Desde Argentina, la Coordinadora Resistir y Luchar se solidariza con el pueblo hondureño

Resumen Latinoamericano, 4 de diciembre 2017

 

Comunicado

Desde aquel nefasto día de junio de 2009 en que el ejército y la policía hondureña, cumpliendo órdenes de Washington, capturaron al presidente Mel Zelaya y se hicieron con el gobierno, la democracia dejó de existir en todos sus aspectos en este país centroamericano. Uno tras otro, los presidentes que sucedieron a Zelaya (Micheletti, Lobo y el actual Hernández) pueden considerarse como legítimos herederos de esa acción violenta e ilegal contra un gobierno al que el pueblo había votado. Por eso es que no puede extrañar lo que sucede por estas horas en que a través de un golpe electoral se pretende imponer la reelección del actual mandatario Juan Orlando Hernández, al que la gran mayoría de los hondureños y hondureñas nombran despectivamente como JOH.

Honduras no es un país más de Centroamérica, siempre, desde las aciagas épocas de la United Fruit Company hasta aquellos años de las bases paramilitares de la “contra” nicaragüense, el territorio siempre sirvió de sostén de las violentas políticas militaristas de Estados Unidos en la región. Palmerola, Soto Cano y Mosquitia son nombres que significan mucho dentro de esa escena ya que en esos enclaves de la geografía hondureña se asientas poderosas bases militares norteamericanas, desde las que se sostiene la injerencia de ese país no solo en la política local sino que tiene influencia en todo el territorio centroamericano. La otra pata de la agresión es la propia embajada USA, que por estas horas es un hervidero de consultas entre dirigentes oficialistas y los jefes locales de la CIA. Avalando esa historia de intromisiones, el gobierno actual vuelve a mostrar su cara más impune pero también la más violenta. Todo vale para defender una reelección que es repudiada por las grandes mayorías.

Hoy, que cientos de miles de hondureños y hondureñas ocupan las calles, desafían al toque de queda, combaten cuerpo a cuerpo con la policía y los militares y de noche hacen estallar el silencio a ritmo de cacerolas, queda claro lo que decía la inolvidable luchadora popular Berta Cáceres, asesinada por la derecha y el paramilitarismo de las trasnacionales, “al pueblo de Honduras no le queda otra alternativa que insurreccionarse frente a quienes quieren que vivamos como esclavos”. De eso se trata, y en esta enorme pulseada, en que la llamada comunidad internacional ha optado otra vez por el silencio y ese ministerio de colonias que es la OEA (tan solícita para atacar a Venezuela Bolivariana) avala el fraude, se hace cada vez más necesario apelar a la solidaridad internacional, pero sobre todo a la que pueda venir de las organizaciones populares y sociales del continente.

Desde la Coordinadora Resistir y Luchar (integrantes de ALBA Movimientos) convocamos a respaldar al pueblo hondureño que exige el reconocimiento de la victoria de Salvador Nasralla, y sumamos nuestra adhesión a todos y todas quienes luchan en las calles por una Patria sin dictadura y contra el imperialismo norteamericano.

Fuera JOH!
La resistencia vencerá!

Coordinadora Resistir y Luchar

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