Chile. María Olivia Mönckeberg: Para Jaime Guzmán la democracia era un instrumento y no un fin

Radio UChile / Resumen Latinoamericano / 10 de noviembre de 2017

La periodista y profesora de la Universidad de Chile se refirió a su último libro “El poder de la UDI”, en el que da cuenta de la figura de Jaime Guzmán y del papel que ha tenido el gremialismo en la política chilena desde que se fundó hace 50 años.

En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, Juan Pablo Cárdenas conversó con María Olivia Mönckberg, Premio Nacional de Periodismo 2009 y directora del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, sobre su última publicación que aborda los 50 años del gremialismo en el país.

La profesora se ha destacado en el ámbito de la investigación periodística publicando importantes libros como El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno, el Imperio del Opus Dei en Chile, Karadima el señor de los infiernos, además de otros textos que se han dedicado a descubrir el negocio de las universidades en el país.

Su último libro “El poder de la UDI” aborda quién fue Jaime Guzmán, la injerencia que tuvo en la desestabilización del gobierno de Salvador Allende y su notable participación en la dictadura cívico militar, donde fue responsable de la actual Constitución.

Además, el texto describe cómo este partido está estrechamente vinculado con el poder y los principales grupos económicos, pese a que la idea original de Guzmán era la de ser gremialistas y apolíticos.

Creo que será difícil encontrar una publicación mejor documentada que esta ¿Te tomó mucho tiempo hacer esta investigación?

Tengo que decir que eres uno de los primeros lectores de este trabajo, que será presentado a las 17:30 horas en la Feria Internacional del Libro mañana sábado.

Desde que estudie en la Universidad Católica, fui viendo la forma en la que iba surgiendo el gremialismo y todo lo que pasaba en la Escuela de Economía con el nacimiento de los Chicago Boys, encabezados por Sergio de Castro que después fue ministro de Hacienda de Augusto Pinochet.

Yo diría que estos cincuenta años equivalen de alguna manera a los años de estudiante y profesional, principalmente en mi caso porque yo hice mucho periodismo económico al comienzo y después tuve tareas editoriales y directivas en distintos medios.

Una de las cosas más notables que le encuentro al libro es esta vinculación que haces entre el movimiento gremial y el grupo de los economistas de los Chicago Boys que importan un modelo económico que finalmente es impuesto por la dictadura.

Pasan varias cosas en este tema. De partida mi impresión es que Jaime Guzmán no sabía de economía, este era un asunto que llevaban otros. Hay que recordar también que él tenía una mirada corporativa que estaba muy inspirada en Francisco Franco. Sin embargo, con la muerte del dictador español, se dio cuenta que la huella de Franco no quedó marcada en España. Entonces, Guzmán trató de generar una situación diferente, que pudiera proyectar sus ideas en el futuro que es hoy.

Así se formó esta relación, donde tuvo mucho que ver el espacio de la Universidad Católica. Yo creo que nosotros no percibíamos que los economistas iban a hacer realidad lo que planteaban en sus teorías. Por otra parte, a mí me impresiona esta mirada apolítica que pretendía Jaime Guzmán y los gremialistas. Sus planteamientos parecían tan fuera de lugar y tan distintos a los de las juventud de entonces, que estaba por reformas profundas tanto en la universidad como en el país.

Es importante mencionar que los incipientes gremialistas partieron en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica y luego “contagiaron” a la Escuela de Economía, donde hay personas menores a Jaime Guzmán, como Miguel Kast, que desde mi perspectiva son claves. Él de alguna manera resumió la teoría de lo que hoy se conoce como neoliberalismo con el gremialismo. Además era muy visionario y proselitista, trabajaba mucho en la formación de personas. Todo eso es lo que se fue juntando.

Yo creo que Jaime Guzmán y su movimiento gremial tienen la suerte de que hubo un golpe de Estado, lo que le generó una oportunidad enorme para formar parte de los equipos de la dictadura y tener una gran influencia. El gremialismo nunca más pudo recuperar el estatus que alcanzó en la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) de esos años.

Yo creo que no es suerte, Jaime Guzmán activó lo que después fue el golpe de Estado.

Tú haces una descripción muy completa de la personalidad de este personaje, quien además de político era hincha del fútbol y un solterón empedernido. Era un joven muy disonante a lo que era la generación que nosotros vivimos.

Yo lo conocí muy joven porque era amigo de un ex cuñado mío. Hablaba y tenía temas que evidentemente no eran seguidos por chiquillos de 15 o 16 años. Cuando él estaba en el colegio era parte de la academia literaria y esos eran los tiempos en los que defendía con pasión a Franco y aborrecía a Fidel Castro y la Revolución Cubana.

Posteriormente, hubo otros temas que también fueron muy importantes para el gremialismo, como la anti-reforma agraria en el gobierno de Eduardo Frei Montalva. Esto junto a la sindicalización campesina fueron temas que detonaron en cierto modo el surgimiento del gremialismo.

Simultáneamente a su pasión que era el fútbol, él era árbitro, hay que reconocer que tenía una mente brillante. Era un tipo muy inteligente que tenía en su cabeza esos proyectos y esa institucionalidad. Lo notable es que logró hacerlo realidad, aterrizar sus ideas y generar proyectos que penetraron en ciertos sectores.

Era un gran orador y tenía un carisma que resultaba muy atractivo, pero profundamente equivocado en muchos aspectos. Su partido es la Unión Demócrata Independiente y en sus inicios él no es un demócrata, muchas veces incluso dice que la democracia es un medio y no un fin.

Siempre habló de la democracia como un instrumento, para él es un medio. Su idea era que ojalá nunca más en Chile sectores democráticos llegaran al poder, que nunca más tocaran la propiedad privada o la esfera económica.

Aunque no estaba metido en el mundo económico, lo estaba en el de la tradición. Era un personaje muy extraño y hay algo que me provoca mucha sorpresa; si a mí en esos años me hubieran dicho que prevalecería e iba a ser el fundador del principal partido de la derecha, uno de los más votados, no lo hubiese creído.

Yo diría que él desde joven renunció a la competencia por el poder, a convertirse en un referente democrático. Solo se le ocurrió hacerlo cuando la dictadura comenzó a proyectar su fin.

Tal vez podríamos concluir que Jaime Guzmán es una persona bastante pragmática. Primero adapta su manera de pensar corporativista con la influencia de los Chicago Boys y logra que ese camino sea posible. Después va dando paso en los diferentes asuntos.

Él comenzó a perder poder al interior de las esferas de gobierno de la dictadura cuando salió Sergio Fernández del Ministerio del Interior y Sergio de Castro del de Hacienda, es decir, cuando vino la crisis de comienzo de los ochenta, en ese momento, él junto a otras personas comienzan a proyectar la idea de un partido político.

Podemos decir que era una persona parca y de costumbres discretas, no era alguien que anduviera detrás del dinero. Sin embargo, quienes son parte de la UDI y estuvieron con Jaime Guzmán terminaron absolutamente coludidos con los grupos económicos, incluso los integraron ¿Cómo se produce este cambio de una posición idealista a la de un partido que hoy es muy cuestionado por sus vinculaciones?

Si hablamos de una línea política, tenemos que decir que hay dos momentos del partido: primero la creación de gremialismo hace cincuenta años y luego la creación de la UDI en los ochenta. Ahí uno de los primeros de los que estuvo fue Jovino Novoa, quien no es el jefe de un grupo económico, pero sí ha estado vinculado a esta esfera, por algo es el primer condenado al caso Penta.

En general la convivencia se fue dando de forma casi natural entre ellos, algo que yo creo tiene mucho que ver con el financiamiento. El grupo Penta, generado a partir de las privatizaciones por Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, fue uno de los financistas principales de la UDI, eso lo vimos cuando salieron las boletas y las facturas.

Por otro lado, si bien Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet, repartió hacia todo el abanico político, tenemos que mencionar que tanto la UDI como su instituto “Libertad y Desarrollo” recibieron una importante cantidad de recursos, dentro de lo que hemos conocido por la investigación de los fiscales.

Sin embargo, hay una etapa de la transición que llega hasta el 2010-2012 aproximadamente, sobre la que no se ha investigado, porque los casos estaban prescritos y es muy difícil conocer lo que estaba pasando allí con el financiamiento a la política.

Otro ejemplo que también es interesante es el de un personaje que, para mí que estaba investigando, resultó nuevo en cierto sentido. Me refiero a Juan Eduardo Ibáñez Walker, uno de los miembros de las primeras generaciones de gremialistas de la Universidad Católica.

Este personaje se benefició con una privatización al final de la dictadura que no se conoció mucho, que era del servicio de correo y telégrafo de aquel entonces. Hoy es el dueño de Chilexpress y del Palacio Riesco. Según lo que me decían algunas personas, él es el que les lleva las platas a la UDI, además fue íntimo amigo de Jaime Guzmán.

Luego tú tienes que Juan Eduardo Ibañez, que es un abogado, funda la Fundación Jaime Guzmán Errázuriz junto a la madre de Jaime Guzmán, doña Carmen Errázuriz. Con la muerte de ella quedó como presidente, pero después en el año 2014-2015 le dejó el puesto a Jovino Novoa. Finalmente quedó como vicepresidente de la Fundación, donde también hay otros miembros cercanos a la UDI entre los que curiosamente se incluye a José Antonio Kast.

Digo esto porque la Fundación es un gran poder, es a dueña de la casa de Suecia 286 y a la vez todo esto tiene la convivencia con el empresariado. Yo creo que la Fundación es el poder detrás de la UDI.

Después de leer el libro me explico por qué ha sido tan difícil para la UDI desprenderse de personajes como Novoa, porque están absolutamente entrelazados, no pueden separarse los dirigentes políticos de los financistas. Es un partido que no puede hacer el corte que han hecho otros al marginar a los militantes que se han corrompidos.

Ellos han argumentado todo lo que dices. Hay un dictamen de su Tribunal Supremo que lo dirige curiosamente Ernesto Illanes Leiva, el primer presidente de la FEUC gremialista en los 60. Lo que dicen en ese dictamen es que el fin justifica los medios, es decir, para existir como partido político necesitaban estos recursos. Otro de los argumentos es que todos lo hacían, en el fondo lo califican simplemente como un error.

Por ahí se entiende el hecho de que a pesar de que Jovino Novia fue condenado por la justicia no haya tenido reprimendas siquiera de parte del tribunal Supremo de la UDI.

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