En Italia, los fascistas con manos libres asesinan a Soumaila Sacko, trabajador y sindicalista migrante

Resumen Latinoamericano / 18 de junio de 2018 / Presos

Un trabajador migrante de Mali, asesinado y dos heridos por disparos.

El sindicalista de origen maliense Soumaila Sacko, fue asesinado a tiros mientras ayudaba a recoger chapas de metal para la construcción de barracas.

Soumaila Sacko, un sindicalista de 29 años de origen maliense, fue asesinado a tiros el 2 de junio mientras recogía trozos de chapas en una fábrica abandonada en Vibo Valentia, una zona de macroplantanciones de cítricos en la región italiana sureña de Calabria. Además de Sacko, otras dos personas que le acompañaban (de un total de cuatro) resultaron heridas por los disparos. El ataque se produce en un clima de declaraciones políticas xenófobas por parte de representantes de los dos partidos en pacto de Gobierno: la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas.

“Estábamos recogiendo chapas cuando un viejo modelo Fiat Panda se detuvo y un hombre con una escopeta nos disparó”, declaraba Drane Maoiheri, herido en la pierna, en palabras recogidas por Il Fatto Quotidiano. Según refleja este mismo periódico, la policía trabaja con la hipótesis de que “alguien se ha tomado la justicia por su mano” y habría respondido con disparos cuando los cuatro amigos robaban materiales.

Tanto los supervivientes como el sindicato USB, al que pertenecía el asesinado, hablan abiertamente de ataque xenófobo y explican que solo estaban recogiendo materiales abandonados para emplearlos en la construcción de una barraca. La zona es lugar de empleo y residencia de miles de trabajadores de las plantaciones, en su mayoría inmigrantes, que por su precariedad y exclusión se ven obligados a vivir en asentamientos chabolistas. Solo el de San Ferdinando, donde vivía Sacko, alberga a cerca de 3.000 personas.

El asesinato se produce un día después de la toma de posesión de Matteo Salvini (de la Liga Norte) como vicepresidente del Gobierno de coalición y como ministro de Interior. En sus declaraciones a la prensa, Salvini volvió a aprovechar la ocasión para cargar las tintas contra la inmigración irregular y los asentamientos informales -asegura que va a expulsar a 30.000 gitanos de sus casas-, y defendió una reforma de la ley para ensanchar los supuestos del uso de armas de fuego en casos de legítima defensa. Es inevitable relacionar esta propuesta -anterior a la llegada de la coalición al Gobierno- con el marco de la investigación del asesinato de Soumailia Sacko hasta ahora anunciado por la prefectura de Calabria.

“La doctrina de Matteo Salvini hizo correr anoche su primera sangre en Calabria, la sangre de Soumaila Sacko”, señalaba en un comunicado el sindicato USB, del que era miembro el asesinado. “Él siempre estaba adelante en las luchas de la Unión de Sindicatos de Base por los derechos laborales y sociales de los trabajadores. En la zona somos más de 4.000 obreros, todos los migrantes, distribuidos en varios asentamientos y utilizados como mano de obra en la recolección de bajo costo por los productores de cítricos de naranjas, clementinas y kiwi. La mayoría de ellos se concentran en San Ferdinando, donde las deficiencias sanitarias graves permanecen en la sala de estar. Todo esto al ministro de policía Salvini no le interesa”.

Un incendio en uno de los asentamientos se cobró la vida de una persona y dejó a otras 600 sin hogar el pasado mes de enero.

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