Colombia. Los páramos, ¿ecosistemas estratégicos para quién?

Resumen Latinoamericano / 23 de junio de 2018 / Eduardo Sogamoso, Trochando Sin Fronteras

El modo de producción capitalista y el Estado colombiano pretender entregar los ecosistemas de páramos a las multinacionales para ser explotados y convertidos en mercancía. Frente a esa pretensión los campesinos no están dispuestos a dejarles el camino libre, allí ellos han construido sus planes de vida.

Los complejos de páramos son ecosistemas estratégicos para el abastecimiento de agua del país, han sido territorios ancestrales de comunidades indígenas y campesinas, pero en ellos existe una gran riqueza minera que el Estado busca explotar y hacer de estos ecosistemas un negocio.

Colombia cuenta con el 50% de páramos del mundo, 399 municipios tienen jurisdicción en páramos, 33 de estos municipios albergan a alrededor de 7 millones de personas, tienen más de la mitad de su extensión en páramo, en ellos viven entre 150.000 a 200.000 personas. De este porcentaje, 12 complejos de páramos tienen alguna parte de su área dentro de un resguardo indígena, en los departamentos de Magdalena, Cesar, Antioquia, Cauca, Boyacá, Norte de Santander, Arauca, Nariño, Putumayo y Tolima.

Gran parte de la papa y la cebolla que se consume en el país es producida en los páramos y el 70 % de los colombianos recibe el agua que es producida en estos ecosistemas. Así lo confirma el Instituto de investigación de recursos biológicos Alexander Von Humboldt.

En la región Centro Oriente podemos ubicar el distrito de Páramos de Boyacá compuesto por los complejos del Cocuy, Pisba, Tota-Bijagual- Mamapacha, Guantiva-LaRusia, Iguaque-Merchan, el distrito de páramos de los Santanderes compuesto por los complejos de Santurban-Berlin, Tama, Almorzadero, del distrito de páramos de Cundinamarca tienen relación con la región los complejos de Chingaza, Cruz Verde-Sumapaz. Según lo comenta Jorge López, líder de la organización campesina ASONALCA, en ese territorio se ubican 1.200.000 hectáreas.

En las zonas páramo la producción campesina se da en minifundio (terreno de pequeña extensión que resulta poco rentable porque no da la producción necesaria  para pagar el trabajo que exige su explotación), con la legislación Sentencia T-361/14 el Estado afectará  los campesinos que desarrollan su labor productiva en estos territorios, es decir: “no habrá crédito, ni inversiones, ni tecnología, para producir alimentos en esos territorios; a largo plazo se pone en riesgo la soberanía alimentaria del país, dado que allí se produce la mayor cantidad de alimentos que abastecen el país” , afirma Jorge López.

El Estado ha de asegurar el territorio en función de la minería, el Gobierno colombiano ha militarizado los complejos de páramos a través de la instalación de batallones de alta montaña (Batallón de Alta Montaña N 2, Socha, Socotá, Chiscas, El Espino, El Cocuy, Guacamayas, Chita, San Mateo, Panqueba, La Uvita, Boavita, Jericó, Güicán en Boyacá y Macaravita en el departamento de Santander ),  zona de páramo que cuenta con minería, donde se han otorgado títulos mineros y en la actualidad se tramitan licencias mineras para la exploración y explotación de estos recursos.

Ante este panorama la propuesta de los campesinos de los páramos es permanecer en el territorio, “también hay que buscar unas nuevas formas de relacionamiento entre el campesino y el territorio” afirma Jorge López, quien además relata que los campesinos están de acuerdo en prohibir actividades mineras y petroleras en estas zonas.

Otro aspecto que los campesinos del Centro Oriente han dialogado en el marco de la construcción de un pliego de exigencias regional y nacional, es retomar la producción agropecuaria de manera orgánica donde el Estado garantice esa inversión.  Jorge López afirma: “los campesinos tienen derecho a permanecer en los páramos, pero no van a defender al latifundista”.

 “No estamos a favor de tumbar el frailejón, ni secar las lagunas. No, estamos buscando el equilibrio armónico entre la producción agropecuaria y la permanencia en el territorio”, señala  Jorge López, quien además reseñó que el Estado colombiano al no escuchar a los campesinos los está llevando a organizarse y movilizarse para defender su derecho de permanecer en el páramo.

¿Entonces estos ecosistemas considerados estratégicos y apetecidos por el Estado y las multinacionales, ancestralmente cuidados y protegidos por indígenas y campesinos para quién deben ser?

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