenas muertos desde 2001, con trabados procesos de investigación y judiciales. Por ello las reacciones a la presentación del “Comando Jungla” fueron de rechazo, por privilegiar la militarización de la zona antes que optar por la solución política al conflicto, que tiene a la Araucanía catalogada como “zona roja” y que se traduce en permanente hostigamiento por parte de las fuerzas policiales en las comunidades.

En este sentido, Juan Carlos Reinao, presidente de la Asociación de Municipalidades con Alcalde Mapuche, declaró que “el Presidente, al parecer, se confundió de país. Su anuncio de militarizar la región, como si se tratase de un territorio en guerra, nos parece una aberración y error histórico”.

Mientras tanto el investigador Claudio Fuentes, que es parte del equipo del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), puso la alerta al señalar que “importar el modelo de seguridad de Colombia basado en entrenamientos de parte de fuerzas archicuestionadas, resulta como mínimo discutible. Todavía más cuestionable es la asimilación que las autoridades públicas están realizando entre el caso de Colombia y la situación que se vive en algunas localidades del sur de Chile”.

Por su parte desde el Consejo de Todas las Tierras, que reúne a las principales organizaciones que representan a los pueblos originarios del país, su dirigente Aucán Huilcamán calificó la presentación como “un acto contrario a la paz” y que “varios derechos culturales de orden intangible, como el sistema médico y la espiritualidad mapuche que se realiza en altas horas de la noche”.

Fuente: Notas /José Robredo, desde Santiago de Chile – @joserobredo

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