Paraguay. El Congreso democrático del pueblo (CDP) frente al circo electoral

Por Agustín Acosta/ *Resumen Latinoamericano/ 6 de enero 2018.

La crisis del capitalismo a nivel global genera en la actualidad diferentes situaciones coyunturales en todos los continentes. Desde esta perspectiva general debemos analizar la situación política concreta del Paraguay, un país con características de una colonia en términos políticos y económicos, en directa dependencia de la potencia hegemónica yanqui. Los norteamericanos dictan a los gobiernos como el paraguayo las medidas políticas y económicas que deben ser aplicadas a rajatabla. En este contexto general se encuadra las próximas elecciones generales en Paraguay, donde se votarán los cargos electivos (Presidencia, Congreso y Gobernadores) más relevantes. Para su subsistencia en medio de la crisis el sistema impone una agenda fascista a los estados burgueses, entre los que se encuentran los futuros gobernantes del Paraguay. Sólo el fascismo puede seguir sosteniendo dentro de la crisis el sistema financiero mundial.

Hoy en el Paraguay tenemos dos candidatos que responden inequívocamente a las necesidades de sobrevivencia del sistema en crisis. En el Partido Colorado se perfila un hombre devenido democrático, hijo de uno de los miembros del gabinete de Stroessner en la dictadura, Mario Abdo Benítez, representante de una oligarquía parasitaria. Por el otro lado tenemos a Efraín Alegre, un referente liberal que representanta los intereses de una fracción burguesa de un partido que históricamente ha cumplido el papel convalidador del pillaje en el Paraguay. Detrás de este candidato paradójicamente se alinean amplios sectores “progresistas” con la supuesta ilusión de volver a quebrar la hegemonía del Partido Colorado como en el 2008; hasta los autodenominados partidos de izquierda se enfilan tras este candidato de la rancia derecha liberal. A pesar de los enunciados de la “izquierda”, aliada al liberalismo, no existe ninguna diferencia en la plataforma de gobierno de ambos candidatos.

Pero no todo está perdido, en el horizonte se ven expresiones desde el campo popular que entienden con claridad el papel que debe cumplir el movimiento revolucionario, y no se suman a este triste teatro electoral de salvataje capitalista, en la que están embarcados tanto la derecha como la izquierda reformista. El Congreso Democrático del Pueblo (CDP) que aglutina a partidos de revolucionarios de izquierda; movimientos del campo popular y varias organizaciones gremiales, que levanta como consigna “Votamos poder popular” frente al circo electoral, va adquiriendo una fuerza gradual. El contexto histórico del Paraguay donde se profundizan las injusticias y las inequidades propias del capitalismo, como los miles de campesinos sin tierra, la escalada represiva y los presos políticos, representan el reflejo de una sociedad sumida en graves conflictos políticos y económicos. En esta disyuntiva el único camino a transitar es el fortalecimiento de las organizaciones políticas de izquierda, formando cuadros y movilizando a las masas, para que los caminos que se están abriendo se ensanchen hacia la emancipación de los trabajadores y trabajadoras.

Notas

Agustín Acosta es uno de los seis campesinos presos políticos que hace más de una década están encarcelados en el Paraguay. El caso de los seis está en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA en la actualidad.

 

*Fuente Rebelión

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