La periodista mexicana Patricia Barba (integrante del FEMCAI y colaboradora de RL en ese país)  entrevista a Geraldina Colotti, periodista italiana corresponsal por Europa de Resumen Latinoamericano

Geraldina, es un placer intercambiar puntos de vista contigo

PB: Primero que nada, quisiéramos que nos contaras sobre tu trayectoria periodística y tu convicción política:

GC: Y yo te agradezco compañera, agradezco tu precioso y valiente trabajo periodístico e internacionalista en un país peligroso como México, donde impiden con todos los medios el poder popular. Soy periodista y escritora, he publicado libros de poesía, novelas, ensayos y artículos sobre Venezuela Bolivariana y sobre la América Latina. Algunos de estos han sido traducidos al castellano, publicados en Venezuela (Lo vi no me lo contaron, El Secreto, Oscar Romero el Santo de los pobres y ahora está listo Después de Chávez, como nacen las banderas). Sobre todo, soy comunista y revolucionaria. Y feminista. He participado en la guerrilla de los años 70s-80s en Italia, he sido una militante de las Brigadas Rojas y he pagado una condena a 27 años de cárcel. Mi compromiso continúa hoy en otras formas pero con los mismos ideales de entonces. En este mundo convertido en injusto y feroz por el capitalismo, el socialismo es necesario hoy más que nunca y hay que unir las luchas de los pueblos en todo el sur del planeta.
PB: Qué te impulsó al activismo periodístico y político internacionalista que has venido desarrollando?
GC: Todo comunista coherente no puede sino ser internacionalista, sobre todo cuando se vive en uno de los países capitalistas en los que se determina el precio del trabajo, se deciden las guerras imperialistas y se explotan a los migrantes provenientes de los países devastados por las agresiones neocoloniales. No podemos ser cómplices. Para reducir el precio del trabajo, los capitalistas occidentales implantan maquiladoras en América Latina, en Asia, etc donde no existen gobiernos socialistas que garanticen el respeto a las leyes del trabajo. Las primeras en sufrir las consecuencias son las mujeres, cuya vida en el sur global frecuentemente vale menos de cero como se ve en México, en Colombia, en Honduras, en Guatemala… Al contrario, en países como Venezuela donde el poder popular es fuerte y ha producido el gobierno de Chávez y ahora de Maduro, las mujeres han tomado en mano el propio destino y actúan en todos los niveles del poder popular. También por esto, sufren el aumento de los feminicidios políticos: porque son las más expuestas a la violencia de los grupos fascistas que constantemente tratan de derrocar al gobierno bolivariano y que en Italia, en cambio, vienen a presentarse como “combatientes por la libertad” contra la dictadura. El deber de cualquiera que tenga a bien la verdad y los ideales del socialismo es el de desenmascarar el falso discurso de los medios de guerra y construir una agenda de lucha contra el enemigo común.

PB: Nos interesa mucho lo que ocurre actualmente en Italia, una nación con una extraordinaria historia no sólo en el ámbito político sino en el cultural, artístico y social. Italia tiene la circunstancia única de contar, dentro de su propio territorio, con un pequeño pero poderoso estado, el Vaticano. Qué ha representado la influencia religiosa y política de esta institución en la vida política de tu país?

GC: El Vaticano es una institución centenaria compleja, capaz de tener juntas varias tendencias y de producirlas, según las exigencias globales, tanto un Papa “guerrero” como Karol Wojtyla (sepulturero del comunismo junto a Reagan y a Tatcher) como uno como Jorge Bergoglio, que se dice bolivariano y contrario al capitalismo de las multinacionales. En Italia la influencia del Vaticano y de su sistema de poder – económico, político y religioso – ha sido y es muy fuerte. Pesa en particular sobre la libertad de las mujeres que se trata de limitar impidiendo la aplicación del aborto en los hospitales a través del movimiento reaccionario “pro-life”. Todavía Italia es un país profundamente católico. En base a los nuevos acuerdos ente el Estado y el Vaticano, desde 1990 la iglesia católica puede recibir una parte de los impuestos que deben pagar los italianos (el 8 por mil del IRPEF). Se habla de más de 980 millones de euros. Además, la iglesia católica disfruta de muchas otras ventajas como la exoneración de los impuestos para las parroquias y los entes eclesiásticos y el financiamiento a las llamadas “escuelas paritarias privadas” administradas también por entes católicos. En Italia ha estado el Partido Comunista más fuerte de Europa (PCI), pero que progresivamente ha adoptado posiciones moderadas y compatibles con el capitalismo, hasta desaparecer. En las siglas que se han sucedido después, a través de diversos cambios de nombre, han confluido también algunas corrientes que hacen referencia al Vaticano. En el clima revolucionario de los años 70s, que en Italia ha sido alimentado por el movimiento estudiantil del 68 y por el movimiento obrero del 69, frente a la incapacidad política del PCI de entender los nuevos impulsos revolucionarios y en reacción a las masacres hechas por los fascistas y los servicios secretos, ha nacido la lucha armada de las Brigadas Rojas, que duró casi veinte años. En aquellos años, muchísimos grupos han considerado practicable la violencia política y han pensado que se debía intentar hacer la revolución también en Italia. El Estado ha reaccionado con una durísima represión, con leyes de emergencia, tortura y cárcel especial. Han habido más de 5.000 prisioneros políticos, casi todos condenados a cadena perpetua, algunos de los que hasta hoy permanecen en la cárcel. En las prisiones se han dado muchísimas revueltas organizadas por los detenidos políticos. El Partido Comunista de ese entonces ha escogido defender al Estado burgués, votando las leyes especiales y proponiendo, junto a la Democracia Cristiana, el “compromiso histórico”, y no un cambio estructural de la sociedad. También hoy, si las organizaciones armadas ya no existen, la censura a quien ha hecho parte de aquella época revolucionaria y no se ha arrepentido, todavía es muy fuerte. La fragmentación política en la izquierda es representada también por la desaparición de las fuerzas un poco más radicales (como Refundación Comunista) del Parlamento.

PB: En años recientes, a partir de los ataques contra Siria y otras naciones del Medio Oriente encabezados por el gobierno norteamericano, se ha generado una enorme migración de miles de víctimas hacia países europeos, entre ellos Italia. Qué nos puedes decir sobre esta terrible circunstancia y cómo reacciona el gobierno, por un lado y, por el otro pueblo italiano ante ella?

GC: Los inmigrantes llevan una doble ventaja al capitalismo occidental: constituyen un enorme ejército de reserva de trabajadores a bajísimo precio, y sirven para redifinir las políticas de seguridad social y de control de los sectores populares. Las derechas xenófobas han hecho de la lucha a la inmigración su caballo de batalla, alimentando la competencia entre los pobres y el miedo hacia el diverso como “portador de terrorismo y violencia”. En la ausencia de una verdadera propuesta radical de izquierda, la única barrera está constituida por una visión compasiva del inmigrante como un “recurso” (para quién? Para el capitalismo, obviamente), proveniente de las áreas católicas o de las Ongs. Así, algunas administraciones de “centro-izquierda” han dado el “permiso” a los migrantes de barrer las calles gratuitamente para tener el “derecho” de….pedir la limosna para hacerse “aceptar”. La gran masa de trabajadores sin derecho ha traído el regreso de formas de verdadera esclavitud en los campos o en el servicio doméstico, sufridas, sobre todo por las mujeres migrantes a través de formas de prostitución evidente o disfrazada. Son las mujeres migrantes, invisibles y mal pagadas, que permiten también a un cierto feminismo blanco, occidental y académico de librarse del trabajo doméstico. El nuevo movimiento Ni una Menos está tomando conciencia de este problema. Algunos sindicatos de base están organizando estas nuevas figuras sociales, pero el fascismo – que en Italia nunca ha disminuido – está atacando y agrediendo, lamentablemente, involucran también a una parte de los barrios populares donde faltan los derechos elementales y es fácil aprovecharse de la propaganda del inmigrante que “te roba la casa y el trabajo”. Hoy, vamos hacia un gobierno formado por un partido xenófobo y fascista como La Lega de Matteo Salvini y por el Movimiento 5Stelle, fundado por el cómico Beppe Grillo y hoy dirigido por Luigi Di Maio. Un movimiento ambiguo que contiene sea desilusionados de los partidos de izquierda que componentes de derecha y cuyos programas de todas maneras son compatible con el sistema capitalista actual.

PB: Sabemos que eres una muy activa promotora del apoyo a la permanencia del gobierno bolivariano de Venezuela hoy encabezado por el Presidente Nicolás Maduro Moros. Qué es lo que motiva este apoyo de tu parte?

GC: He apoyado al proceso bolivariano desde el inicio. Cuando estaba en la cárcel, en 1992, he visto en la televisión el “por ahora” del comandante Chávez luego del fracaso de la rebelión cívico-militar y aquella promesa que habría sido mantenida con la victoria electoral de 1998. He entendido que algo importante se estaba poniendo en marcha. Cuando me han devuelto el pasaporte y he podido viajar, junto a un grupo de compañeras he ido a Venezuela a ver en qué modo se manifestaba aquella “revolución” sin la dictadura del proletariado de Lenin. Es una apuesta que se mantienen y que nos concierne porque indica que, aunque con todas las dificultades, el socialismo no ha terminado y todavía permanece una alternativa practicable. Los ataques que sufre el proceso bolivariano – un nuevo Plan Cóndor financiero, político, diplomático – indica que lo que deberíamos esperarnos si tratamos de cambiar las cosas también en Italia, el país de las masacres impunes, sometidos al Vaticano y a los grandes poderes financieros internacionales. El proceso bolivariano indica la necesidad de resistir y los problemas que se deben afrontar. Venezuela hoy es la Stalingrado del siglo XXI, un ejemplo de justicia social y de independencia nacional para todos los pueblos del mundo. Defenderla significa defender la posibilidad concreta del socialismo como única y necesaria alternativa.

PB: Finalmente, Geraldina, piensas que el movimiento que muchos llevamos a cabo para que el socialismo sea la ideología que llegue a prevalecer en el mundo, llegará a cristalizarse en una realidad en el futuro?

GC: Estoy convencida, a 200 años del nacimiento de Marx sus análisis están más vigentes que nunca. El ejemplo de Lenin, Mao, Che Guevara y de Chávez servirá para hacer renacer las banderas de todos los pueblos del mundo.

Traducción Gabriela Pereira