Francisco Ramón Aráuz Pineda, protagonista de la insurrección de los niños en Matagalpa 1978 e hijo de la legendaria Amada Pineda, una de las mujeres del Cuá, profanada y torturada por la Guardia Nacional, fue asesinado y luego quemado en la vía pública por delincuentes que mantienen encendido el terror en el sector de la Upoli y barrios aledaños en Managua.

Sus familiares, consternados, indignados pero orgullosos por sus fuertes convicciones con el sandinismo y su lucha por restituir los derechos a las clases más desposeídas, no tuvieron en su corazón lugar para el revanchismo y, al contrario, pidieron que se supere la intransigencia y se alcance La Paz a través del dialogo.

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Su hermana, Marbely Pineda Cruz, afirmó que, a pesar del odio fomentado por grupos de la derecha, así como el resentimiento y el odio entre las familias, ella pide el cese de los actos violentos.

“Ya basta de odio, ya no queremos más muerte, todos somos nicaragüenses y necesitamos vivir en paz, volver a tener la tranquilidad y la confianza que teníamos hasta antes del 18 de abril”, afirmó.

Envió un mensaje a tomar acciones desde la mesa de diálogo, tomando conciencia de que al asumir su responsabilidad es posible retornar a La Paz.

“Si ellos quisieran ya lo hubieran hecho. El COSEP, no sé de qué se quejan, si el COSEP nunca estuvo en mejores condiciones que en estos 11 años de Gobierno Sandinista”, afirmó, enviando al mismo tiempo el mensaje a la familia sandinista de continuar firmes para salir adelante.

“Yo sé que esto va a pasar, que el Comandante Daniel, la Compañera Rosario van a lograr que esto termine, con la gracia de Dios y la fortaleza que les está dando a ellos”.

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Leonardo Aráuz, también hermano del combatiente histórico recordó que el esfuerzo y la lucha que el sandinismo para obtener La Paz.

“Mi hermano luchó para eso, sufrimos las consecuencias de la Guardia Nacional y él era cariñoso, él era un hombre campesino, como nosotros, que somos campesinos, yo sé que hay un Dios y de la mano de Dios nadie se escapa”, apuntó.

Afirmó los sectores opositores han acusado a la mesa de diálogo de estar manchada de sangre “pues la de ellos está súper más chorreada de sangre, se lo digo y que no anden hablando locuras, de que eso que la mesa está manchada de sangre, que solo ellos la tienen blanca, pura y sin mancha… que locura eso, y allí está la prueba de ello”, dijo apuntando al féretro de su consanguíneo.

Arauz, expuso que el máximo anhelo que siempre han tenido y sobre todo en estos momentos, es tener la paz, fraternidad y amor.

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La crisis sociopolítica en el país,  ha dejado hasta ahora unos 208 muertos.