Venezuela. Expulsión de Luis Florido: El antichavismo se pelea por el dinero del exterior

Resumen Latinoamericano / 12 de junio de 2018 / Misión Verdad

Las diligencias internacionales realizadas por Luis Florido, de Voluntad Popular (VP), que ha estrechado alianzas en beneficio de la expansión de sus intereses personales comerciales, se ven amenazadas luego de que anunciara un proyecto ante la Asamblea Nacional (AN) que involucra un área sensible para los distintos actores de la relanzada MUD.

La “diáspora venezolana” que se ha proyectado mediáticamente en los últimos meses como asunto de emergencia humanitaria está dando generosos frutos por parte de la “comunidad internacional”. 35,1 millones de euros han sido prometidos por la Unión Europea (UE) para atender los casos de venezolanos autoexiliados a países vecinos, mientras que Estados Unidos aprobó un financiamiento de 16 millones de dólares.

Aun cuando esa supuesta ayuda es una miseria al compararlas con el daño económico que han infligido estos países mediante sanciones y bloqueos financieros, es un monto que no pasa desapercibido para los líderes antichavistas que se disputan el financiamiento exterior.

En ese marco se desarrollan las acusaciones contra el dirigente de VP, que luego de informar sobre la designación de un grupo de venezolanos en el exterior para atender la “diáspora venezolana” y darle continuidad al trabajo parlamentario de la Comisión de Política Exterior, desató fuertes riñas en Twitter, que terminó con la destitución oficial de Luis Florido ante dicha comisión en el órgano legislativo, siendo suplantado por el diputado Francisco Sucre, miembro de la Comisión Permanente de Energía y Petróleo.

Entre los nombramientos de Florido, se encuentra el de José Correa Torres en Washington, sobrino del diputado por Cojedes de Primero Justicia, José Gregorio Correa. Decisión que fue criticada por el antichavismo de redes sociales por configurar un acto de “nepotismo”.

La medida fue respaldada por líderes de VP, azuzando aún más la pugna central. Leopoldo López padre, en su cuenta de Twitter, sugirió la expulsión de Florido de la tolda naranja, como retaliación a la designación inconsulta de esa vocería internacional.

De esta declaración se haría eco Roberto Smith, colaborador de VP, que le agregó la remoción de su influencia en la AN, fruto de la proyección internacional que ha ganado ese dirigente en los años de intensificación del asedio contra Venezuela.

Al paso tuvo que ir Juan Manuel Mejía, diputado de la AN, para negar cualquier ruptura en la cohesión del partido y afirmar que el militante no fue excluido, manifestando que “Luis tenía una visión de cómo avanzar y el resto del partido otra y fue lamentablemente imposible alinear ambas posturas”, en un intento por maquillar los evidentes signos de pugna interna en la oposición.

Otras fuentes aseguraron que la “situación será debatida en una reunión de la dirección nacional pero no está previsto, hasta ahora, su expulsión”. Todo parece apuntar que la movida le costará al diputado sus privilegios en el partido.

Recordemos que Florido, desde la toma del poder legislativo por parte de la tolda opositora en diciembre de 2015, ha ido forjándose como principal interlocutor en las giras internacionales para contactar a agentes de los intereses corporativos transnacionales en el supuesto negado de una Venezuela post-chavista.

Las filiaciones de Florido y acusaciones

Florido es, precisamente, un empresario al que se le dio la tarea de presidir la Comisión Permanente de Política Exterior, Soberanía e Integración de la AN precisamente por sus conexiones internacionales con operadores financieros que atacan a Venezuela y sus nexos con políticos comprometidos con los intereses petroleros de la banca occidental.

También es propietario y accionista, según el Servicio Nacional de Contrataciones, de dos empresas en Venezuela: ServiFood, un servicio de ventas de alimentos al mayor que utiliza el tipo de cambio especulativo de Dólar Today para basar su estructura de costos; e Inversiones Caribe 2005, intermediario en la adquisición de repuestos y maquinarias para el sector industrial.

Además, Florido está vinculado a actividades lucrativas en Panamá, principal conexión importadora de Venezuela, específicamente con las empresas A&R Marine Supply, INC. y Fitco Manufacturing, Corp., de las que, según Open Corporates, es dueño y accionista junto a otros miembros de su familia.

Desde que asumió la cara exterior de la oposición en el conflicto político venezolano, se ha dedicado a visitar consulados, cancillerías y presidencias por Estados Unidos, América Latina y el Caribe, en búsqueda de aprobación a la narrativa de crisis humanitaria y apoyo financiero a la agenda agresiva de sanciones y aislamiento del país.

En el tránsito, los propias contradicciones de la dirigencia opositora, han saboteado la unidad en el desarrollo de estos fines, evidenciando una división no solo entre partidos sino en la estructura interna de cada uno de ellos. El quiebre de VP, en medio de una marea de chismes y cizañas tuiteras, es sintomático del hundimiento de la coalición de estos operadores políticos opositores.

La coyuntura de la decisión dedocrática de Florido trajo a flote las heridas de una fractura en las líneas de acción internas que se percibía hace meses en la cúpula partidista. Parte de esa dirigencia lo culpa del fracaso en el proceso de diálogo realizado en República Dominicana, por asumir una vocería unilateral que “dañó” la estrategia comunicacional interna.

Además sus copartidarios rechazan las leves insinuaciones de Florido de aceptar las elecciones presidenciales, a través de la gestión que hiciera para que una comisión de la ONU fuese designada para evaluar las condiciones de los comicios, contradiciendo el supuesto consenso unitario del saboteo abstencionista al que su partido estaba suscrito, generando confusión en operadores internacionales que coordinaban esta estrategia de fraude electoral.

Los sectores que lo tachan de indisciplinado se adhieren a la tendencia más radical de las vías para atacar al Gobierno venezolano. Esto coincide con la agenda que lleva la plataforma Soy Venezuela, que también vio trastocada sus ambiciones en esta maniobra de picar hacia adelante de Luis Florido.

Ese frente, conducido a dos manos por Antonio Ledezma y María Corina Machado, se ha desmarcado de los partidos opositores del denominado G4 (VP, AD, PJ y UNT) debido a que estos han sido conducidos estratégicamente por el Estado venezolano, en distintos periodos y bajo diversos contextos, a las vías del diálogo y reconocimiento de las instituciones gubernamentales.

Ese método de utilizar y abandonar las rutas constitucionales a conveniencia, que siempre acaba en el desconocimiento de los compromisos pactados, ha mellado significativamente la confianza de sus seguidores. Así, pues, es muy sencillo que casos como el de Florido, sea señalado como blando en su posición contra el gobierno de Nicolás Maduro, e incluso concluyan en posicionamientos de etiquetas que lo afilien al chavismo.

El que actores políticos como Carlos Vecchio, coordinador internacional de VP, y David Smolanky, político autoexiliado, que en su momento acompañaron al personaje de la discordia en los viajes para obtener patrocinio exterior, defendieran la decisión de la cúpula (comunicado mediante) refleja la valoración que VP parece darle a la proyección mediática que le concedería la depuración de sectores ambivalentes.

Ese esfuerzo se hace inaplazable en un entorno político nacional en el que las fuerzas del chavismo han desplazado a los intermediarios locales de las afrentas contra el país, para tratar directamente con los líderes del antichavismo global, a saber, el Departamento de Estado norteamericano.

Cualquier plaza que le suministre oxígeno a la deteriorada representación partidista de la oposición venezolana es peleada y protegida a fuerza de cuchillazos, sin importar las cabezas sacrificadas en el camino.

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