México enfrenta desafío de elecciones limpias tras procesos sospechosos de fraude


Después de denuncias de fraude en 2006 y 2012, país realiza reformas e inaugura nuevas reglas en los comicios de este año
Por Fania Rodrigues, para Brasil de Fato y Resumen Latinoamericano, 15 de junio de 2018

Los candidatos a la presidencia disputan elecciones en turno único de votación – Créditos: Foto

Después de dos elecciones marcadas por denuncias de fraude y de una amplia reforma en el sistema electoral celebrada en 2014, la democracia mexicana será puesta a prueba el próximo 1 de julio, cuando el pueblo irá a las urnas para elegir a sus nuevos gobernantes y legisladores. El desafío es superar la desconfianza que pesa sobre el sistema electoral mexicano, tras los comicios de 2006 y 2012, cuando fueron electos Felipe Calderón (2006) y el actual mandatario Enrique Peña Nieto (2012).

En México, el voto no es obligatorio y el promedio de participación es del 63% del electorado. Actualmente, cerca de 86 millones de mexicanos están habilitados para votar. En esas elecciones, serán elegidos 500 diputados federales, 128 senadores y el presidente de la República, para un mandato de seis años. Además, 30 estados celebrarán elecciones locales para alcaldes y concejales. Y ocho de los estados también van a elegir a sus gobernadores. Cada unidad federativa posee su propio calendario electoral para los pleitos regionales, por lo que las fechas de algunos procesos no coinciden.

Otra peculiaridad del sistema mexicano es que no existe segunda vuelta en la elección del Ejecutivo, lo que hace que el presidente sea elegido con aproximadamente el 37% de los votos, según los resultados de los últimos dos procesos electorales. El resultado más polémico fue en 2006, cuando Felipe Calderón fue declarado vencedor con el 35,91% de los votos y el segundo colocado, Andrés Manuel López Obrador, obtuvo el 35,29%.

Doce años después, el sistema de turno único beneficia a López Obrador, candidato por el partido progresista Morena, que lidera las encuestas, con el 49% de las intenciones de voto. Aparecen luego Ricardo Anaya Cortés, con 28% del partido PAN, la segunda fuerza política del país; y luego el candidato Antonio Meade Kuribreña, con un 21%, apoyado por el PRI, el mayor partido de México. Juntos los dos candidatos de partidos de derecha sumarían el 49% de los votos.

El dirigente del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), Marcos Tello, afirma que el poder político de esos dos partidos, si estaban unidos, puede ir mucho más allá de lo que apuntan las investigaciones en ese momento. “Esta vez ese sistema conviene a la izquierda porque en el marco del sistema electoral y del régimen político oligárquico que teníamos, la izquierda tenía muy poca posibilidad de ganar en segunda vuelta. Los dos grandes partidos que se presentan como centroderecha marchan juntos desde 1981. Si existiera segunda vuelta estos dos partidos tendrían condiciones de controlar hasta el 60% de la votación “, apunta el dirigente social.

Reforma del sistema político

En 2014, el sistema político mexicano pasó por cambios estructurales con el objetivo de democratizar el proceso. Estos cambios son fruto de reivindicaciones de algunos sectores políticos, sobre todo de los partidos y políticos de la izquierda mexicana. Según Tello, la reforma política y el sistema electoral fue una medida para reconciliar a los sectores políticos. “La reforma de 2012, impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, hace concesiones a aquellos que cuestionaban su elección. “El presidente acogió las principales críticas, que tenían que ver con el uso excesivo de los medios de comunicación y la compra ilegal de tiempo de radio y televisión”, destaca Tello, que también es sindicalista, miembro de la Coordinación Nacional de Trabajadores de la Educación.

Entre los principales cambios está la implementación de las candidaturas independientes. Los ciudadanos mexicanos que deseen ser candidatos a un cargo público no necesitan estar afiliados a un partido político, basta con reunir el 1% de las firmas del electorado para legitimar la candidatura. Uno de los actuales candidatos hizo esta opción. Se trata de Jaime Rodríguez, conocido como El Bronco. A pesar de no haber reunido el número de firmas suficiente, el Tribunal Electoral de México autorizó su participación, alegando que el tiempo establecido por el organismo electoral no era suficiente para recoger ese número de firmas, cerca de 789 mil, que corresponde al porcentaje establecido por la ley de acuerdo con el último proceso electoral.

La reforma política estableció la paridad entre hombres y mujeres para los cargos legislativos. La participación femenina se estableció en un 50%. Así, también fue legalizada reelección para los cargos de diputados, senadores y concejales, que ahora pueden ser elegidos por hasta dos mandatos consecutivos, en un total de 12 años.

Además, se creó el Instituto Nacional Electoral, que sustituyó al Instituto Federal Electoral. En la práctica este cambio representa el desplazamiento de poder, que antes era descentralizado y sufría una fuerte influencia política

gobiernos de los estados. Ahora el poder electoral tendrá más autonomía.
Los recursos ilegales El dirigente político Marco Tello afirma además que los partidos opositores que cuestionaban la legitimidad de las elecciones de 2012 señalaban irregularidad en el uso de recursos ilegales y exceso de propaganda electoral, por lo que exigían cambios en la legislación. “En 2012, López Obrador cuestionó el uso de recursos ajenos al presupuesto oficial [recuadro 2].
Esto ocurría por medio de recursos estatales con la ayuda de algunos gobernadores, también a través de empresario y grupos del crimen organizado, que aquí en México están muy articulados con el empresariado y algunos miembros de las fuerzas de seguridad del Estado “, analiza Tello. El candidato a diputado del partido Morena, Alejandro Chávez, afirma que uno de los cambios positivos es la fiscalización en relación a los recursos de campaña para evitar el uso abusivo de recursos. “Los recursos financieros utilizados durante el período de campaña están siendo fiscalizados con una lupa.
“Eso es importante para evitar el uso de dinero ilegal, pero sólo al final de todo, terminadas las elecciones, es que vamos a poder constatar cuán efectiva fue esa fiscalización y se logró garantizar la transparencia del proceso”, subrayó el candidato del estado de Puebla, situado en el centro-sur del país. Uno de los problemas del modelo político y del sistema electoral mexicano, según expertos, es la impunidad de los crímenes electorales.
“En los últimos 15 años ninguna persona fue presa por coacción de electores, ningún político fue sentenciado por compra de voto y tan poco fue arrestado algún funcionario del Estado procesado por desvío de recursos públicos”, apuntó el científico político Luis Carlos Ugalde, ex asesor del Instituto Federal Electoral, en un artículo publicado por el sitio Animal Político.
Edición: Pedro Ribeiro Nogueira

You must be logged in to post a comment Login