El Salvador : Rindieron homenaje a las 15 Heroínas y Héroes caidos en la emboscada del Zapote en abril de 1991

 Resumen Latinoamericano, de nuestro corresponsal / 22 abril 2018.-
El 10 de abril de 1991, el compañero comandante JESÚS ROJAS dio en la comunidad de Arcatao en el norteño departamento de Chalatenango una conferencia de prensa, informando sobre los avances y las trabas en las negociaciones de paz en Chapultepeque entre la Comandancia General del FMLN y el Gobierno oligárquico de El Salvador.
En la mañana del 11 “Chusón” y otros 18 compañeros y compañeras del mando se trasladaron en camioneta en dirección de Las Flores, pensando continuar el camino a pié a partir de El Zapote. Llegando a la entrada de El Zapote, un comando élite de la Dictadura activó el poderoso campo minado que habían colocado en horas nocturnas. Las 18 compañeras y compañeros volaron por los aires por la onda expansiva y mientras 4 lograron escapar de la jauría de asesinos, las 15 compañeras y compañeros Mélida (embarazada), Rosibel, Marleny, Aracely, Vilma, Jesús Rojas, Lito-Médico, Manolo, Wilfredo, Fernando, Neris, Ronald, Rogelio, Mauricio y Melvin fueron rematados por los asesinos con tiros de gracia.
El miércoles pasado 11 de abril en el lugar de la mortal emboscada familiares y companer@s de combate rendimos un multitudinario tributo a nuestras 15 heroínas y héroes. Los compañeros Padre Tilo Sánchez, Padre Bernardo y Padre Miguelito, quienes nos acompañaron durante nuestra Insurrección armada de los ochentas y quienes siguen participando como pilares en la recuperación de la memoria y de la lucha por un mundo de justicia y de solidaridad entre los pobres y entre los pueblos, ellos celebraron la misa conmemorativa, enfocándola en el legado que nos dejaron los caídos de no caer en la trampa de los cantos de Sirena del voraz individualismo y consumismo capitalista.
Denunciamos la continuidad del genocidio sionista contra el pueblo palestino, la agresión del Imperio yanki contra la revolución bolivariana de Venezuela, la amenaza contra la popular Corea del Norte, la soberana Siria y el golpe de estado legislativo y mediático contra el pueblo brasileño con el reciente encarcelamiento del ex-presidente Lula, quién tiene grandes preferencias como candidato para las próximas elecciones. En repudio a la política criminal del Imperio yanki-sionista terminamos nuestro tributo a las 15 heroínas y héroes con la quema de las dos banderas imperiales.

ANTONIO CARDENAL CALDERA COMANDANTE JESUS ROJAS – CHUSON

  (1950 – 1991)

La muerte del Comandante Jesús Rojas, ocurrida el 11 de Abril de 1991 en circunstancias muy obscuras, durante el cese de hostilidades entre el FMLN y los títeres de turno, y mientras se desarrollaban las negociaciones en México, tuvo repercusiones inmediatas en el curso general de la guerra y en los acuerdos que la finalizaron.

Las versiones sobre la emboscada que segó la vida de Antonio y 14 otros combatientes de las FPL varían, pero hay hechos básicos que les son comunes: Rojas y su comando fueron emboscados por fuerzas de élite del criminal ejército títere (Batallón Atlacatl), infiltrados a profundidad en la zona guerrillera bajo control de las FPL, después de una entrevista que Rojas concedió a periodistas nacionales e internacionales en Arcatao, Chalatenango, y en la cual anunció que “para nosotros, el cese de fuego no significa el desarme del FMLN” (El Mundo, abril 11, 1991, portada con el título “Jefe guerrillero no acepta ’zona temporal’”). De acuerdo con el periódico “Polemicist”, publicado en inglés por la organización estudiantil “UTWatch” de la Universidad de Texas (Polemicist, Mayo 1991, página 11, volumen 2, No. 6), Radio YSU anunció la presencia de dos asesores militares yanquis con el Batallón Atlacatl antes del incidente.

Al momento de su asesinato, las negociaciones entre el FMLN y la mafia Arenera se habían estancado sobre un punto clave: la disolución de las criminales FFAA salvadoreñas, y la función “permanente” del ejército como garante de la explotación de los pobres en El Salvador, asignada constitucionalmente.

Posteriormente se reveló que las FFAA pensaron en la posibilidad real de un golpe de estado contra Cristiani, si se eliminaba su rol “permanente” como asesinos del pueblo. Aunque el FMLN había amenazado con terminar las negociaciones si el ejército reanudaba las hostilidades, su dirigencia decidió no solamente continuar la negociación, a pesar de la muerte de uno de sus comandantes de alto rango, y miembro de la Comisión Político-Diplomática del FMLN, sino también accedió a la función constitucional “permanente” del ejército, y por ende, su no disolución. Así, el asesinato del Comandante Rojas, y la inmediata resolución al impase político-diplomático después de su muerte, informan que la CIA y el ejército títere escogieron muy bien su objetivo, en base a cálculos estratégicos: había que eliminar uno de los últimos obstáculos a una solución negociada, que dejarian al FMLN armado.

Para la CIA, las FFAA, y los narco-Areneros, era crucial que la firma de los acuerdos se realizara antes del término de Javier Pérez de Cuellar como Secretario General de las Naciones Unidas, el 31 de Diciembre de 1991, ya que los resultados a su favor estaban previstos. Tácticamente, la operación militar contra el Comandante Rojas requería información de inteligencia precisa: campamentos, rutas, y horas exactas, para poder transportar las fuerzas de élite al punto de inserción sin ser detectados por las fuerzas guerrilleras, y ese tipo de información solamente se obtiene a través de infiltración y espionaje, al nivel más alto.

Las negociaciones en México se daban en coordinación con el frente interno, y la oposición de Rojas al desarme del FMLN, era clara para la delegación negociadora. La conferencia de prensa en Arcatao, ante medios nacionales e internacionales, fue llamada para confirmar su oposición, no a la negociación, a la que Rojas no se oponía en principio, y que entendía como una extensión de la estrategia político-militar de las FPL, sino al desarme, y a la concentración de las fuerzas guerrilleras en campos de concentración designados por los narco-Areneros.

Su muerte, y la de los compañeros que lo acompañaban, simbolizaron el final de la voluntad política del FMLN de continuar la negociación como fuerza combatiente, sin desarmarse. Su sangre abona los campos de Chalatenango, en donde, como el zacate Jaraguá que nunca muere, brotará de nuestro suelo Jesús Rojas, para llevar en su cruz el dolor de nuestro pueblo, y resucitar en nuestra liberación definitiva.

Nacido en Nicaragüa en cuna de seda, Antonio Cardenal Caldera creció bajo la influencia de sus tíos, Ernesto y Fernando Cardenal, ambos sacerdotes que abrazaron la teología de la liberación, el primero poeta y ex-Ministro de Cultura de Nicaragua, el segundo, sacerdote jesuita. Como su tío, ingreso a los Jesuitas, y llego a El Salvador para continuar sus estudios, en un momento en que el país sufría cambios radicales de conciencia socio-económica y política, sobre todo a nivel rural, en donde sectores avanzados de la iglesia católica, promotores de la teología de la liberación, abrían los ojos del campesinado para poder ver por vez primera, la magra realidad que les toca vivir. Antonio se fundió en un abrazo con nuestro pueblo, y tomo su seudónimo de su guía e inspiración, Jesús el profeta, de quien aprendió su compromiso con los pobres, los desposeídos. Intelectual brillante, con un sentido del humor muy sutil, su distintivo más natural era su humildad, la que transpiraba y hacía sentir a campesino y citadino por igual, cómodos en su presencia.

Antonio Cardenal Caldera – Comandante Jesús Rojas – Chusón, vivirás para siempre en el corazon rebelde de nuestro sufrido pueblo, como uno de sus mejores hijos.

 

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