Carta abierta a Amnistía Internacional repudiando su posición sobre Nicaragua

 
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Camilo E. Mejía
Foto: vebidoo.de

A través de esta carta expreso mi condena inequívoca de Amnistía Internacional con respecto a su papel desestabilizador en Nicaragua, mi país de nacimiento.

 

Abro esta carta citando a Donatella Rovera, quien en el momento de decir esto había sido una de las investigadoras de campo de Amnistía Internacional por más de 20 años:

 

“Las situaciones de conflicto crean entornos altamente politizados y polarizados. (…). Los actores y las partes interesadas atraviesan distancias extraordinarias para manipular y fabricar «pruebas» para el consumo interno y externo. Un reciente, aunque de ninguna manera único, ejemplo es proporcionado por el conflicto sirio, el cual es a menudo considerado como la “guerra de YouTube”, con innumerables técnicas empleadas para manipular secuencias de video de los incidentes ocurridos en otras épocas, en otros lugares, incluyendo en otros países – y los presentan como “prueba” de las atrocidades cometidas por una o las otras partes en el conflicto en Siria.”

 

Las observaciones de la Srta. Rovera, hechas en el 2014, describen correctamente la situación de Nicaragua en la actualidad, donde incluso el preámbulo de la situación fue manipulado para generar rechazo hacia el gobierno nicaragüense. El maliciosamente titulado informe de Amnistía Internacional, Disparar a Matar: Estrategia de Nicaragua para Reprimir la Protesta, podría ser descalificado punto por punto, pero hacerlo requeriría tiempo precioso que el pueblo nicaragüense no tiene, por lo tanto, me concentraré en dos puntos principales:

 

  • Su informe carece totalmente de neutralidad y;
  • El papel que está jugando Amnistía Internacional está contribuyendo al caos en que se encuentra la nación.

 

La narrativa operante, consensuada por la oposición local y los medios corporativos occidentales, es la siguiente: Que el Presidente Ortega quiso reducir el 5 por ciento de los pagos mensuales a los jubilados, y aumentar los aportes de empleados y empleadores al sistema de seguridad social. Las reformas provocaron protestas, a las cuales el gobierno respondió con un acto genocida en contra de los manifestantes pacíficos, asesinando a más de 60 personas, en su mayoría estudiantes. Un día o dos después de eso, el gobierno nicaragüense habría de esperar hasta el anochecer para desatar su fuerza policial con el fin de diezmar a la población nicaragüense, noche tras noche y ciudad por ciudad, en el proceso destruyendo sus propios edificios de gobierno y asesinando a su propia policía, hasta culminar su arremetida asesina con una masacre el Día de las Madres, y continuando de esa forma.

 

Mientras la narrativa anterior no es expresada uniformemente por todos los actores anti-gobierno, los elementos unificadores son que el gobierno es genocida, y que el presidente y la vicepresidenta deben irse.

 

Las afirmaciones de Amnistía Internacional se basan mayormente es testimonios de personas y víctimas anti gobierno, o en información manipulada e infundada, emitida por medios de comunicación de oposición y un sinnúmero de organizaciones no gubernamentales (ONG), financiadas por los EEUU, conocidas colectivamente como sociedad civil.

 

Las tres organizaciones principales de medios de comunicación citadas en el informe: Confidencial, 100% Noticias, y La Prensa, son archienemigos del gobierno de Ortega; casi todos los medios de comunicación de oposición, junto con las principales ONGs citadas en el informe, también reciben financiamiento de los Estados Unidos a través de organizaciones como el Instituto Nacional Democrático (NDI, por sus siglas en ingles) y la Fundación Nacional para la Democracia, (NED, por sus siglas en ingles), la cual ha sido caracterizada por el retirado Congresista norteamericano, Ron Paul, como:

 

“… una organización que utiliza nuestros impuestos para subvertir la democracia, duchando con financiamiento a los partidos o movimientos políticos favorecidos en el extranjero. Contribuye a “revoluciones populares de color” en el extranjero que se asemejan más a escritos de Lenin sobre como robar el poder que a genuinos movimientos democráticos autóctonos.”

 

El informe de Amnistía Internacional se basa fuertemente en la cobertura de 100% Noticias, un canal de televisión que ha transmitido material manipulado e incendiario para generar odio contra el gobierno nicaragüense, incluyendo imágenes de manifestantes pacíficos, sin percatarse de que iban portando pistolas, rifles, y disparándole a miembros de la policía nacional durante incidentes reportados por el canal como actos de represión policial durante marchas de oposición. En el Día de las Madres, 100% Noticias reportó un supuesto tiroteo en contra de manifestantes desarmados por francotiradores de la policía, incluyendo un incidente en el cual los sesos de un joven se derramaron fuera de su cráneo. El canal corroboró el informe con una fotografía que la Srta. Rovera describiría como un “… incidente que se produjo en otras ocasiones, en otros lugares.” La foto incluida en el informe fue confrontada rápidamente en las redes sociales con enlaces de viejos artículos en línea que habían utilizado la misma imagen.

 

Una de las fuentes citadas (Nota #77) para corroborar la supuesta negación de atención médica en hospitales del estado a pacientes heridos en actos de oposición – una de las principales acusaciones repetidas y reafirmadas por Amnistía Internacional – es una conferencia de prensa difundida por La Prensa, en la que el Jefe de Cirugía desmiente afirmaciones de que había sido despedido, y que funcionarios del hospital habían negado atención a manifestantes al principio del conflicto, “Yo repito”, se le escucha decir: “Lo que he recibido como el jefe de cirugía, [la] orden: atender, yo voy a ser claro, atender a toda la población que venga, sin investigar nada absolutamente”. En otras palabras, una de las fuentes de Amnistía Internacional contradice una de las alegaciones principales de su informe.

 

Los ejemplos mencionados de pruebas manipuladas y fabricadas, para usar las palabras de la investigadora de Amnistía Internacional, representan sólo una pequeña muestra, pero capturan la esencia de esta modalidad de cambio de régimen patrocinada por los EEUU. El informe se alimenta de afirmaciones de personas de un lado del conflicto y se basa en evidencia profundamente corrompida; en última instancia ayuda a crear el espejismo de un estado genocida, generando a su vez más sentimiento contra el gobierno, localmente y en el extranjero, y prepara el camino para aún más intervención extranjera, y cada vez más agresiva.

 

Una narrativa diferente

 

Las reformas originales al seguro social no fueron propuestas por el gobierno sandinista, sino por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y recibieron el respaldo del COSEP. Incluían elevar la edad de jubilación de 60 a 65 y duplicar el número de cuotas necesarias para obtener la pensión, de 750 a 1500. Entre los jubilados afectados, aproximadamente 53.000, se encuentran las familias de combatientes que murieron en el conflicto armado, tanto del lado del ejército sandinista, como del lado de la “contra”, el ejército mercenario financiado por el gobierno de Estados Unidos en la década de los ochenta, alrededor del mismo tiempo en que NED fue creado, en parte, para detener la propagación del sandinismo en América Latina.

 

El gobierno de Nicaragua se opuso a las reformas del FMI, rechazando la suspensión de beneficios a ningún jubilado, y proponiendo en su lugar un recorte del 5% a todos los pagos de jubilación, un incremento a todas las contribuciones a la seguridad social, y una reforma fiscal que remueve un techo de impuestos que protege a los sueldos más altos de Nicaragua. El sector empresarial se enfureció, y junto con organizaciones no gubernamentales, organizó las primeras marchas usando el pretexto de las reformas de la misma manera manipuladora que el informe de Amnistía Internacional las explica: “… la reforma aumentó las contribuciones al seguro social de los empleadores y empleados y un aporte adicional del 5% a los jubilados”.

 

Según la versión de los hechos de la oposición, repetida y validada por Amnistía Internacional, los manifestantes son pacíficos, y el gobierno genocida e irracional está empeñado en cometer atrocidades a plena vista. Mientras tanto, el número de muertos entre simpatizantes sandinistas y oficiales de policía sigue aumentando. El reporte afirma que investigaciones balísticas indican que los que disparan a los protestantes son probablemente francotiradores entrenados, sugiriendo la participación del gobierno, pero no menciona que muchas de las víctimas son sandinistas, ciudadanos regulares, y oficiales de la policía. Tampoco menciona que los manifestantes “pacíficos” han incendiado y destruido más de 60 edificios públicos, entre ellos muchas alcaldías, casas sandinistas, mercados, talleres de artesanía, estaciones de radio, y más; ni menciona que los manifestantes han establecido “tranques” o bloqueos de carreteras, como una táctica para debilitar la economía y así derrocar al gobierno. Esos “tranques” se han convertido en lugares extremadamente peligrosos donde el asesinato, robo, secuestro, y la violación de al menos una niña, han ocurrido; una joven embarazada cuya ambulancia fue retenida en un tranque murió el 17 de mayo. Todos estos crímenes ocurren diariamente y están bien documentados, pero no están incluidos en el informe de Amnistía Internacional.

 

Mientras la organización tiene razón al criticar la despectiva reacción del gobierno ante las protestas iniciales, dicha reacción no fue totalmente falsa. Según el informe, la Vicepresidenta Murillo dijo, entre otras cosas, que “… ellos [los manifestantes] se inventaron fatalidades (…) como parte de una estrategia contra el gobierno”. Lo que excluye Amnistía es que varios de los estudiantes reportados muertos realmente aparecieron vivos, uno de ellos en España. Otros no habían sido asesinados en protestas, ni eran estudiantes o activistas, entre ellos uno que murió por una bala dispersa, y otro que murió de un ataque al corazón en su cama.

 

El informe de Amnistía Internacional también deja fuera que muchos estudiantes han abandonado el movimiento, alegando que hay delincuentes atrincherados en universidades y en los diferentes “tranques”, que sólo están interesados en desestabilizar el país. Esos criminales han creado un estado de constante temor en la población, imponiendo “impuestos” a quienes quieren circular, persiguiendo a los que se niegan a ser detenidos, secuestrándolos, golpeándolos, torturándolos, y prendiéndole fuego a sus carros. Una práctica que se ha vuelto común es desnudar a sus víctimas, pintar sus cuerpos públicamente con el azul y blanco de la bandera nicaragüense, para después liberarlos e incitarlos a correr momentos antes de dispararles con morteros. Toda esta información, que no es parte del informe, está disponible en numerosos vídeos y otras fuentes.

 

¿Por qué Nicaragua?

 

La reseña más básica de la historia entre Nicaragua y Estados Unidos mostrará una clara rivalidad. A partir de mediados del siglo XIX, Nicaragua se ha resistido a la injerencia estadounidense en los asuntos del país, resistencia que continuó durante el siglo XX, primero con la lucha del General Augusto C. Sandino en las décadas de los 20 y 30, y luego con los sandinistas, organizados en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que en 1979 derrocó a la dictadura de la familia Somoza, que había sido respaldada por los EEUU por más de 40 años. El FSLN, a pesar de haber ganado el poder mediante la lucha armada, organizó elecciones poco después de su triunfo en 1984, perdiendo más adelante en las urnas ante una coalición de partidos políticos de derecha en 1990, también respaldados por el gobierno estadounidense. Apoyado por pactos con la iglesia y la oposición, el FSLN logró otra vez ganar las elecciones en el 2006, y ha permanecido en el poder desde entonces.

 

Además de los estrechos vínculos entre Nicaragua y Venezuela, Cuba, Rusia y especialmente China, con quien el país firmó un contrato para construir un canal, la otra razón principal por la cual los Estados Unidos continua su campaña anti sandinista, es el exitoso modelo económico del gobierno de Nicaragua, que representa una amenaza existencial para el orden económico neoliberal impuesto por los Estados Unidos y sus aliados.

 

A pesar de estar siempre entre las naciones más pobres en el continente americano y el mundo, Nicaragua ha logrado, desde que Ortega regresó al poder en 2007, reducir la pobreza en tres cuartas partes. Antes de las protestas en abril, la economía del país sostuvo un constante crecimiento económico de alrededor del 5% por varios años, y era la tercera economía de más rápido crecimiento en América Latina, y el país era uno de los países más seguros en la región.

 

Las mejoras de infraestructura del gobierno han facilitado el comercio entre los ciudadanos más pobres de Nicaragua; se ha creado acceso universal a la educación primaria, secundaria, y universitaria; hay programas de tierra, vivienda, nutrición y mucho más. El sistema de salud, aunque modesto, no sólo es excelente, sino accesible a todos. Aproximadamente el 90% de los alimentos consumidos por los nicaragüenses son producidos en Nicaragua, y alrededor del 70% de los empleos no vienen de las grandes empresas transnacionales, sino de la economía popular, incluyendo pequeños inversionistas de los Estados Unidos y Europa, que se han trasladado al país para convertirse en una fuerza impulsora detrás de la industria del turismo.

 

La audacia del éxito, de dar a sus ciudadanos más pobres una vida con dignidad, de ser un ejemplo de soberanía para naciones más ricas y más poderosas, todo en directa contradicción con el modelo neoliberal y su énfasis en la privatización y la austeridad, una vez más ha puesto a Nicaragua en la mira de la intervención estadounidense. Imaginen el ejemplo para otras naciones – sus economías ya estranguladas por las políticas neoliberales – al tomar consciencia de que uno de los países más pobres de la tierra puede alimentar a su gente y hacer crecer su economía sin tener que lanzar a sus ciudadanos más pobres bajo la bota de hierro del capitalismo. Los Estados Unidos jamás tolerarán un ejemplo tan peligroso.

 

Para concluir

 

El gobierno nicaragüense tiene deficiencias y contradicciones en las cuales debe trabajar, al igual que todos los gobiernos, y como sandinista yo quisiera ver al partido transformarse en diversas formas importantes, tanto interna como externamente. Sin embargo, me he abstenido de escribir sobre esas deficiencias y contradicciones, ya que las violentas protestas y caos que hemos presenciado no son el resultado de las deficiencias del gobierno nicaragüense, sino más bien de sus muchos éxitos; esa verdad incómoda es la razón por la cual los Estados Unidos y sus aliados, incluyendo Amnistía Internacional, han optado por “… crear entornos altamente politizados y polarizados (…) [y] atravesar distancias extraordinarias para manipular o fabricar «pruebas» para el consumo interno y externo”.

 

En un momento en el cual la Organización de Estados Americanos, las Naciones Unidas, y el Vaticano han señalado las reformas pacíficas y constitucionales como la única manera de salir del conflicto, Amnistía Internacional ha seguido implorando a la comunidad internacional no “abandonar al pueblo nicaragüense”. Tal sesgada postura, obscenamente hinchada por información manipulada, distorsionada, y unilateral, ha hecho la terrible situación en Nicaragua aún peor. La pérdida de vidas nicaragüenses, incluyendo la sangre de las personas ignoradas por Amnistía Internacional, se ha utilizado para fabricar las “pruebas” utilizadas en el informe de la organización, y convierte a la organización en cómplice de cualquier futura intervención extranjera que pueda llegar a caer sobre el pueblo nicaragüense. Ahora está en manos de la organización corregir ese mal, y hacerlo de una manera que refleje un fuerte compromiso ante todo con la verdad, cualquiera que esta sea, y con la neutralidad, la paz, la democracia, y siempre, con la soberanía de todas las naciones del mundo.

 

Sinceramente,

 

Camilo E. Mejia

Veterano, opositor, y objetor de consciencia de la guerra en Irak (2003-2004)

Ex prisionero de consciencia de Amnistía Internacional (2004)

Nacido en Nicaragua, ciudadano del mundo

 

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